Pasado hispano: Felipe de Neve, fundador de la ciudad de Los Ángeles

El militar español viajó a América con la idea de volver a Europa tras cuatro o cinco años, pero nunca regresó. En su lugar, fundó la segunda ciudad más poblada de los Estados Unidos.

En la segunda mayor ciudad del país quedan rincones de un pasado hispano que resiste al olvido. Sobre las calles, plazas o bibliotecas este pasado está escrito en español y arroja un poco de luz sobre la fundación de los Estados Unidos. En el caso de la ciudad de Los Ángeles, es un pasado que aún se conserva y que está ligado al nombre de Felipe de Neve.

Lo que en su inicio se llamó Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles, sobre el río Porciúncula, comenzó apenas con 14 familias reunidas en torno a un pequeño asentamiento que la corona española mandó levantar para afianzar su posición en la costa oeste.

Placa a Felipe de Neve
(Wikimedia commons)

España amenazada

Asediados por todos los frentes, España acababa de ceder la Florida a Inglaterra para conservar la Habana. Para más, el embajador español en San Petersburgo, el vizconde de la Herrería, avisa a la corona de que el emperador Pedro III de Rusia pretende volver a llevar a cabo excursiones militares contra los puertos de la costa oeste de las Californias hispanas.

Para frenarle los pies, el monarca español Carlos III manda la creación de nuevos asentamientos costeros en la comandancia general de occidente. Desde la baja California hasta lo que hoy en día comprende el bosque nacional de Shasta-Trinity.

Un militar andaluz

Y para ese esfuerzo hacen falta hombres. Es en ese momento en el que aparece Felipe de Neve. Un hombre de origen de Sevilla y nacido en la ciudad de Bailén (Jaén). Hijo de un artillero, ingresa con 20 años en la infantería española y se convierte después en oficial de caballería. Participa en la guerra de los Siete Años contra Portugal y logra una hoja de servicios excepcional.

Cuando el cuerpo militar de Nueva España, fundado por Juan de Villalba, llama a que más oficiales se unan para la defensa del virreinato, Felipe de Neve decide embarcarse para lo que pensé que sería una campaña de cuatro o cinco años. El andaluz se equivocó. Nunca más volvería a Europa ni a ver a su mujer e hijos.

El primer día de noviembre de 1764, el entonces sargento mayor llega al puerto de Veracruz, en el actual México. Su primer cometido fue el de organizar los cuerpos de caballería y con ellos reprimir una revuelta de jesuitas, que disentían continuamente con la corona española en los asuntos del virreinato. Los jesuitas fueron sustituidos por los franciscanos y es en este momento en el que gana protagonismo fray Junípero Serra, fundador de 15 misiones religiosas y gran evangelizador de California.

Gobernador de las Californias

A lo largo de los siguientes diez años, de Neve participa en distintas campañas que le dan los méritos suficientes para que en 1974 el virrey Bucareli de Arzúa le nombra coronel y cuarto gobernador de las Californias. Cuando llega a Loreto, entonces capital de la baja California, de Neve se encuentra con una situación muy complicada. Rutas de suministro en mal estado; escasa población; muy pocos militares y generalmente mal equipados además de una amenaza creciente de los clanes indios apaches y comanches.  De acuerdo con los archivos consultados por el Hispanic Council, Felipe de Neve tan solo contaba con 146 hombres de armas para controlar más de 0,7 millas cuadradas y 620 millas de línea costera. Prácticamente cuatro veces la extensión de su España natal.

Felipe de Neve destacó en esta etapa como un fantástico gestor y político. Logró mejorar substancialmente la situación general de los habitantes de las Californias y reforzó la posición española. Fiel a una de las misiones más importantes, fundó un buen número de asentamientos, pero sí es por uno en especial por el que se le recuerda es Los Ángeles.

Fundación de Los Ángeles

En 1781 de Neve llegó al lugar y lo vio apto para levantar un asentamiento. "Mucha agua fácil de tomar y de hermosas tierras", según recogen los archivos citados por el Hispanic Council. Pidió al virrey al menos 60 hombres de campo sin vicios ni defectos. Después, ofreció a cada nuevo colono un salario mensual de 116 pesos al año durante dos años, rebajados a 70 durante tres más. Facilitó y subvencionó animales de granja y trabajo y así incentivó poco a poco la llegada de familias.

Los Ángeles comenzó entonces con 14 familias totalmente heterogéneas, entre las que había peninsulares ibéricos, como mestizos, mulatas e indígenas conversos. Poco a poco la colonia fue creciendo, recibiendo un buen número de indígenas que aceptaban la religión católica. La mezcla casi se hizo norma y los matrimonios mixtos eran algo corriente en el asentamiento.

Los españoles bajo el mando de Felipe de Neve diseñaron Los Ángeles con las formas que prácticamente conserva la ciudad hoy en día. Se guiaron por las Leyes de Indias y los manuales de nueva planta, que de estilo borbónico trazaban calles en cuadrículas.  En menos de nueve años, la ciudad fue aumentando de tamaño y en 1790 se censaron por primera vez los 141 habitantes de la colonia.

Se conocen pocos detalles acerca de cómo y dónde falleció exactamente Felipe de Neve. Se cree que sus restos estuvieron en la ciudad mexicana de Chihuahua hasta los años 80 del pasado siglo, cuando el alcalde de Los Ángeles pidió que fueran devueltas a la ciudad. Lamentablemente, se extraviaron y no queda registro de su actual paradero.