Por supuesto, es útil investigar qué se puede hacer para aliviar los problemas provocados por el hombre, pero el cambio climático no es una emergencia apocalíptica y necesita ser atendido sin devastar a los cientos de millones de personas que ya están en la pobreza extrema.

Más de 1.600 científicos, incluidos dos premios Nobel, han firmado una declaración diciendo que "no hay emergencia climática". Desafortunadamente, es poco probable los principales medios de comunicación le presten atención, pero es importante que la gente lo sepa: la masiva histeria climática y la destrucción de la economía estadounidense en nombre del cambio climático deben acabar.

"La ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas", afirma la declaración firmada por los 1.609 científicos, incluidos los nobeles John F. Clauser de los Estados Unidos e Ivar Giaever de Noruega/Estados Unidos.

La declaración agrega:

"Los científicos deben abordar abiertamente las incertidumbres y exageraciones de sus predicciones sobre el calentamiento global, mientras que los políticos deben considerar desapasionadamente los costos reales y los beneficios imaginados de sus medidas políticas...

"El archivo geológico revela que el clima de la Tierra ha variado desde que el planeta existe, con fases naturales frías y cálidas. La Pequeña Edad de Hielo terminó tan sólo en 1850. Por lo tanto, no es de extrañar que ahora estemos experimentando un período de calentamiento.

"El calentamiento es mucho más lento de lo previsto...

"La brecha entre el mundo real y el mundo modelado nos dice que estamos lejos de entender el cambio climático.

"La política climática se basa en modelos inadecuados. Los modelos climáticos tienen muchas deficiencias y no son ni remotamente plausibles como herramientas políticas. No sólo exageran el efecto de los gases de efecto invernadero, sino que también ignoran el hecho de que enriquecer la atmósfera con CO2 es beneficioso...

"El calentamiento global no ha aumentado los desastres naturales. No hay evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando los huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales similares, o haciéndolos más frecuentes. Sin embargo, existe una amplia evidencia de que las medidas de mitigación de CO2 son tan dañinas como costosas.

"La política climática debe respetar las realidades científicas y económicas. No hay emergencia climática. Por lo tanto, no hay motivo para el pánico y la alarma. Nos oponemos firmemente a la dañina y poco realista política de cero CO2 neto propuesta para 2050. Hay que apostar por la adaptación en lugar de la mitigación; la adaptación funciona cualesquiera que sean las causas".

El profesor Steven Koonin, ex subsecretario de Ciencia del Departamento de Energía de los Estados Unidos bajo la Administración Obama, actual profesor de la Universidad de Nueva York y miembro de la Hoover Institution, escribió el bestseller de 2021, Unsettled: What Climate Science Tells Us, What It Doesn't, and Why It Matters. En él, afirma que lo que dicen los informes científicos complicados y en gran parte ilegibles (para los legos) sobre el cambio climático está completamente distorsionado porque sus contenidos se filtran a través de una larga sucesión de resúmenes realizados por medios de comunicación y políticos.

"Hay abundantes oportunidades para hacer las cosas mal, tanto accidentalmente como a propósito, ya que la información pasa por filtro tras filtro para ser empaquetada para varias audiencias... No es sólo el público el que está mal informado sobre lo que dice la ciencia sobre el clima..."

Koonin añade:

"Los comunicados de prensa y los resúmenes del gobierno y de la ONU no reflejan con precisión los informes... Los distinguidos expertos en clima (incluidos los propios autores del informe) se sienten avergonzados por algunas representaciones de la ciencia en los medios".

En una entrevista reciente, Koonin señaló que sus colegas habían reaccionado a su libro asegurándole que no debería estar diciéndoles al público o a los políticos la verdad sobre el cambio climático.

"Me enseñaron que debes decir toda la verdad [como científico]. Y dejar que los políticos hagan los juicios de valor y las compensaciones de costo-efectividad, y semejantes", dijo Koonin. También señaló la inmoralidad de pedirle al mundo en desarrollo que reduzca las emisiones cuando tantos ni siquiera tienen acceso a la electricidad y la inmoralidad de asustar a las generaciones más jóvenes: 84% de los adolescentes estadounidenses creen, desde enero de 2022, que si no se aborda el cambio climático "será demasiado tarde para las generaciones futuras, haciendo que alguna parte del planeta sea inhabitable".

