La empresa dueña del submarino desaparecido enfrentó una demanda tras despedir a un trabajador que advirtió graves problemas de seguridad

"OceanGate decidió despedirlo en un esfuerzo por silenciarlo y evitar abordar los problemas de seguridad y control de calidad", indicó la denuncia.

OceanGate la empresa que fabricó el submarino perdido y que llevó a cabo el viaje turístico hacia los restos del Titanic, fue demandada por un exempleado que identificó problemas “graves” de seguridad en el sumergible.

Según reportes, David Lochridge trabajaba como director de operaciones marítimas para OceanGate por lo que era el “responsable de la seguridad de toda la tripulación”. Sin embargo, fue despedido luego de que se negara a aprobar las pruebas tripuladas del sumergible tras encontrar “problemas de seguridad graves” y convocara una reunión con los altos ejecutivos de la empresa para expresar su preocupación y plantear recomendaciones.

“OceanGate le dio a Lochridge aproximadamente 10 minutos para despejar inmediatamente su escritorio y salir de las instalaciones”, luego de que la reunión según un expediente judicial.

Más adelante, la empresa demandó al exempleado por presuntamente revelar información confidencial y Lochridge contrademandó alegando despido injustificado.

“En lugar de abordar las preocupaciones de Lochridge, OceanGate decidió despedirlo en un esfuerzo por silenciarlo y evitar abordar los problemas de seguridad y control de calidad”, indica la contrademanda.

Las preocupaciones de Lochridge

Al entonces empleado de OceanGate le preocupaba el peligro potencial que podrían sufrir los pasajeros del Titán (el navío perdido) mientras el submarino alcanzaba profundidades extremas. Pero esto no fue todo. Según la demanda Lochridge se reunió con el personal de ingeniería y solicitó documentación de las pruebas de presión de la ventana del Titán y se le negó el acceso. Más adelante descubrió que la ventana delantera del sumergible se había construido a una presión certificada de 1300 metros, a pesar de que la intención siempre fue llevar a los pasajeros a profundidades de 4.000 metros.

“Los pasajeros que pagaron no sabrían, ni serán informados de este diseño experimental, de la falta de pruebas no destructivas del casco ni de que se estaban utilizando materiales inflamables peligrosos dentro del sumergible”, afirmaba la presentación legal de Lochridge.

Aunque el caso se resolvió extrajudicialmente en noviembre de 2018, no está claro si la empresa llegó a abordar las preocupaciones de Lochridge.

Otros líderes de la industria expresaron su preocupación

De acuerdo a The New York Times, en el año 2018 el comité de Vehículos Submarinos Tripulados de la Sociedad de Tecnología Marina también le expresó su preocupación a OceanGate mediante una carta por el enfoque “experimental” que estaba utilizando.

Cabe señalar que, aunque la carta se envió hace varios años, un informe de CBS indica que la empresa de sumergibles aun se refería a Titán como "una embarcación sumergible experimental que no ha sido aprobada ni certificada por ningún organismo regulador y que podría provocar lesiones físicas, discapacidad, trauma emocional o la muerte".