Varios senadores presentan un acuerdo bipartidista para terminar con la crisis fronteriza y enviar ayuda a Ucrania e Israel

El Speaker Johnson anuncia que el plan, que incluye "cerrar la frontera" si se superan los 8.500 migrantes en un día, "llega muerto" a la Cámara de Representantes.

El caos que se vive en la frontera se ha extendido por todo el país. La jornada del domingo dejó nuevas muestras de que la fractura provocada por la gestión migratoria de la Administración Biden alcanza todos los lugares e instituciones del país. Al colapso de las ciudades santuario por los envíos de autobuses cargados de migrantes se unió la presentación de un acuerdo bipartidista en el Senado que rechaza un gran número de republicanos, y del que el portavoz de la Cámara de Representantes llegó a afirmar que se trata de una propuesta que "llega muerta" si finalmente tuvieran que votar sobre ella. Por si fuera poco, 13 de los 25 gobernadores conservadores que firmaron un manifiesto en favor del derecho de Texas a la autodefensa realizaron un acto junto a Greg Abbott en uno de los puntos más calientes de enfrentamiento entre las administraciones para mantener su desafío al Ejecutivo Federal.

Un acuerdo "muerto al llegar"

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, se mostró encantado de presentar un acuerdo bipartidista de unos 118.000 millones de dólares que incluye 20.000 millones para la frontera con México y paquetes de ayuda para Ucrania (60.000) e Israel (14.000), e incluso Taiwán. Un pacto que ya estaba en el ojo del huracán durante su negociación, con el senador James Lankford como principal cabeza desde el bando conservador y que ahora ha terminado de estallar una vez presentado. De hecho, el Partido Republicano de Oklahoma quiere censurar oficialmente a Lankford en rechazo de su participación en la elaboración del proyecto de ley y el speakerJohnson dejó claro que se trata de una propuesta "muerta al llegar" a la Cámara de Representantes.

Los demócratas sólo necesitan 9 senadores republicanos para pasar el proyecto de ley

No obstante, Schumer sólo necesita del sí de 9 miembros del GOP de la Cámara Alta para poder sacar adelante el plan, lo que ha levantado suspicacias y más división entre los conservadores. El veterano líder de los demócratas en el Senado, además, destacó la "plena colaboración" del líder de la minoría republicana, Mitch O'connell, que fue quien designó a Lankford como representante republicano en las charlas. Además de él, los artífices del proyecto de ley son el senador demócrata Chris Murphy y la senadora independiente Kyrsten Sinema.

Autoridad de expulsión

A lo largo de las 370 páginas, los promotores del proyecto aseguran que han sentado las bases para reparar el sistema de inmigración nacional e incluso que incluyen medidas gracias a las cuales la avalancha migratoria perderá fuerza. Algo en lo que los críticos discrepan, además de denunciar que el texto está lleno de trampas y "lagunas jurídicas" que lo hacen "peor de lo esperado", en palabras del portavoz Johnson.

Una de las medidas estrella, destacada por los negociadores y líderes, es la activación de la expulsión de inmigrantes si se superan las 8.500 llegadas en un día o si se registran 5.000 durante siete días consecutivos. De hecho, si se superaran las 4.000 por día durante una semana, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, podría invocar la autoridad para proceder a la expulsión.  No obstante, los críticos denuncian que la redacción de la norma deja algunas trampas que convierten esta iniciativa en un gesto vacío, como las cláusulas de activación, recogidas en la página 122 del acuerdo:

(3) ACTIVACIÓN DE LA AUTORIDAD

(A) ACTIVACIÓN DISCRECIONAL: El Secretario podrá activar la autoridad de emergencia fronteriza si, durante un período de 7 días naturales consecutivos, se encuentra una media de 4.000 o más extranjeros al día.

(B) ACTIVACIÓN OBLIGATORIA: El Secretario activará la autoridad de emergencia fronteriza si

(i) durante un periodo de 7 días naturales consecutivos, se encuentra una media de 5.000 o más extranjeros al día; o

ii) en cualquier día natural, se encuentra un total de 8.500 extranjeros o más.

Cruce de críticas

Quienes se oponen a la norma destacan que el supuesto "mandato" es, en realidad, una opción política para el Ejecutivo, que deja en manos de Mayorkas y el presidente su activación: "Siempre que se active la autoridad de emergencia fronteriza, el Secretario tendrá autoridad, a su entera e irrevisable discreción, para expulsar sumariamente y prohibir, en todo o en parte, la entrada en Estados Unidos de cualquier extranjero identificado en la subsección (a)(3) que esté sujeto a dicha autoridad de acuerdo con esta subsección".

El propio Lankford salió al paso de las críticas, que calificó de "absurdas y falsas", apuntando que "la autoridad de emergencia no está diseñada para dejar entrar a 5.000 personas, sino para cerrar la frontera y mandar de vuelta a 5.000 personas".

Algo en lo que abundó Sinema que aseguró, tanto en declaraciones a CBS como en su cuenta de X, que esta propuesta acaba con la política de "capturar y liberar" vigente en estos momentos.

No a "esfuerzos legislativos buenistas"

Algo que los republicanos no parecen muy propicios a aceptar. Así, el líder de la mayoría conservadora en el Congreso, Steve Scalise anunció que la norma "no recibirá ni un solo voto en la Cámara de Representantes" y señaló el segundo gran punto de discrepancia, que el pacto "concede permisos de trabajo automáticos a los solicitantes de asilo, un imán para la inmigración ilegal". El presidente de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara Baja, Mark Green, también arremetió contra el pacto, al asegurar que "me opondré con vehemencia a cualquier acuerdo que legitime o normalice cualquier nivel de inmigración ilegal. Debemos poner fin a esta crisis fronteriza histórica, no con esfuerzos legislativos buenistas, sino haciendo cumplir la ley".