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Oregón pone fin a la despenalización de drogas duras

El ‘experimento’ progresista elevó las cifras de consumo y mortalidad y logró el rechazo de los ciudadanos que hace solo tres años votaron convertirlo en ley. 

Una persona sostiene un papel de aluminio mientras fuma tras la despenalización de todas las drogas, incluidos el fentanilo y la metanfetamina. Imagen tomada en el centro de Portland, Oregón, el 25 de enero de 2024.

Esquina en Portland tras la despenalizaciónPatrick T. Fallon / AFP

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Hasta aquí. Este domingo llega a su fin el experimento progresista de la despenalización del consumo de drogas duras en Oregón tres años después de que una mayoría de los votantes aprobara la norma.

La gobernadora del estado, Tina Kotek, promulgó una ley para volver delito menor la posesión de drogas como las metanfetaminas, la heroína y el LSD. Meses después de defender la norma porque, al menos, había instalado el tema de la adicción en el discurso público, Kotek reconoció su fracaso en octubre: "Soy muy progresista cuando se trata de políticas publicas, pero también soy pragmática y estoy cansada de las cosas que no funcionan".  

Un 58.46% del electorado estatal aprobó la Norma 110 bajo el eslogan "tratamiento por sobre encarcelamiento". La medida, en verdad, no legalizó el consumo de sustancias adictivas como el fentanilo, metanfetamina o la heroína. Pero sí diluyó sus consecuencias, eliminando el encarcelamiento e imponiendo multas de hasta 100 dólares. Monto que los sancionados podían reducir a cero si en 45 días buscaban tratamiento para salir de su adicción.

También buscaba mejorar los servicios y ayudas sociales para tratar la adicción, recurriendo a dólares recabados de los impuestos a la marihuana (legalizada para usos recreativos en 2015) y el ahorro que generaría debido a la disminución de los arrestos y encarcelamientos.

Más de tres años después, la mayoría de los oregonianos coinciden en que fue un error: el 56% apoyaba la derogación total de la medida a fines del año pasado, según reveló una encuesta de Emerson College Polling. 

La mitad aseguraba que la Norma 110 había vuelto más inseguras a las comunidades, mientras que sólo un 20% decía sentirse más seguro. Un 64% prefería eliminar las partes sobre despenalización antes que dejar la ley como estaba -otros ítems, como el intercambio gratuito de agujas usadas por nuevas, merecieron evaluaciones menos uniformes-.

Las cifras del fracaso

Las muertes por fentanilo aumentaron un 1.500% desde 2019, de acuerdo con datos federales analizados por The Oregonian. Es el aumento más elevado del país.

En 2023, Oregon pasó del puesto 36 de 39 en sobredosis del opiáceo sintético al 17. Fueron 30 muertes cada 100,000 personas.

La promesa "tratamiento por sobre encarcelamiento", principal atractivo para quienes votaron a favor de la despenalización, acabó en cifras alarmantes: una auditoría pública sobre el desempeño de la norma reveló que Oregón quedó en el puesto 50 en acceso a tratamiento. Además, sólo el 1% de las personas citadas por posesión de sustancias llamaban a la línea de teléfono creada como parte del programa para pedir información sobre tratamientos.

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