Se cumplen cien días del arresto y encarcelamiento de Evan Gershkovich, el periodista de The Wall Street Journal al que el régimen de Vladímir Putin tiene retenido en la prisión de Lefortovo, a pocas millas del centro de Moscú. Las autoridades rusas procedieron a su detención tras ser acusado por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia de ser un espía al servicio de la Administración Biden.
En el momento del arresto de Gershkovich, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, dijo: "Lo que estaba haciendo el empleado de The Wall Street Journal en Ekaterimburgo no tiene nada que ver con el periodismo. Lamentablemente, no es la primera vez que la condición de 'corresponsal en el extranjero', el visado de periodista y la acreditación son utilizadas por extranjeros en nuestro país para encubrir actividades que no son periodísticas".
La posición de Gershkovich es inamovible: siempre ha negado trabajar como espía para los Estados Unidos. También lo negó el medio para el que trabaja. "El Wall Street Journal niega vehementemente las acusaciones del FSB y solicita la liberación inmediata de nuestro fiable y dedicado reportero, Evan Gershkovich. Nos solidarizamos con Evan y su familia", señaló en un comunicado. Pero el régimen de Putin no les cree. En junio, la Justicia rusa rechazó liberarle, pese a la petición expresa de la Cámara de Representantes.
Continuará en la prisión de Lefortovo, como mínimo, hasta el 30 de agosto. De salir culpable, podría ser condenado hasta a 20 años de cárcel.
