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Invierno demográfico: la tasa de crecimiento poblacional en EEUU se reducirá hasta un 0,1% en 2036

Se estima que se alcanzarán los 372 millones de residentes en 2054, lo que supone un descenso del 2,8% respecto a las cifras previstas el año pasado, según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO). 

Ecografía de un bebé

Ecografía de un bebéPexels

Verónica Silveri Pazos

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Un informe reciente de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) redujo las proyecciones de población en el país para los próximos 30 años. Se estima que EEUU alcanzará los 372 millones de residentes en 2054, lo que supone un descenso del 2,8% respecto a las cifras previstas el año anterior (cuando la población proyectada era de 383 millones).

En la última década, la tasa de crecimiento poblacional mostró una tendencia a la baja. Aunque se espera que el país llegue a los 350 millones de habitantes para finales de 2025, el ritmo de crecimiento anual se mantendrá en un promedio del 0,4% durante la próxima década. 

Se estima que a partir de 2036, este índice podría reducirse aún más, hasta un 0,1% anual, reflejando una una tasa de fertilidad que sigue por debajo del nivel de 'reemplazo generacional' (establecido en 2,1 hijos por mujer). Si estas tendencias persisten y no se implementan políticas que fomenten la natalidad o aumenten la inmigración, el país podría enfrentar una contracción demográfica a partir de 2033.

La inmigración influye negativamente en la fertilidad de los nativos

El impacto de la inmigración en la tasa de natalidad también dio un giro inesperado en los últimos años, y es que a pesar de que los inmigrantes tienen una tasa total de fertilidad (TFR) más alta que los nativos, su efecto en la tasa general no es nada relevante.

​En 2023, la TFR de los nativos fue de 1,73 hijos por mujer, mientras que la combinación de nativos e inmigrantes elevó esta cifra a apenas 1,80. Incluso si se duplicara la proporción de mujeres inmigrantes en edad fértil, el TFR general sólo aumentaría a 1,87.

Pero, más allá de aumentar las tasa de natalidad, se ha descubierto un efecto negativo de la inmigración en la fertilidad nativa. Esto no es un fenómeno pasajero. Un análisis del conocido "Mariel Boatlift" de 1980 en Miami mostró que, tras la llegada de más de 125.000 inmigrantes cubanos, la fertilidad en la ciudad disminuyó un 3,4 % en los años siguientes. 

Más allá del impacto directo, la inmigración influye negativamente en la fertilidad de los nativos, especialmente entre la clase trabajadora. Entre los factores explican esta relación se encuentran:

​La presión sobre salarios y empleo, ya que la competencia con la mano de obra inmigrante tiende a reducir los salarios y la estabilidad laboral de los trabajadores menos calificados; y los costos de vivienda en aumento, ya que la inmigración está vinculada a un alza en los precios de alquiler y la compra de viviendas, lo que dificulta que las parejas jóvenes formen una familia;

Impacto en la Seguridad Social

Más allá de la dimensión demográfica, la desaceleración en el crecimiento poblacional tendrá repercusiones en la economía y en la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social.

Una menor fuerza laboral implicará menores ingresos fiscales, lo que dificultará la financiación de programas como el Seguro Social y Medicare. La CBO advierte que sin una afluencia suficiente de trabajadores jóvenes, la población en edad de retiro podría sobrepasar la capacidad del sistema para sostener las pensiones y los servicios de salud.

(Las estimaciones de la CBO incluyen no solo a los residentes en el país, sino también a ciudadanos y residentes legales que se encuentran en el extranjero con derecho a prestaciones).

Una tendencia histórica sin precedentes

El marcado descenso en el número medio de hijos por mujer no sólo afecta a EEUU, también ha revolucionado la demografía mundial. Desde 1965, cuando la tasa global de fecundidad alcanzaba los 5,1 hijos por mujer, se ha observado una caída constante: 4,8 en 1970; 3,7 en 1980; 3,3 en 1990; 2,8 en el 2000 y 2,3 en 2021. 

Este declive sitúa el fenómeno en un contexto sin precedentes. La crisis mundial es tal, que el cambio en los patrones reproductivos no se limita a una región o grupo específico. Países tradicionalmente con bajas tasas de fecundidad (como los de Europa y Japón), conviven ahora con naciones que han adoptado este modelo a un ritmo más acelerado, entre ellas Turquía, Irán, Corea del Sur, Colombia y Brasil. 

La Organización de las Naciones Unidas estimaba que la población mundial -que en 2017 rondaba los 7.600 millones- crecería hasta alcanzar los 10.000 - 11.000 millones en 2100. Sin embargo, estudios más recientes han revisado estas cifras a la baja. La ONU ahora prevé un pico de 10.400 millones en la década de 2080, mientras que el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington proyecta que la población alcanzará un máximo de 9.500 millones alrededor de 2061 antes de iniciar un grave descenso.

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