El DOJ presenta cargos federales contra los cinco agentes involucrados en la muerte de Tyre Nichols

Merrick Garland informó de que los policías "privaron voluntariamente a Nichols de sus derechos constitucionales", lo que provocó "su muerte".

El fiscal general, Merrick Garland, anunció que los cinco agentes del Departamento de Policía de Memphis (MPD) involucrados en la muerte de Tyre Nichols han sido acusados de cargos federales relacionados con los derechos civiles, conspiración y obstrucción.

A través de una comparecencia, Garland aseguró que Tadarrius Bean, Demetrius Haley, Justin Smith, Emmitt Martin III y Desmond Mills Jr "privaron voluntariamente a Nichols de sus derechos constitucionales" lo que le causó "lesiones corporales y la muerte".

Además, el fiscal general dijo que "el país contempló horrorizado cómo Tyre Nichols era pateado, golpeado, electrocutado y rociado con gas pimienta".

Anteriormente, la fiscalía estatal de Tennessee acusó a los cinco agentes de asesinato en segundo grado, agresión con agravantes, secuestro, mala conducta oficial y opresión oficial. Unos cargos de los que se declararon inocentes.

La muerte de Tyre Nichols

El 7 de enero de 2023, cinco agentes del MPD dieron el alto a Tyre Nichols después de que, supuestamente, cometiese una infracción de tráfico. Acto seguido, uno de los policías le sacó de su vehículo y, junto con sus compañeros, le tiraron al suelo para proceder a la detención. Nichols se resistió y consiguió zafarse de los agentes en dos ocasiones sin éxito, tal y como muestran las grabaciones publicadas.

Finalmente, al no poder huir y ya ser esposado, los agentes le propinaron una paliza. Una ambulancia acudió al lugar de la detención para llevar a Nichols a un hospital. En uno de los videos se escucha a uno de los agentes comentarle a otro que Nichols trató de quitarle el arma.

Tyre Nichols murió en el hospital el 10 de enero, tres días después de los hechos. Los cinco agentes fueron despedidos y el MPD desactivó SCORPION, la unidad a la que pertenecían.

Poco tiempo después de su muerte, se desató una oleada de protestas y concentraciones que comenzaron en Memphis y se acabaron extendiendo a varios ciudades de los Estados Unidos. Los manifestantes reclamaron responsabilidades legales para los agentes y pedían que se llevasen a cabo medidas para reformar el uso de la fuerza policial, algo a lo que el Departamento de Justicia accedió a revisar.