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Desmontando la narrativa woke: los hechos sobre el caso de las boxeadoras con cromosomas “XY” que ya aseguraron medalla en los JJOO 2024

Imane Khelif y Lin Yu-ting no son personas trans, pero tampoco “mujeres con altos niveles de testosterona”. Su caso es un desafío para el mundo del deporte y la seguridad de las atletas.

Imane Khelif y Lin Yu-ting no son personas trans, pero tampoco “mujeres con altos niveles de testosterona”

La argelina Imane Khelif, quien se encuentra en el centro de la polémicaMohd Rasfan / AFP

“Cuando peleé con ella, lo sentí muy fuera de mi alcance, me lastimaban mucho sus golpes. Nunca en mis 13 años de boxeadora me había sentido así, ni en mis sparrings con hombres. Gracias a Dios, ese día bajé con bien del ring y qué bueno que por fin se dieron cuenta”, son palabras de la talentosa boxeadora mexicana Brianda Tamara Cruz, quien a finales de 2022 se subió al cuadrilátero con la argelina Imane Khelif, que la venció con contundencia en las Finales de la Golden Belt Series en Guadalajara.

En ese momento, Khelif aún no era polémica, ni estaba en el intenso ojo de la opinión pública. Pero ya no es así.

Desde que la boxeadora italiana Angela Carini se retiró de la pelea contra Khelif a los 46 segundos, acusando entre llanto golpes inaguantables, muchos cuestionaron al Comité Olímpico Internacional (COI) por permitir que una atleta con cromosomas “XY” participara de los Juegos Olímpicos París 2024 tras no pasar las pruebas de género para el Mundial de Boxeo 2023 organizado por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), en un caso muy similar al de la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting, también envuelta en la polémica.

Sin embargo, desde que muchos críticos empezaron a alzar la voz contra el COI y sus reglas de admisión, también se empezó a librar una batalla comunicacional y política en todo el mundo que no está ayudando a abordar la situación desde una perspectiva objetiva sobre la seguridad de las atletas y el respeto hacia personas con condiciones biológicas atípicas.

En la narrativa woke, los que critican la participación de Khelif y Yu-Ting forman parte de una campaña de “odio” y “transfobia” injusta contra las boxeadoras, un tema de conversación adoptado incluso por el COI que ha acusado a los medios de comunicación internacionales de atacar a las atletas con “desinformación”, sin especificar cuál ha sido la información errónea. Sin embargo, también es cierto que muchos ataques contra ambas atletas son infundados.

Bien lo explica la abogada Irene Aguiar, especialista en derecho deportivo y una referente en cuestiones de ética deportiva y en el impacto de la biología en la competitividad y la seguridad en las disciplinas: Khelif no es una persona “trans”, no es un hombre que se identifica como mujer e hizo una transición de género aprovechándose claramente de sus ventajas físicas, como ocurrió en casos emblemáticos como el del nadador Lia Thomas. En su documento de identidad, Khelif es reconocida como mujer y toda su vida ha participado en competiciones de boxeo femenino. Incluso su padre dijo a los medios que fue criada como niña. Sin embargo, la argelina tampoco es, como algunos periodistas deportivos han dicho, “una mujer con altos niveles de testosterona”.

Ambas afirmaciones son incorrectas. Estos son realmente los hechos:

Boxeadoras con cromosomas “XY” y conflicto entre el COI y la IBA

El 3 de agosto se reveló un hecho que trastocó desde el fondo la narrativa del Comité Olímpico Internacional. Hace 14 meses, en junio de 2023, la IBA advirtió a la organización en una misiva que la atleta argelina fue sometida a pruebas de sexo y ambos "concluyeron que el ADN de la boxeadora era el de un varón compuesto por cromosomas XY".

Antes de la revelación de la misiva, la IBA había publicado un comunicado sugiriendo que tanto Khelif como Yu-Ting no habían pasado las pruebas de género y por ello ambas fueron descalificadas del campeonato del mundo del 2023.

“El 24 de marzo de 2023, la IBA descalificó a las atletas Lin Yu-ting e Imane Khelif del Campeonato Mundial de Boxeo Femenino IBA Nueva Delhi 2023. Esta descalificación fue el resultado de su incumplimiento de los criterios de elegibilidad para participar en la competencia femenina, tal como se establece y se establece en el Reglamento de la IBA. Esta decisión, tomada después de una revisión meticulosa, fue extremadamente importante y necesaria para mantener el nivel de imparcialidad y la máxima integridad de la competencia”.

En el comunicado, la IBA aclaró varios detalles, aunque sin mencionar la ilegibilidad biológica para, supuestamente, respetar la privacidad de las atletas. El primero fue que ninguna de las boxeadoras se sometió a un examen de testosterona, “sino a una prueba separada y reconocida, cuyos detalles se mantienen confidenciales”.

“Esta prueba indicó de manera concluyente que ambas atletas no cumplían con los criterios de elegibilidad necesarios requeridos y se determinó que tenían ventajas competitivas sobre otras competidoras femeninas”, señaló la IBA.

Las decisiones se basaron en dos pruebas, una realizada durante el Campeonato Mundial de Boxeo Femenino de la IBA en Estambul 2022 y otra realizada durante el Campeonato Mundial de Boxeo Femenino de la IBA en Nueva Delhi 2023. Ambas decisiones quedaron legalmente vinculantes porque Lin Yu-ting no apeló la decisión de la IBA ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) e Imane Khelif inicialmente apeló la decisión ante el TAS, pero después la retiró.

Sin embargo, el COI decidió no escuchar las advertencias de la IBA, abriendo una guerra de credibilidad contra la organización por hacer “pruebas de sexo irregulares”.

