Los medios de comunicación generan "ansiedad climática" y perjudican a los jóvenes con sus noticias ecoalarmistas
La ansiedad climática (también conocida como eco-ansiedad) es un fenómeno psicológico en el que las personas experimentan preocupación, miedo o angustia ante la perspectiva de un futuro afectado por el cambio climático y esto interfiere con su disfrute de la vida.
En los últimos años, la cobertura por parte de los medios de comunicación referida a la agenda climática ha experimentado un cambio significativo, no sólo en la cantidad de información difundida, sino también en la forma en que se presenta. El creciente alarmismo en torno a la narrativa ambiental y a los fenómenos meteorológicos está contribuyendo a un aumento (especialmente entre los jóvenes) de lo que denominan los expertos como "ansiedad climática".
La ansiedad climática (también conocida como eco-ansiedad) es un fenómeno psicológico en el que las personas experimentan preocupación, miedo o angustia ante la perspectiva de un futuro afectado por el mal llamado "cambio climático" y esto interfiere con su disfrute de la vida.
El 59% de los jóvenes extremadamente preocupados
Este tipo de ansiedad se ha disparado en los últimos años, con un impacto especialmente notable entre adolescentes y jóvenes adultos. Una encuesta de Lancet (realizada en 2021 a 10.000 jóvenes de entre 16 y 25 años) encontró que el 59% estaban muy o extremadamente preocupados y el 84% estaban al menos moderadamente preocupados.
Sin embargo, todo lo que predice la narrativa del alarmismo climático y los eventuales riesgos para las personas en el futuro está lejos de ser confiable. Se tiene conocimiento de que la raza humana está hoy más segura, respecto de las adversidades de los fenómenos climáticos, de lo que era hace 100 años (el número de muertes por desastres naturales relacionados con el clima ha disminuido un 99% desde 1920).
Pero de igual forma, a pesar de estos datos, los especialistas que tratan la ansiedad climática están disponibles en casi todas las principales ciudades de la nación.
Datos corruptos del 96% de las estaciones de EEUU
Existen dos puntos a considerar en el tema del alarmismo climático. Según Steve Milloy en The Wall Street Journal, "Se calcula que el 96% de las estaciones de temperatura de EEUU producen datos corruptos. Alrededor del 92% de ellas tienen un margen de error de un grado Celsius, o casi 2 grados Fahrenheit. La falta de precisión de las temperaturas notificadas, ya sean estimadas o medidas, no es tranquilizadora". Además, a pesar de que se habla de "temperatura global", en realidad, "gran parte de la superficie terrestre no se mide en absoluto. Aunque a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica le gusta presentar las temperaturas globales a partir de 1880, la recogida regular de temperaturas en lugares como los polos norte y sur comenzó mucho más tarde".
En cuanto a qué supondrán para el planeta si se está precipitando el fin del mundo, las mismas agencias oficiales reconocen -cuando se descuidan- la realidad. Por ejemplo, un informe del Consejo de Asesores Económicos y la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca sobre el impacto del cambio climático sobre el Producto Interior Bruto nacional concluyó que la subida de 2,2º Fahrenheit, apenas ha significado una caída del 0,5% del PIB.
Por último, queda la manipulación directa de la realidad para alarmar a la población. Algo que lleva años denunciando Tony Heller. Respecto a los récords de lás últimas fechas. El experto desmonta muchos de los "récords" de calor estos días, así como recuperar gráficos de la NASA sobre temperatura en 1999 y compararlo con los publicados 20 años después, e incluso, visitando wikipedia.
"No hay emergencia climática",afirman 1609 científicos
"No hay emergencia climática", también fue lo que se afirmó en una declaración firmada por 1609 personalidades del mundo científico, incluidos dos premios Nobel, que cargan contra los postulados del Gobierno federal y de la agenda global.
La declaración, respaldada por la organización Global Climate Inteligence Group (CLINTEL), no pretende divulgar en contra de los efectos nocivos de las emisiones contaminantes, pero sí habla de una exageración de algunos postulados que se aprovechan de la incertidumbre.
"La ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas", es uno de los fundamentos de esta iniciativa encabezada por John F. Clauser e Ivar Giaver, ambos premios Nobel de Física. La declaración defiende su independencia y asegura que el debate público en torno al cambio climático se basa en ideas erróneas.
Contrarios a los mensajes de alarma que los voceros del cambio climático suelen lanzar, CLINTEL asegura que hay muchos más matices. De acuerdo con la declaración, el calentamiento global va mucho más lento de lo que las agencias medioambientales han asegurado a lo largo de los años. CLINTEL afirma, que, contrariamente a lo que las políticas gubernamentales sostienen, el Co2 no es absolutamente nocivo. Es una fuente de alimento y recursos para la biomasa de la tierra.
También recuerdan, que contrariamente a las creencias populares, no hay ninguna evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando los huracanes, las inundaciones, sequías o cualquier otro desastre natural. Sin embargo, las medidas de reducción de las emisiones de Co2 siguen siendo cada vez más costosas para la sociedad.