Tras la histórica destitución de McCarthy, el gran perdedor es el Partido Republicano

Si poner a los republicanos de acuerdo en la financiación está siendo un gran problema, elegir un presidente de la Cámara luce aún más difícil.

La Cámara de Representantes ha destituido al presidente Kevin McCarthy, republicano por California. El hecho es histórico, es la primera vez que la Cámara destituye a su presidente. Todos los demócratas presentes, y ocho republicanos, votaron a favor de la destitución. El resultado final fue de 216 a 210 votos.

El fin de semana McCarthy enfureció a los conservadores de línea dura, liderados por el representante Matt Gaetz, cuando aprobó un proyecto de ley de gasto a corto plazo, conocido como resolución continua, para evitar el cierre gubernamental. El representante Gaetz reaccionó presentando el lunes una moción de anulación contra McCarthy.

El proyecto aprobado el fin de semana por McCarthy es una solución de muy corto plazo pero que permitió ganar seis semanas para intentar resolver los problemas y evitar que millones de trabajadores federales y personal militar se queden sin sueldo.

Un gran problema

Si poner a los republicanos de acuerdo en la financiación está siendo un gran problema, elegir un presidente de la Cámara luce aún más difícil. Recordemos que en enero se necesitaron 15 rondas de votación y grandes concesiones de McCarthy, a diferentes grupos de republicanos, hasta que al fin logró los votos necesarios para ser el presidente.

El sucesor inmediato de McCarthy, Steve Scalise, actualmente está recibiendo tratamiento contra un cáncer de sangre. Mientras tanto, Tom Emmer, el tercer republicano de la Cámara, se ha negado a ser considerado para la presidencia, asegurando que apoya firmemente a McCarthy.

El Partido Republicano deberá negociar a puerta cerrada posibles figuras que reemplacen a McCarthy, él mismo puede ser propuesto una vez más, pero con un Congreso así de dividido, donde la línea dura de los conservadores está moviendo cada vez más los límites de lo que se conocía como una oposición interna fuerte, no sólo se trata de encontrar alguien a quien una mayoría de republicanos apoye, ¡ahora también es sobre encontrar alguien que quiera tomar el puesto!

¿Quién es el perdedor?

En general, el gran perdedor de esta jornada es el Partido Republicano. A pesar de las acusaciones del representante Gaetz, las encuestas muestran que McCarthy goza de buena popularidad entre la base republicana, incluyendo los votantes del presidente Trump. Y aunque algunos de los reclamos de Gaetz son compartidos por los conservadores, esta no es la forma ni el momento indicado para frenar la Cámara. En política, el momento es muy importante. Con una mayoría débil, de cara a unas elecciones, con investigaciones fundamentales avanzando en la Cámara y con la amenaza de un cierre gubernamental, no es el momento.

El mainstream media, que ataca constantemente al Partido Republicano, hará fiestas con esta noticia. Si llegaba a ocurrir un cierre del Gobierno dirían a millones de americanos -que ni siquiera entienden las disputas internas del partido- que los republicanos obstaculizan el pago de millones de familias. Ahora que McCarthy encontró un alivio por unas semanas para intentar negociar, ¡fue destituido!

¿Y lo que viene? Un show. Si en enero vimos 15 rondas de votación, imagine lo que viene en los próximos días. La política tiene sus partes oscuras, una de ellas es hacer oposición y control dentro del mismo partido, pero el comportamiento de Gaetz ya no parece tener más sentido que acaparar atención para él mismo. Aunque algunas de sus quejas son válidas, no hay ningún plan para solucionarlo, destituir a McCarthy sólo pone al GOP en más problemas de los que ya tiene y genera incomodidad entre los mismos votantes pero, sobre todo, entre votantes indecisos. Este no es el momento y tampoco era esta la forma de presionar por cambios internos.