Brasil, Japón y Alemania se coordinan en el G20 para impulsar una reforma en el Consejo de Seguridad de la ONU que limitaría a EEUU

Los cancilleres de algunos países mostraron su preocupación por la "inacción" del organismo ante el picante escenario internacional que plantea el 2024.

Los cancilleres de los países del G20 se reunieron en Río de Janeiro a modo de antesala para la cumbre de este año a cargo de Brasil. Algunos países, incluido el anfitrión, aprovecharon para alzar la voz sobre la "inacción" de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ante un escenario internacional que tiene todo menos calma con la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto en Israel y Hamás y la situación de Yemen con los hutíes.

Actualmente el mencionado Consejo de Seguridad de la ONU está integrado por quince miembros, diez de los cuales son van rotando, mientras que los otros cinco son permanente y tienen derecho a vetar resoluciones: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido. Se necesita el veto de uno solo para rechazar cualquier tipo de acción y Estados Unidos lo utilizó recientemente para evitar una resolución en contra de Israel por su conflicto en Gaza.

En este contexto, los cancilleres de Brasil, Japón e incluso Alemania aprovecharon el micrófono del G20 para plantear una reforma en el Consejo de Seguridad.

"Nuestras instituciones multilaterales no deben quedarse estancadas en el siglo pasado"

Mauro Viera, anfitrión y canciller de Brasil, aseguró que el actual “estado de inacción significa directamente la pérdida de vidas inocentes”, por lo que remarcó la necesidad de cambiar la estructura del organismo supranacional que nació luego de la Segunda Guerra Mundial.

“Las Naciones Unidas se establecieron como la organización que debe abordar cuestiones de paz y seguridad. Dado el contexto en el que vivimos, este grupo (el G20) es quizás hoy el foro internacional más importante, donde países con visiones opuestas todavía pueden sentarse a la mesa y tener conversaciones fructíferas”, sumó.

Sin mencionar explícitamente a Estados Unidos, finalizó diciendo que  habría que esquivar las “las posiciones rígidas que han impedido avances en otros foros, como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”.

A su retórica se sumó su colega alemana, Annalena Baerbock, quien señaló que el G20 debiera tener un rol decisivo en la reforma de instituciones como las Naciones Unidas por el bloqueo de resoluciones sobre Medio Oriente.

"Si queremos hacer frente a los complejos desafíos del siglo XXI, nuestras instituciones multilaterales no deben quedarse estancadas en el siglo pasado. (...) Creo que el G20 puede y debe desempeñar un papel decisivo en este proceso de reforma", expresó.

Japón no se quedó atrás y pidió también por la modificación del Consejo de Seguridad para aligerar la adopción de resoluciones. En concreto, Yoko Kamikawa, ministra de Exteriores de Japón, habló de que el organismo tenga una representación "apropiada".

A su vez, usó su tiempo para condenar la invasión rusa a Ucrania, los ataques terroristas de Hamás y se mostró preocupada por las operaciones militares de Israel en Rafah, un territorio ubicado al sur de Gaza y en la frontera con Egipto. Mencionó también la necesidad de un alto el fuego humanitario inmediato.