Por supuesto, sería útil investigar qué se puede hacer para aliviar los problemas provocados por el hombre, como el "agujero en la capa de ozono" -que ahora se está cerrando-, pero el cambio climático no es una emergencia apocalíptica y necesita ser atendido sin devastar a los cientos de millones de personas que ya están en la pobreza extrema..

La Administración Biden, sin embargo, parece no estar preocupada por la abundante pobreza y la hambruna masiva que resultarán de la falta de disponibilidad de energía barata y confiable en los países subdesarrollados, o la inflación causada por el aumento vertiginoso de los precios que están aplastando a los estadounidenses, quienes "apenas pueden permitirse una comida al día".

Estos son problemas causados por el hombre, creados por la importación de petróleo caro (cerca de $100 por barril), y a menudo más sucio, de adversarios de los Estados Unidos como Rusia y Venezuela, en lugar de extraerlo por mucho menos costo en casa. La Administración Biden tampoco parece preocupada de que, mientras, China e India sigan quemando carbón -el Partido Comunista Chino permite dos centrales eléctricas de carbón nuevas por semana, anulando fácilmente cualquier beneficio que los Estados Unidos puedan estar proporcionando, y, supuestamente, superando a "la combinación de todas las naciones desarrolladas" en emisiones de carbono-.

La Administración Biden tampoco parece preocupada por estar matando vida silvestre, marina y a la industria pesquera instalando turbinas eólicas marinas a lo largo de la costa atlántica, o que la obligación de usar vehículos eléctricos dejará prácticamente sin trabajo a toda la industria de mantenimiento de automóviles (porque no necesitan mantenimiento de rutina), o que las baterías de litio no sólo explotan sino que su reemplazo cuesta miles de dólares. La Administración incluso quiere que el equipo militar, como los tanques, sea eléctrico, como si hubiera estaciones de carga en medio de desiertos extranjeros en caso de conflicto. Además, según NBC News, los volcanes, no impresionados con las órdenes ejecutivas, "superan ampliamente a los humanos en emisiones de CO2".

La Administración Biden ni siquiera se molesta en actuar sobre sus propios hallazgos climáticos: en marzo, la Casa Blanca publicó un informe sobre el impacto del cambio climático en la economía estadounidense. "Sus hallazgos socavan cualquier afirmación de una crisis climática en curso o una catástrofe inminente", escribió Koonin en julio.

"Los autores del informe deben ser elogiados por comunicar honestamente mensajes probablemente no deseados, incluso si no hicieran alarde de ello. El resto de la Administración Biden y sus aliados activistas climáticos deberían moderar su retórica apocalíptica y, en consecuencia, cancelar la crisis climática. Exagerar la magnitud, la urgencia y la certeza de la amenaza climática fomenta políticas mal consideradas que podrían ser más perjudiciales y costosas que cualquier cambio en el clima".

Pero los hechos no impedirán a la Administración Biden seguir adelante con sus políticas radicales: "No creo que nadie pueda seguir negando el impacto de la crisis climática", dijo Biden al comentar sobre el huracán Idalia a los periodistas en la Casa Blanca el 30 de agosto. "Sólo mira a tu alrededor. Inundaciones históricas. Insisto, inundaciones históricas. Las sequías más intensas, calor extremo, incendios forestales significativos que han causado daños significativos".

No importa que gran parte del cambio climático sea aparentemente causado por erupciones solares, sobre las que no podemos hacer nada, y que, a diferencia de las industrias comerciales, no ofrecen subvenciones; o que los grandes incendios forestales son, irónicamente, exacerbados por 'ambientalistas' que se niegan a dejar que la incinerable yesca sea limpiada para que las criaturas no sean molestadas más que por un incendio forestal.

El experto en clima Bjørn Lomborg sugiere que los billones de dólares necesarios para abordar el cambio climático podrían aprovecharse mejor:

"Esta no es una argumentación a favor de no hacer nada, sino simplemente a favor de ser más inteligentes. Para garantizar que podamos hacer la transición de los combustibles fósiles, necesitamos aumentar la investigación y el desarrollo para innovar a la baja el precio de la energía verde. Debemos invertir en todas las opciones, incluida la fusión, la fisión, el almacenamiento, los biocombustibles y otras fuentes.

"Sólo cuando la energía verde sea más barata que los combustibles fósiles, el mundo podrá y estará dispuesto a hacer la transición. De lo contrario, los precios actuales de la energía son sólo una muestra de lo que vendrá".

© Gatestone Institute