De hecho, Mark Adams, portavoz del COI, confirmó el 4 de agosto la existencia de la carta de advertencia y aseguró abiertamente que su organización rechazó su contenido porque no están a favor de las pruebas de sexo ad hoc, en una extensa conferencia de prensa que atrajo la respuesta de la IBA.

“En primer lugar, no les sorprenderá saber que voy a repetir la línea de que esas pruebas no son pruebas legítimas (...) Así que efectivamente hubo una carta. Puedo confirmarlo. Pero las pruebas en sí mismas, el proceso de las pruebas, la naturaleza ad hoc de las pruebas no son legítimas. Y también esperarán que les diga que no voy a hablar de los detalles íntimos individuales de los atletas en público, lo que creo que es bastante vergonzoso para quienes han filtrado ese material, francamente. Estar en esa posición debe ser horrible. Además de todo el acoso en las redes sociales que han tenido estos atletas”.

Durante la conferencia, Adams dejó en claro que el COI no está a favor de las pruebas de sexo y consideran suficiente que tanto Lin Yu-ting como Imane Khelif tengan un documento de identidad femenino, a pesar del clima de inestabilidad y del reclamo de varias atletas que compitieron contra ambas en estos JJOO.

Pero la conferencia de prensa del COI, que en los días previos ya había sentado postura, solo generó mayor controversia, con la IBA organizando su propia respuesta ante los medios en otra rueda de prensa que resultó hostil.

Específicamente, el protagonista de la rueda de prensa fue Ioannis Filippatos, expresidente del comité médico de la IBA, quien aseguró este 5 de agosto que se detectaron "anomalías" en los exámenes de sangre en 2022 en ambas atletas.

“Según el resultado médico y el resultado de la sangre, el laboratorio dice que estos boxeadores son hombres. Tenemos dos exámenes de sangre con cariotipo de varón. Esta es la respuesta del laboratorio (...) La medicina es conocimiento, no es opinión... Un pasaporte puede darnos la oportunidad de ser hombres, y mañana, cuando regrese a Atenas, podré ir a mi gobierno y cambiar mi nombre de Ioannis a Ionnia. ¿Eso significa que mañana seré mujer? Por favor, la naturaleza y el mundo biológico no cambian".

Ahora, con ambas organizaciones lanzándose dardos entre sí, la situación se ha vuelto cada vez más enredada y compleja, sobre todo porque los antecedentes muestran que el COI y la IBA están en guerra desde 2019, cuando la IBA fue suspendida como el organismo que lidera el boxeo olímpico.

Ambas organizaciones, además, tienen criterios de elegibilidad completamente diferentes. La IBA expresamente dice en su reglamento que una mujer es aquella persona que presenta cromosomas XX y en el COI, en cambio, los criterios están reseñados en la Unidad de Boxeo, donde se mencionan las categorías de “hombres” y “mujeres”, pero no se establece ningún requisito ni criterio de elegibilidad biológica para éstas. Solo se establecen requisitos de edad, peso y nacionalidad.

¿Quién tiene la razón?

En este punto, es claro que la IBA defiende una postura sobre la preocupación de la seguridad en las atletas mientras que el COI, en cambio, busca que no se estigmatice a atletas que presentan condiciones atípicas en su genética.

Sin embargo, es muy difícil determinar cuál es la condición real de las boxeadoras Khelif y Yu-Ting si no hay exámenes médicos públicos, una situación que también podría comprometer a la privacidad de las atletas, quienes se encuentran en una posición realmente incómoda. En ese sentido, la especialista Irene Aguiar explicó cuáles podrían ser las condiciones de estas atletas, desmintiendo la narrativa woke adoptada por el COI de que las boxeadoras, en realidad, son mujeres y están siendo blanco de una campaña de odio.

“Lo más probable, pero de esto no hay ninguna información de fuente fiable, es que tenga alguna anomalía del desarrollo sexual (ADS o DSD) de cariotipo XY. Esto explicaría que el sexo que consta en el pasaporte sea femenino, por tener genitales de ese aspecto en el nacimiento, y se haya registrado por tanto de esa forma. Sería como el caso de Semenya: biológicamente un hombre con una ADS que hace que sus genitales sean ambiguos al nacer y se le registre de sexo femenino. La ADS de Semenya es 5-ARD 46XY (confirmado por el TAS, el TEDH y, respecto a tener testículos, por Semenya), pero se desconoce si es también el caso de Khelif”.

Aguiar hace referencia al caso de la atleta sudafricana Caster Semenya, una persona hiperandrógena que fue privada de competir por los altos niveles de testosterona y ventajas físicas que tenía sobre sus pares femeninos debido a su condición biológica.

En este punto, es imperioso recordar que el COI no desmintió en ningún momento que las atletas mencionadas tengan cromosomas XY. De hecho, cuando su portavoz Bach dijo públicamente “repito, este no es un caso de DSD, se trata de una mujer que participa en una competición femenina, y creo que lo he explicado muchas veces”, la propia organización tuvo que aclarar sus dichos: “Lo que se pretendía era: ‘Pero repito, este no es un caso transgénero’”.

Sin embargo, a diferencia de Semenya, que competía en atletismo, con Khelif y Lin Yu-ting hay un problema adicional: el boxeo es un deporte de contacto donde la integridad de las atletas está en riesgo.

En el boxeo la paridad de competitividad en cuanto al peso y las condiciones biológicas no se toman históricamente a la ligera y el COI, con su postura, basada en la protección de la privacidad y la no discriminación, está sentando un precedente donde la seguridad y la competitividad no está poniéndose en primer lugar.

Mientras todo esto se discute, Khelif y Lin están listas para disputar las semifinales olímpicas en sus respectivas categorías este martes y miércoles. Ambas ya aseguraron medallas para sus países. 

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