¿Y si el presidente de la Cámara de Representantes acaba siendo un demócrata?

McCarthy no cuenta con los 218 votos necesarios a priori, aunque el sistema de votación en el hemiciclo podría permitir su investidura... e incluso la elección de Hakeem Jeffries.

Aunque las matemáticas -y unos 14 representantes republicanos confirmados- apuntan contra la elección de Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes en primera votación, el sistema de elección del hemiciclo le concede remotas posibilidades de conseguirlo... e incluso de que sea un representante demócrata el elegido. Todo ello en el 100º aniversario de la última vez que un presidente requirió más de una votación (1923) para alcanzar el puesto.

En primer lugar, para ser el presidente de la Cámara, se necesitan 218  votos (la mitad más uno) de los 435 representantes  totales. Tras las midterms de noviembre, los republicanos cuentan con 222 escaños, por 213 de los demócratas (212 efectivos, tras el fallecimiento del recién elegido Donald McEachin, que queda vacante). Aparentemente, a McCarthy le sobrarían cuatro votos... pero en realidad le falta uno. Desde que fue elegido como candidato al puesto en un encuentro a puerta cerrada entre los representantes republicanos, cinco congresistas conservadores anunciaron que no le concederían su voto en ningún caso. A ellos se sumaron el pasado domingo otros nueve que se declaraban indecisos hasta ese momento.

Al menos 14 republicanos anuncian su "no" a McCarthy

Sin embargo, el sistema de votación da alguna posibilidad al californiano. Los representantes no tienen por qué decantarse por ninguno de los candidatos oficiales, sino que pueden decir únicamente "presente" y se reduce el quorum necesario de manera proporcional -por ejemplo, Nancy Pelosi fue elegida con menos de esos 218 votos-. En este caso, si se abstuvieran suficientes (o demasiados) miembros republicanos, podría darse incluso que los demócratas, que se presume que votarán en bloque por Hakeem Jeffries, el recién elegido sustituto de Pelosi, consiguieran hacerse con el puesto.

Los representantes también pueden nominar a otras personas ajenas a las candidaturas oficiales. De hecho, incluso pueden proponer a gente que no sea representante para el puesto de segundo en la línea de sucesión al presidente del Gobierno. Por ejemplo, el mismo Joe Biden , Donald Trump, e incluso el senador republicano Rand Paul recibieron votos en anteriores elecciones. En este caso, según el New York Post, se prevé que alguien nomine a Andy Biggs como alternativa a McCarthy. La apuesta, según estas fuentes, se mantendría mientras que el elegido siga necesitando de 218 votos o los conservadores alcancen un acuerdo.

Votación individual y en voz alta

Una vez los presidentes de cada partido en la Cámara anuncian el nombre de su candidato, el secretario elige varios congresistas que serán los encargados del recuento. La votación se realiza de manera individual y en voz alta, incluso hay quien se pone de pie o grita para dar mayor emoción o solemnidad al acto. Cada uno de los 435 (434 en este caso) representantes debe proclamar el nombre de su elegido, lo que provoca que la sesión sea muy larga y se aumente la tensión dramáticamente para el recuento, a la vez que permite a los últimos en anunciar su decisión a cambiar el sentido de ésta. Algunos de los defensores de McCarthy ya han señalado que su apuesta por él estará vigente en tanto en cuanto sea capaz de conseguir la mayoría necesaria.

En el caso de que no haya ningún ganador, el secretario mandará repetir la votación nominal hasta que un candidato consiga los votos necesarios. No obstante, pueden realizarse recesos, conocidos como floor fights, en las que los partidos se reúnen y renegocian los apoyos o concesiones para conseguir un acuerdo. Si nadie consigue el respaldo suficiente, e incluso pasan días de votaciones y discusiones, los miembros de la Cámara pueden aprobar una resolución por la que el candidato que consiga mayor número de votos será el presidente. Esto ocurrió en 1856 para la investidura de Nathaniel Banks, con 133 votos tras dos meses. Es difícil que los republicanos acepten esto, puesto que multiplicarían las posibilidades de que Jeffries sea el próximo speaker.

Los rebeldes confían en un candidato de consenso

La norma habitual ha sido, no obstante, la elección en primera votación. Curiosamente, la votación de 2023 se produce en el 100 aniversario de la última ocasión en la que fueron necesarias varios intentos para elegir presidente. Fue en 1923, cuando el republicano Frederick Gillett consiguió ser reelegido en el noveno escrutinio.

Según el NY Post, los republicanos díscolos confían en la aparición de un candidato de consenso. "Creo que en la segunda votación un número cada vez mayor de miembros votará por un verdadero candidato que pueda representar el centro conservador de la conferencia y motivar a la base. Verán ese nombre en la segunda votación", dijo Bob Good, uno de los representantes del "Never Kevin"  a Fox News. Matt Gaetz, otro de los líderes de este grupo, sugirió que propondrá al ex presidente Trump (que mostró su respaldo a McCarthy) y al representante Jim Jordan.

¿Por qué es fundamental la figura del presidente de la Cámara?

La elección del presidente es fundamental para que la Cámara pueda funcionar. El presidente no es sólo el moderador de las sesiones (algo que incluso es habitual que delegue en otro representante de su partido en el día a día), sino que, además, es el jefe administrativo de la institución. En este sentido, el presidente es el encargado de nombrar y supervisar al personal no electo de la Cámara, como el historiador, el consejero general, el inspector general, el sargento de armas, el secretario, el jefe administrativo y el capellán de la Cámara.

Además, es competencia suya establecer y controlar el calendario de votaciones en la cámara. Suele coordinarse con los líderes del Senado y (cuando procede) con la Casa Blanca.