Los católicos de Nicaragua celebraron la Semana Santa con restricciones a los alrededores de las iglesias, ante la prohibición gubernamental que rige desde hace dos años las tradicionales procesiones en las calles. La policía debe autorizar toda actividad pública, incluidas las religiosas.
Las celebraciones de Semana Santa se realizaron en medio de tensiones entre la Iglesia católica y el Gobierno de Daniel Ortega, tras la detención de unos 20 clérigos en las festividades de Navidad y Año Nuevo, excarcelados el 14 de enero y enviados a Roma como parte de un acuerdo con el Vaticano.
"Yo creo que lo importante no es tanto lo lejos que podamos caminar, sino cómo caminamos (...) Las cosas grandes a veces vienen en vasos pequeños", afirmó a la AFP el cardenal Leopoldo Brenes, quien encabezó un viacucris en la catedral de Managua.
Según un recuento de Infobae, al menos cuatro mil policías fueron desplegados esta Semana Santa alrededor de los templos católicos para evitar que se produjeran procesiones religiosas en las calles. Entre tanto, la dictadura promovió actividades bajo la figura de tradiciones populares.
"Unas 400 parroquias del país recibieron notificaciones policiales donde se les prohíbe salir a las calles con las tradicionales procesiones religiosas de Semana Santa, según explicó la abogada Martha Patricia Molina, quien se ha dedicado los últimos años a investigar y exponer la persecución que sufre la Iglesia Católica en Nicaragua", detalló Infobae.
La situación ocurre en un momento en el que la persecución contra los cristianos se agudiza. Aunque Asia y África lideran notablemente la lista de países donde más difícil es la vida para los fieles cristianos, países de América como México, Cuba, Colombia y Nicaragua se encuentran entre los 50 países donde existe más persecución.
