¿Financia Qatar las manifestaciones antisemitas en las universidades estadounidenses?

Varios analistas afirman que no se trata de protestas espontáneas y que el Gobierno catarí lleva años financiando y promoviendo el odio contra Israel, contra los judíos y contra Occidente en general.

El éxito de las despreciables manifestaciones antisemitas y pro-Hamás en las universidades de Estados Unidos está relacionado con el hecho de que no son espontáneas en absoluto, sino que están bien organizadas y financiadas desde el exterior, expresó el Dr. Yaron Friedman, investigador de la Universidad de Haifa, en Israel, en un artículo publicado por el periódico israelí Maariv

Friedman sostuvo que para revelar quién está detrás de las protestas, es necesario remontarse al año 2019, cuando una coalición de países árabes compuesta por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto boicoteó a Qatar por su apoyo al terrorismo.

A diferencia de lo que sucede actualmente, durante el período del boicot a Qatar, los comentaristas y periodistas árabes publicaban artículos que exponían la propaganda del principado en Estados Unidos y el dinero que invertían los cataríes en el sistema educativo del país norteamericano. 

Antes de la reconciliación entre Arabia Saudita y Qatar, la prensa en las naciones que conformaban la coalición contra el principado se ocupaba de dar a conocer la forma en que los Hermanos Musulmanes, una organización islámica extremista, había tomado el control de parte del sistema educativo de Estados Unidos.

Friedman recordó que en julio de 2020, la investigadora emiratí Najat AlSaied publicó un artículo en el periódico Alhurra titulado Qatar y la financiación de las universidades estadounidenses. En su escrito, la académica describió la extraña alianza formada entre la izquierda radical estadounidense y los activistas de los Hermanos Musulmanes en Qatar. Además, señaló que cada vez más profesores y estudiantes que formaban parte de esa alianza se estaban apoderando de la libertad de pensamiento en las universidades de Estados Unidos.

La Dra. AlSaied sostuvo que bajo el pretexto de la "corrección política" y el supuesto "pensamiento racista", se oprimía a los académicos que intentaban expresar una opinión que diferente a la de los profesores y estudiantes que formaban parte de la alianza de la izquierda y el islamismo radicales. En su escrito, la investigadora mencionó datos impactantes del Ministerio de Educación de Estados Unidos, según los cuales en 2019 las instituciones educativas estadounidenses recibieron más de 1.000 millones de dólares de financiación externa, especialmente de Qatar.

En 2012, Qatar Foundation, la institución internacional catarí de educación, gastó al menos 1.500 millones de dólares para financiar iniciativas educativas en 28 universidades de todo Estados Unidos y se convirtió en el mayor financista externo de educación en los en el país nortamericano. AlSaied reveló además que el principado gastaba regularmente 405.000.000 de dólares al año para financiar actividades en seis universidades estadounidenses que tienen sucursales en Doha, la capital del país del Golfo.

Friedman subrayó en su artículo que, desde ya, no se trata de un regalo, ya que Qatar utiliza las actividades que promueve y las investigaciones que financia para difundir su ideología islamista. El investigador agregó que el principado es un país basado en una doctrina wahabí extremista y que el jeque Tamim bin Hamad al-Thani, actual emir de Qatar, estuvo profundamente influenciado por la ideología del jeque Yusuf al-Qaradawi, uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes que trabajó en Qatar hasta su muerte en 2022.

AlSaied afirmó en su artículo que la propaganda catarí tenía como objetivo glorificar al principado y difamar a sus rivales, principalmente a Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Baréin. Y añadió que el dinero de Qatar estaba destinado a financiar a los Hermanos Musulmanes en Estados Unidos y a la izquierda radical en ese país.

La académica sostuvo además que Qatar fortalecía a los progresistas estadounidenses  debido a que los conservadores se oponían a Doha y apoyaban a sus rivales, incluida Arabia Saudita. 

Según un informe reciente del Washington Free Beacon, Qatar ha invertido 5.600 millones de dólares en 81 universidades estadounidenses desde 2007, incluidas las más prestigiosas: Harvard, Yale, Cornell y Stanford. 

En el reporte también se hace referencia a la financiación de actividades académicas por parte de otros países, como Arabia Saudita, Omán y Turquía, aunque en cantidades significativamente menores. De acuerdo con el informe, estas actividades financiadas por Qatar y estos otros países de Medio Oriente promueven el odio hacia los valores de la cultura occidental, como la libertad de expresión y los derechos de las mujeres.

De acuerdo con un informe del Departamento de Educación de Estados Unidos de 2020, muchas de las donaciones entregadas a instituciones académicas estadounidenses fueron entregadas por naciones abiertamente hostiles al país norteamericano

El informe del Washington Free Beacon indicó además que los donantes de Medio Oriente, especialmente Qatar, financiaban actividades antiisraelíes, incluso antes de que comenzara la guerra en Gaza tras la masacre del 7 de octubre perpetrada por Hamás. 

