París 2024: Imane Khelif contraataca presentándose como víctima... fuera del ring
El IOC y los medios de izquierda se apresuran a blanquear a la boxeadora argelina que no pasó los controles de género de la Asociación Internacional de Boxeo.
Imane Khelif no tiene rival en el ring entre las mujeres contra las que compite a pesar de no haber pasado las pruebas de género de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés). La controversia por los análisis genéticos que la identifican como hombre y la fuerza de sus puñetazos, aumentada por unos niveles de testosterona varias veces superiores a los de cualquier deportista femenina le dan unas ventajas inalcanzables para sus rivales y le han permitido asegurar una medalla. Sin embargo, y de la mano de los medios de izquierda, Khelif quiere ganar otra batalla en otro escenario diferente: el de la opinión pública.
Para ello, era necesario presentar una imagen muy distinta al killer que acaba con sus contrincantes en menos de un minuto, como le ocurrió a la italiana Angela Carini en el combate que desató la polémica. A pesar de lo difícil de la empresa, ha contado con la inestimable ayuda del Comité Olímpico Internacional (IOC, por sus siglas en inglés) la izquierda radical mundial, especialmente de los medios, que se han apresurado para convertirle en una víctima del odio de la ultraderecha y sectores retrógrados.
Cómo pasar de 'killer' a víctima en tres días
En un tiempo récord, -y mientras continúa combatiendo y destrozando mujeres para hacerlo aún más difícil-el IOC y la prensa han presentado a Khelif sin guantes y vulnerable: una víctima del bullying, del odio "que puede matar los pensamientos, el espíritu y la mente de las personas", como aseguró en una lacrimógena entrevista con SNTV, asociada con AP.
"Envío un mensaje a todas las personas del mundo para que defiendan los principios olímpicos y la Carta Olímpica, para que se abstengan de intimidar a todos los atletas, porque esto tiene efectos, efectos masivos. Puede destruir a las personas, puede acabar con sus pensamientos, su espíritu y su mente. Puede dividir a la gente. Por eso les pido que se abstengan de intimidar".
"Fue algo que daña la dignidad humana"
Tras su victoria ante la húngara Anna Hamori en cuartos de final, Khelif estalló: tras arrodillarse en el centro del cuadrilátero, golpeó el suelo con la palma de la mano antes de romper a llorar:
"No podía controlar los nervios. Porque tras el frenesí mediático y tras la victoria, hubo una mezcla de alegría y, al mismo tiempo, me sentí muy afectada, porque sinceramente, no fue algo fácil de vivir en absoluto. Fue algo que daña la dignidad humana".
Khelif no quiso hacer mención a la IBA, y aseguró que la mejor forma de hacer callar a sus haters es ganar el oro: "No me importa la opinión de nadie. He venido aquí a por una medalla y a competir por ella. Sin duda competiré para mejorar [y] ser mejor, y si Dios quiere, mejoraré, como cualquier otro atleta".