Fronteras abiertas: ¿estrategia demócrata hacia el partido único?

Crece el temor a las regularizaciones masivas de inmigrantes ilegales, mientras legisladores republicanos luchan en ambas cámaras para que el Censo sólo contabilice a los ciudadanos a la hora de atribuir escaños correspondiente a cada estado.

En plena explosión de la crisis fronteriza, Elon Musk puso voz a uno de los grandes temores de muchos votantes sobre los verdaderos objetivos de los líderes demócratas con la gestión migratoria. El magnate alertó del peligro de que el partido azul busque aumentar su poder, e incluso convertir EEUU en un país de "partido único" mediante legalizaciones masivas de los más de 10 millones de personas que entraron de manera irregular desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. No se trata ni mucho menos de algo nuevo o exclusivo del dueño de X (Twitter), y, de hecho, el representante republicano Warren Davidson y varios senadores conservadores presentaron proyectos de ley en ambas cámaras para que el Censo sólo contabilice a los ciudadanos estadounidenses a la hora de decidir el número de congresistas que corresponde a cada uno de los estados conforme a su población.

Tras una "mayoría permanente"

Musk comenzó su exposición el pasado viernes, con un post en X acompañado de una noticia de AP de 2021 que alertaba de que el actual presidente "priorizará el estatus legal de los inmigrantes". Según el magnate, esta afirmación esconde una "estrategia muy simple: 1. Consigue que entren en el país tantos ilegales como sea posible. 2. Legalizarlos para crear una mayoría permanente: un Estado de partido único. Por eso fomentan tanta inmigración ilegal. Simple, pero eficaz". Algo que, según los críticos, como el líder de la mayoría del GOP en la Cámara de Representantes, Steve Scalise, es lo que se encuentra detrás del proyecto de ley bipartidista presentado por varios senadores el pasado domingo. El propio Musk insistió en que esta iniciativa se trata de una medida "para permitir votar a los ilegales".

Los inmigrantes ilegales, claves en la estrategia demócrata

Entre ambas publicaciones, Musk explicó -el propio viernes- que la clave de estos movimientos se encuentra en que "el censo se basa en un simple recuento de personas (incluidos los ilegales) no sólo de ciudadanos". La consecuencia de esto es que se "desplaza el poder político y el dinero a los estados y distritos del Congreso con el mayor número de ilegales". Cada estado tiene un número de representantes conforme a la población con la que cuenta en el momento del censo, que se actualiza cada 10 años. En estos momentos, California (53), Texas (36) y Florida y Nueva York (ambos con 27), son los que cuentan con mayor número de congresistas.

"Sólo los ciudadanos estadounidenses están representados en el Congreso"

Esta situación ya había sido denunciada en múltiples ocasiones y, el pasado 4 de enero, el congresista republicano Warren Davidson volvió a hacer un llamamiento de X para reactivar la resolución conjunta  H.J. 37. En su publicación, el representante por Ohio insiste en que "los distritos del Congreso deben trazarse únicamente en función de la población de ciudadanos estadounidenses. El censo debe contar específicamente a los ciudadanos estadounidenses para el reparto de la representación. Sólo los ciudadanos estadounidenses están representados en el Congreso".

Movimientos "incorrectos y antiestadounidenses"

Poco después, el 24 de enero, el senador por Tennessee Bill Hagerty introdujo un proyecto de ley (la ley de Igualdad de Representación) en este mismo sentido. En un comunicado de prensa, Hagerty denunciaba los movimientos de los demócratas para mantener el poder a pesar del éxodo que los estados azules están viviendo en favor de territorios gobernados por republicanos:

Es inconcebible que los inmigrantes ilegales y los no ciudadanos se tengan en cuenta en el reparto de los distritos del Congreso y en nuestro mapa electoral. Mientras la gente sigue huyendo de las ciudades gobernadas por los demócratas, los demócratas desesperados están rellenando el éxodo masivo con inmigrantes ilegales para no perder sus escaños en el Congreso o sus votos electorales para la presidencia, aumentando así artificialmente su poder político y diluyendo a su vez el poder de los votos de otros estadounidenses.

La coautora de la ley, la senadora Masha Blackburn, insistió en estos argumentos, denunciando que estos movimientos "son incorrectos y antiestadounidenses". Según Blackburn, los demócratas "siguen justificando sus políticas de fronteras abiertas" porque " necesitan un mayor número de personas que les ayuden a conseguir más escaños en el Congreso y más dólares del Gobierno federal".