Alerta global por la gripe aviar, el virus deja muertes masivas de focas y lobos marinos en Estados Unidos y América del Sur

“Sólo las islas del Pacífico, Australia y Nueva Zelanda siguen libres de la enfermedad, pero la situación está cambiando rápidamente”, advirtió la Organización Mundial de Sanidad Animal.

Un inquietante brote de gripe o influenza aviar de alta patogenicidad (HPAI) está dejando un rastro de devastación entre las poblaciones de focas y leones marinos en diversos lugares del mundo, generando preocupación entre los científicos y desencadenando alteraciones significativas en los delicados ecosistemas marinos que estas especies habitan.

La región del mundo más afectada parece ser América del Sur, donde más de 20.000 leones marinos han perdido la vida en Chile y Perú, junto con miles de elefantes marinos en Argentina. Pero la enfermedad no se ha limitado únicamente a esa zona.

En Estados Unidos, se han registrado casos de la enfermedad entre las poblaciones de focas a lo largo de sus costas. Más de 300 ejemplares han muerto en la región de Nueva Inglaterra, mientras que varias decenas más han sido afectadas en Puget Sound, Washington.

El virus, que según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) se originó en Europa en 2021, ha estado propagándose a los ecosistemas silvestres a una velocidad alarmante. Los científicos aún no han logrado determinar cómo las focas pudieron haber contraído esta enfermedad, pero lo más probable es que se deba al contacto con aves marinas infectadas.

“Sólo las islas del Pacífico, Australia y Nueva Zelanda siguen libres de la enfermedad, pero la situación está cambiando rápidamente”, advierte un comunicado de la OIE que asegura que ya se han visto afectadas 485 especies diferentes de aves, que pertenecen a más de 25 órdenes taxonómicos distinto, además de 37 nuevas especies de mamíferos infectadas desde 2021.

¿Se puede controlar?

Aunque la gripe aviar se puede controlar en animales domesticados, la Dra. Marcela Uhart, directora del programa para América Latina del Centro Karen C. Drayer de Salud de la Vida Silvestre de la Universidad de California, Davis, advierte que una vez que el virus se introduce en la vida silvestre, su propagación puede ser imparable, especialmente entre especies que no tienen un historial de exposición previo al virus.

Los expertos esperan que la vacunación de aves de corral ayude a reducir su propagación. Sin embargo, también es crucial que las personas eviten el contacto con animales potencialmente infectados en la naturaleza y que se tomen medidas proactivas para monitorear y gestionar los brotes en entornos silvestres.

"La naturaleza en rápida evolución de la gripe aviar y los cambios en sus patrones de propagación requieren una revisión de las estrategias de prevención y control existentes (...) es posible que medidas de bioseguridad más estrictas y el sacrificio masivo de aves de corral ya no sean suficientes para controlar la enfermedad", indica un informe de finales del año pasado de la OIE.

¿Cuáles son las consecuencias?

El impacto de la muerte masiva de focas y leones marinos va más allá de la pérdida de estos animales. Estos mamíferos marinos desempeñan un papel crucial como depredadores en los ecosistemas oceánicos, contribuyendo al equilibrio de las cadenas alimenticias y ayudando a regular las poblaciones de especies de peces. Su desaparición podría tener consecuencias graves y duraderas en la salud de los océanos y en la biodiversidad marina en general.

"La pérdida de vida silvestre a la escala actual presenta un riesgo sin precedentes de colapso de la población de vida silvestre, creando una crisis ecológica", señaló la OIE.

A principios de este año, un informe de la ONG Wildlife Conservation Society (WCS) Argentina reveló que se presume que la tasa de mortalidad de elefantes marinos recién nacidos llegó al 96% en la Península Valdés, sur de Argentina. “La mortalidad de las crías fue extraordinaria, catastrófica y probablemente incluyó también a un gran número de adultos. Es posible que estas poblaciones de focas tarden décadas en volver a donde estaban”, informó Claudio Campagna, investigador de WCS.

A medida que el virus continúa mutando y adaptándose, los científicos instan a una vigilancia activa y a la gestión de los brotes para evitar su propagación a otras especies, incluidos los seres humanos.

"Los virus adaptados a los mamíferos marinos pueden tener algunas características que aumentan la probabilidad de transmisión a los humanos", afirma Ron Fouchier, subdirector del departamento de Virociencia del Centro Médico Universitario Erasmus con sede en Rotterdam, Países Bajos.

La pérdida de vida silvestre a esta escala plantea un riesgo sin precedentes para los ecosistemas globales, generando una crisis ecológica que podría requerir una acción urgente y coordinada a nivel internacional.