El antisemitismo en las universidades había generado una gran preocupación en la Casa Blanca incluso antes de las recientes protestas

En declaraciones para el periódico argentino Perfil, el analista internacional Alberto Ruskolekier manifestó en noviembre del 2023, meses antes de los recientes incidentes antisemitas en varias universidades estadounidenses, que “hay un gran antisemitismo” en las universidades de la Ivy League. “Y esto generó preocupación en la Casa Blanca”, añadió en aquella oportunidad. 

Ruskolekier también señaló el motivo por el que, según él, los manifestantes de izquierda y los islamistas no protestan contra las autoridades chinas a pesar de que mantienen a miembros de la minoría musulmana uigur en campos de concentración. “Hay universidades que reciben, a través de fachadas, dinero del Gobierno chino”, dijo. 

Respecto del conflicto en Medio Oriente, Ruskolekier expresó que “Qatar financia a Hamás, y eso es un gran problema”.

Estados Unidos considera a Qatar como un mal necesario

Qatar siempre ha estado en la mira de Occidente por su apoyo al extremismo islámico, y el caso palestino no es la excepción. De hecho, el país del Golfo alberga a los principales líderes de Hamás ofreciéndoles todos los lujos posibles, mientras los residentes de Gaza están sufriendo la guerra por las decisiones de sus autoridades, que paradójicamente son apoyadas por la gran mayoría de los mismos civiles de la Franja y de la Ribera Occidental, donde gobierna la Autoridad Palestina de Mahmud Abás.

Sin embargo, la política exterior estadounidense parece mirar para otro lado. Según escribió el periodista Eli Lake en un artículo publicado por The Free Press, esto se debe a que “durante los últimos 25 años, este pequeño estado rico en energía ha inyectado miles de millones de dólares en Estados Unidos para comprar influencia y favores”.

El autor estadounidense explicó que “los cataríes han gastado su fastuosa fortuna en bufetes de abogados de Estados Unidos, en contratos de lobby con ex altos funcionarios y en viajes turísticos y asociaciones con grandes empresas de medios”. “Sin embargo”, agregó, “los mayores destinatarios de la generosidad catarí han sido las principales universidades y centros de estudios”.

La asociación de estas universidades con Qatar continúa, a pesar de que el ministro de Relaciones Exteriores catarí dijera poco después del 7 de octubre que “Israel es el único responsable” de la masacre perpetrada por Hamás, o que albergue a los líderes de esa organización terrorista.

Lake manifestó además que muchas de estas universidades han tenido que comprometer sus valores en sus campus de Doha. En algunos casos, los centros de estudios estadounidenses cooperaron con los intereses estratégicos de Qatar. “El campus de Northwestern en Qatar, cuya escuela de periodismo estadounidense está clasificada como una de las mejores del mundo, firmó un memorando de entendimiento con Al Jazeera, el canal de noticias que ha proporcionado una plataforma de apoyo a Hamás y otros grupos islamistas, para ayudar a formar a sus reporteros”, escribió el periodista. Además, cabe remarcar que muchos de los empleados de la emisora árabe fueron acusados de haber participado en la masacre del 7 de octubre.

Lake añadió que Al Jazeera transmitió un programa semanal presentado por el clérigo de los Hermanos Musulmanes Yusuf al-Qaradawi entre 1996 y 2013. Y recordó que en un sermón de 2009 transmitido por la emisora, el líder religioso manifestó: “Dispararé a los enemigos de Alá, los judíos, y ellos me arrojarán una bomba, y así sellaré mi vida con el martirio”.

En 2015, Stephen Eisenman, entonces presidente del Senado de Profesores de Northwestern, concluyó en un informe sobre el campus de su escuela en Doha que los profesores allí disfrutaban sólo de una “libertad académica limitada”.

Eisenman también reconoció que “la ética de establecer un campus en un país autoritario es turbia, especialmente cuando inhibe la libre expresión y cuenta entre sus aliados con varios regímenes o grupos opresivos”.

A pesar de la alianza de Qatar con el extremismo islámico, Estados Unidos considera a ese país como una especie de mal necesario. En este sentido, Lake explicó que “una de las razones por las que Qatar ha podido invertir tanto en instituciones estadounidenses se debe a que la política exterior de Estados Unidos ha abrazado al país del Golfo desde que comenzó la guerra contra el terrorismo después del 11 de septiembre. Aunque Qatar está alineado con Hamás y, en menor medida, con Irán, también alberga la base aérea de Al Udeid (gestionada por los norteamericanos en la nación árabe)”.

El periodista agregó que “los cataríes son un interlocutor importante entre Estados Unidos e Irán. Después de la caótica retirada de Afganistán del presidente Biden, Qatar acordó procesar a más refugiados afganos que cualquier otro aliado árabe. Hoy, Qatar posee los 6 mil millones de dólares en ingresos petroleros iraníes que Estados Unidos descongeló en septiembre y volvió a congelar después de la masacre de Hamás del 7 de octubre”.