Deja su cargo Juan González, el responsable de la fallida política de la Casa Blanca hacia Venezuela

Fue el principal asesor del presidente Joe Biden para América Latina y director sénior del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) para el Hemisferio Occidental. Lo reemplazará Daniel Erikson.

Juan González, el hombre que lideró la política de acercamiento de la Casa Blanca hacia el régimen chavista en Venezuela, dejará su cargo dándole paso a Daniel Erikson, actual subsecretario de Defensa Adjunto de Washington para el Hemisferio Occidental.

González, quien fue el principal asesor del presidente Joe Biden para América Latina y director sénior del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) para el Hemisferio Occidental, dejará su cargo a mediados de marzo, según confirmó un portavoz del NSC a Bloomberg News.

La decisión, según el portavoz, fue tomada por González y su familia en noviembre pasado. Una fuente anónima, familiarizada con la decisión, le dijo a Bloomberg News que González tiene hijos pequeños y llevaba meses considerando dejar su cargo.

Tanto González como Erikson son hombres de confianza de Biden, pues fueron sus asesores en su etapa como vicepresidente de Obama.

En 2019, Erikson, quien reconoció al ascenso del expresidente Hugo Chávez como el origen de la crisis de Venezuela, se mostró crítico contra las sanciones impuestas por la Administración Trump al régimen de Maduro.

“Creo que la Casa Blanca se ha enfocado en forma muy dura sobre las sanciones y no se interesó mucho en la diplomacia”, dijo Erikson. “Hemos visto muchas acciones por parte de la administración de (Donald) Trump que incluye sanciones al sector petrolero, a individuos acusados de violaciones a los derechos humanos y corrupción. Pero no hemos visto mucha diplomacia”.

“La presión económica, aunque es muy importante, no será suficiente para provocar un cambio en Venezuela”, subrayó.

En el caso particular de González, de origen colombiano, las críticas han sido incesantes durante estos 3 años de servicio, especialmente por su enfoque hacia el régimen socialista de Nicolás Maduro.

González, junto con Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, trabajaron estrechamente para diseñar la estrategia de Washington para acercarse a Caracas mediante el alivio parcial de sanciones, a cambio de unas elecciones “libres” en este 2024.

Sin embargo, el alivio de las sanciones, y también otros acuerdos polémicos entre la Administración Biden y el régimen de Maduro, como la liberación del testaferro Alex Saab o de los afamados “narcosobrinos”, han sido contraproducentes en la búsqueda de democratizar Venezuela, uno de los supuestos objetivos detrás de la estrategia fallida de la Casa Blanca.

En los últimos meses, en plenas negociaciones por Saab y tras el alivio de las sanciones, el régimen de Maduro recrudeció su persecución contra opositores, defensores de los derechos humanos, periodistas y militares a través de su fiscal general, Tarek William Saab, una de las cabecillas de la dictadura chavista.

Una de las personas más apuntadas ha sido María Corina Machado, la líder de la oposición venezolana, cuyo séquito ha sido acusado por la Fiscalía de Maduro por múltiples cargos infundados, entre ellos el de una supuesta conspiración contra la patria relacionada con el conflicto entre Venezuela y Guyana.

La propia Machado ha sufrido políticamente la persecución del chavismo.

El mes pasado, de hecho, el objetivo de Washington de concretar unas elecciones libres en Venezuela sufrió un duro revés luego de que la Corte Suprema de Justicia del país, dominada por el chavismo, confirmara la prohibición de que Machado pueda participar en las elecciones presidenciales de este año.

De esta forma, el régimen de Maduro violó abiertamente el Acuerdo de Bárbados, apoyado por la Administración Biden, y también burló los esfuerzos de acercamiento de Washington. Sin Machado en la boleta, los expertos, analistas y los líderes de la comunidad internacional afirman que no hay posibilidad de unas elecciones libres en Venezuela.

Además, el chavismo no solo está atropellando las elecciones apoyadas por Washington, también está golpeando a los defensores de los derechos humanos y a sus familiares.

Tan solo esta semana, el régimen de Maduro acusó de “traición a la patria”, “terrorismo” y “conspiración” a la reconocida activista venezolana Rocío San Miguel, quien hasta hace instantes se encontraba en situación de “desaparecida” por las fuerzas de seguridad del chavismo, según denunció el equipo legal de la activista venezolana.

Además de San Miguel, varios de sus familiares, entre ellos su hija, dos hermanos, su padre y su exesposo también fueron capturados y desaparecidos por la dictadura.

Ahota, todos ellos, menos Rocío San Miguel, fueron puestos en libertad, según confirmó el equipo legal, pero bajo la condición que deben presentarse a tribunales periódicamente más la prohibición de salir del país.

Mientras tanto, San Miguel permanecerá en el temible Helicoide, el centro de torturas más grande de América Latina. Ella y sus familiares estuvieron más de cien horas desaparecidos.