Una nueva regulación climática de la ciudad Nueva York amenaza a las pizzerías con hornos de leña

El Departamento de Protección Ambiental propuso una iniciativa que obligaría a estos restaurantes a reducir sus emisiones en un 75 %.

No es secreto para nadie que la pizza hecha con hornos de leña o carbón adquieren un sabor especial. En efecto, según aclara la empresa de cocina Mandolina, este método de cocción supone cuatro beneficios: "satisfacción personal",  "sabor ahumado", "showcooking" y una mayor durabilidad del producto terminado. Bueno, una posible nueva regulación de la Ciudad de Nueva York podría condenar a los restaurantes que preparan su pizza de esta manera.

Resulta que el Departamento de Protección Ambiental de la Ciudad de Nueva York propuso que los locales gastronómicos que utilicen este método de cocción reduzcan sus emisiones de carbono hasta en un 75 %.

La nueva regulación supondría que todas las pizzeras que hayan instalados sus hornos de carbón o leña antes de mayo del 2016 compren sistemas de filtro de aire para controlar estas emisiones, sistemas que no son precisamente económicos.

"Todos los neoyorquinos merecen respirar un aire sano y las estufas de leña y carbón están entre las que más contaminantes nocivos emiten en los barrios con mala calidad del aire", aseguró Ted Timbers, portavoz del departamento.

"Esta norma de sentido común, elaborada con grupos de restauración y justicia ambiental, exige una revisión profesional para determinar si es viable instalar controles de emisiones", sumó.

Según un funcionario le aclaró al New York Post, menos de cien restaurantes se verían afectados por la medida. Dentro de este grupo resaltarían reconocidos restaurantes como Lombardi's, Fornino's , Arturo's, John's of Bleecker Street, Patsy's y  Grimaldi's.

La propuesta tiene que ver con el cumplimiento de una ley del 2015, promulgada por el entonces alcalde demócrata Bill de Blasio.

La respuesta de los restaurantes

Paul Giannone es dueño del restaurante Paulie Gee's, uno de los tantos que preparan la pizza en estos hornos de carbón o leña. Según le confesó al mencionado medio, tuvo que instalar uno de estos equipos de filtro aire y gastó 20.000 dólares. Además, lo calificó como "caro" y "una gran molestia".

"¡Oh, sí, es un gran gasto!. No es sólo el gasto de tenerlo instalado, es el mantenimiento. Tengo que pagar a alguien para hacerlo, para ir allí cada dos semanas y la manguera hacia abajo y usted sabe hacer el mantenimiento ", agregó.

La regulación exigiría que las pizzerías contraten a un profesional para determinar si la instalación de estos dispositivos reduciría efectivamente las emisiones de carbono en un 75  %. De no ser posible, el profesional se encargará de averiguar si existe otro tipo de control que pueda al menos reducir esas emisiones en un 25 % o explicar por qué no se pueden instalar esos controles.

Para zafar de esta situación, los restaurantes implicados deberán solicitar una variación o exención, deben probar que tienen dificultades que lo justifiquen.