La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, confirmó que durante su reciente viaje a China comió setas alucinógenas. Según aseguró la alta funcionaria durante una entrevista con CNN, acudió a un restaurante en Pekín donde le sirvieron un gran plato de hongos. Sin embargo, ella nunca supo las propiedades alucinógenas de lo que estaba consumiendo:
Fui con un gran grupo de gente que organizaron la cena y pidieron la comida. Había un delicioso plato de setas. Yo no sabía que esas setas tenían propiedades alucinógenas. Lo supe después.
Yellen got dosed in China:
"There was a delicious mushroom dish. I was not aware that these mushrooms had hallucinogenic properties. I learned that later.” pic.twitter.com/GL7JGuULed
— Citizen Free Press (@CitizenFreePres) August 15, 2023
Sin embargo, tranquilizó Yellen, ni ella ni el resto de comensales sintieron los efectos "psicodélicos" que se producen después de comer setas con estas propiedades. De hecho, explicó, una buena cocción elimina estas propiedades: "Descubrí que cuando estas setas están bien cocinadas, y estoy segura de que lo estaban porque es un muy buen restaurante, no tienen efecto alguno".
Un bloguero, culpable de destapar la curiosa cena de Janet Yellen
Cuando se produjo la cena, a finales del mes de julio, esta se viralizó en redes cuando un bloguero chino descubrió a la secretaria del Tesoro compartiendo mesa con un grupo de personas en el restaurante Yi Zui Yi Wang de Pekín.
La información no se pudo verificar hasta que el propio establecimiento confirmó en el sitio web de recomendaciones culinarias Weibo que Janet Yellen era, en efecto, una de las clientas. Allí la secretaria pidió un menú que incluía cuatro platos de setas típicas de la gastronomía de Yunnan, una región situada en el sur de China.
La visita de Yellen se produjo un mes después de que el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, fuese a China con la intención de reforzar los lazos entre ambos países. La secretaria acudió justo después con el mismo objetivo. Durante su estancia en Pekín, Yellen reivindicó que la competencia económica entre Estados Unidos y China debía hacerse "bajo unas reglas" que permitiese que ambas potencias se beneficiasen.
