Tanque M1 Abrams, conozca al "Rey del Campo de Batalla"
Estrenado durante la guerra del Golfo, el carro de combate se ha ido actualizando para seguir siendo en la actualidad esencial para los esfuerzos militares estadounidenses.
"Oleada tras oleada de tanques e infantería se acercaban a nuestra tropa sólo para ser destruidos", recuerda un soldado estadounidense el debut del blindado Abrams. Fue durante la operación Tormenta del Desierto, en la década del 90, para expulsar las fuerzas iraquíes de Kuwait. Otro militar evoca:
Los prospectos del Abrams no eran buenos. Tras una década de 'juntar polvo', los tanques entrarían en su primer combate en terreno poco propicio: diseñados para combatir contra las fuerzas soviéticas en Europa, debían avanzar por las irregularidades del desierto entre tormentas de polvo que disminuían la velocidad y amenazaban con dañar su mecanismo.
Pero, como explica el libro que recoge aquellos testimonios, M1 Abrams: Main Battle Tank de Steve Zaloga, los avances tecnológicos del nuevo vehículo -además de la preparación de su tripulación- permitieron una victoria arrolladora. La visión térmica, por ejemplo, le permitía ver a pesar del polvo y humo, atacando a enemigos ciegos: "No fue una guerra justa, ni siquiera sabíamos que estaban en la zona cuando nuestros tanques empezaron a explotar", diría luego un prisionero enemigo. Su coraza resistía los embates del T-72 soviético de los iraquíes y su munición respondía penetrando al tanque enemigo "como un cuchillo a la mantequilla".
La operación se saldó con 3.487 tanques iraquíes destruidos o capturados. Y ningún Abrams perdido al fuego enemigo. Su avance arrollador en "la mayor batalla blindada de la historia", en palabras del veterano Michael Black, lo coronó como el "Rey del Campo de Batalla".
Armadura regia
En 1972, Estados Unidos decidió construir un tanque capaz de hacer frente a la Unión Soviética y sus aliados del Este. En específico, para prevenir el avance de las fuerzas comunistas por las "llanuras del norte de Alemania", explica el especialista en defensa David Baker. "El M1A1 Abrams fue la respuesta".
El Abrams ha sufrido numerosas modificaciones desde su primer despliegue en Oriente Próximo, a donde debió ser transportado por mar porque la aeronave más grande, la C-5 Galaxy, tendría que haber cargado de a uno. ¿Su peso? Dependiendo del modelo, entre 50.000 y 73.600 kilos cuando completamente equipado para el combate.
El motor de turbina de 1.500 caballos -que le permite alcanzar velocidades de 68 km/h (40 millas/h) en carretera y 48 km/h (30 millas/hora) campo a través-, el cañón principal de 120 mm y su "armadura especial" lo vuelven "especialmente letal contra fuerzas de blindaje pesado", de acuerdo con el Centro de Apoyo a la Adquisición del Ejército de Estados Unidos.
Como parte de su armazón cuenta con una carga explosiva, montada entre dos placas metálicas. Como explica el sitio especializado Real Engineering, este dispositivo es especialmente eficaz contra las "cargas huecas", proyectiles anti-blindaje que explotan una vez impactan con el vehículo. A pesar de su tamaño, también cuenta con tecnología para "camuflarse" del enemigo: crea una cortina de humo rociando combustible en su escape o lanzando granadas que, al explotar, disminuyen la visibilidad.
La tripulación de cuatro -comandante, artillero, cargador y conductor- cuenta con protección anti-armamento químico, biológico y nuclear. Real Engineering explica que el cargador humano distingue al M1 Abrams de tanques de otros países, que tienden a automatizar la carga de combustible:
¿Un tanque... para qué?
Los tanques son propiedad (casi) exclusiva del Ejército. En 2020, los Marines anunciaron que le transferirían sus más de 400 blindados. "El ejército es enorme", defendió la criticada decisión el comandante general David H. Berger en declaraciones recogidas por MarineCorpsTimes:
Difíciles de transportar y caros de adquirir y mantener, la logística fue uno de los grandes impulsores de la medida, según palabras del teniente general Eric Smith en el mismo medio: "Simplemente no se puede llegar a tiempo".
"No necesitas tanques a menos que quieras ganar", sostuvo el general James McConville durante una visita oficial a Australia este año. El entonces jefe de Estado Mayor del Ejército -dejó el cargo a principios de agosto- defendió la utilidad de los blindados, tanques incluidos, dos semanas después de que Australia anunciase que reduciría sus vehiculos militares.
McConville sostuvo, en declaraciones a medios locales, que estos carros de combate eran necesarios para realizar operaciones ofensivas en tierra. El éxito, explicó, radica en la sinergia:
En ese sentido, vale destacar que el garaje de las Fuerzas Armadas no se limita al M1 Abrams. También cuenta con rodados como los Stryker para transportar infantería, o artillería autopropulsada como el M109 Paladin, que blande un obús de 155 milímetros.
A Ucrania
A principios de año, el presidente Biden anunció que el M1 Abrams combatiría en el territorio para el que fue originalmente diseñado: Estados Unidos comenzaría a enviarlos a Europa para asistir a Ucrania. Alemania también accedió a los reiterados pedidos de Kiev, comprometiéndose a enviar una quincena de sus Leopard 2.
El primer lote de tanques americanos llegaría a manos de las fuerzas ucranianas en septiembre, según reportó Politico.
El Abrams del futuro
En el proceso de mejoras incrementales del principal carro de combate del Ejército, la próxima instancia se llama M1A2 SEPv4.
"El tanque Abrams más letal ya está en fase de desarrollo", explica el Centro de Apoyo a la Adquisición del Ejército de Estados Unidos. "Este programa se inició con suficiente antelación como para incorporar cualquier tecnología que el Ejército considere fundamental para el futuro campo de batalla, como inteligencia artificial, autonomía, APS (sistemas avanzados de planificación y programación) o sensores avanzados."
Entre otras mejoras, incluirá tecnología para mejorar la visibilidad, incluyendo un puntero láser y cámara en color, y más precisión y potencia de fuego. "¿Se convertirá el tanque Abrams SEPv4 en el MBT (carro de combate principal) imparable de EEUU?", se preguntaba en una reciente publicación Christian Baghai, programador estadístico y habitual escritor sobre tecnología de guerra. "Sólo el tiempo lo dirá".