Un informe desvela la responsabilidad de Pelosi en los fallos de seguridad durante el 6 de enero

Un documento de representantes republicanos señala a la presidenta de la cámara por presionar con criterios políticos al responsable de seguridad del Capitolio y ocultar información a los miembros del GOP.

Un informe elaborado por congresistas republicanos ha desvelado que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, jugó un papel clave en la desastrosa seguridad y gestión de la información de los servicios de Inteligencia del Capitolio durante el asalto del 6 de enero de 2021. En el documento se recogen pruebas de que la veterana demócrata presionó con criterios partidistas al sargento de armas de la institución así como de la exclusión de representantes conservadores en las reuniones clave y de la ocultación de datos a los miembros del GOP.

"Los fallos de la dirección y de las fuerzas del orden en el Capitolio de Estados Unidos dejaron el complejo en una situación de vulnerabilidad el 6 de enero de 2021", concluye el informe. Para la redacción, cinco representantes republicanos recopilaron mensajes de texto y de correo electrónico, así como testimonios de dirigentes y agentes de base de la Policía del Capitolio. En el documento, se señala que uno de los principales acusados del desastre de la seguridad en esa jornada, el sargento de armas de la Cámara, Paul Irving, -que perdería su puesto tras los incidentes- "sucumbió a las presiones políticas de la Oficina de la Presidenta Pelosi y de la dirección demócrata de la Cámara", se vio "comprometido por la política y no se preparó adecuadamente para la violencia en el Capitolio".

"Presiones políticas"

En el escrito se destaca que Irving debía obedecer a Pelosi siguiendo la cadena de mando, puesto que respondía ante ella como uno de los tres miembros con derecho a voto de la Junta de Policía del Capitolio. De hecho, tras su cese, recibió varios correos calificando su salida de injusta y señalando a las instrucciones y presiones de la presidenta de la cámara como la verdadera razón del desastre. Por ejemplo, un email de un trabajador anónimo criticaba la "reacción instintiva de Pelosi al suceso sin precedentes de ayer" y calificaba su dimisión de "espectacularmente injusta, inequitativa e injustificada". No es culpa suya. Ni culpa de [Steven, jefe de la Policía del Capitolio] Sund".

Los autores del informe denuncia que los representantes republicanos fueron deliberadamente excluidos de "importantes discusiones relacionadas con la seguridad" mientras que Pelosi y su equipo "coordinaron estrechamente" con Irving los planes de seguridad para la Sesión Conjunta del Congreso del 6 de enero. De hecho, el informe refleja los movimientos que los participantes en estas reuniones realizaron para mantener a sus rivales a oscuras. Por ejemplo, el propio Irving llegó a indicar a un veterano miembro del personal demócrata que "se hiciera el sorprendido" cuando envió "información clave sobre los planes para la Sesión Conjunta del 6 de enero de 2021 a él y a su homólogo republicano".

Obsesión con evitar otro Black Lives Matter

Además, en el informe se denuncia que la Guardia Nacional no pudo desplegarse a tiempo por una decisión política de Pelosi y "la preocupación generalizada de los líderes demócratas por la 'óptica' tras las protestas del verano de 2020 de Black Lives Matter". El propio jefe de la Policía del Capitolio, Sund, ha señalado que él personalmente reclamó tropas varias veces antes del 6 de enero, pero Irving rechazo sus demandas preocupado por la "óptica". De hecho, el mismo día de los acontecimientos, Sund repitió su petición, pero la ayuda se retrasó hasta después de que terminaran los disturbios, porque Irving necesitaba hacerla llegar a la cadena de mando, es decir, a Pelosi.

El documento refuta las afirmaciones de Pelosi de que ella "no tiene ningún poder sobre la Policía del Capitolio", subrayando que "El Reglamento de la Cámara dicta[...] que el Sargento de Armas debe informar directamente al Presidente de la Cámara". De hecho, "los documentos proporcionados por el [actual] Sargento de Armas de la Cámara muestran cómo el entonces Sargento de Armas de la Cámara, Paul Irving, llevó a cabo sus funciones en clara deferencia hacia la Presidenta, su personal y otro personal demócrata".

Errores de los servicios de Inteligencia

Para reforzar su afirmación, los autores se hacen eco de otras ocasiones en las que la presidenta de la Cámara sí ejerció su autoridad en materia de seguridad, como "cuando ordenó el uso de magnetómetros fuera de la Cámara de Representantes en nombre de la seguridad... Del mismo modo, exigió máscaras en la Cámara de Representantes [y] ejerció influencia en los protocolos de seguridad del Capitolio relacionados con la valla perimetral... También supervisó el vallado que se levantó para una supuesta concentración el 18 de septiembre de 2021, que nunca llegó a materializarse".

Capítulo aparte merece la División de Inteligencia de la Policía del Capitolio. Según el escrito, ésta "no advirtió a la dirección de la USCP ni a los oficiales de línea sobre la amenaza de violencia", a pesar de haber "obtenido suficiente información de una serie de canales para anticiparse y prepararse para la violencia". Lo que sucedió al respecto es aún más surrealista en realidad: Un informe de los servicios de inteligencia tres días antes de los disturbios sí advertían de un posible escenario violento en el que "el propio Congreso" podría ser atacado por partidarios de Trump armados. Pero la advertencia quedó enterrada al final de las 15 páginas del texto, fuera del resumen inicial, por lo que se pasó por alto.

Decisiones desafortunadas

Dentro de los fallos de inteligencia, los republicanos señalan directamente a la subdirectora de la división de inteligencia de la USCP, Julie Farnam, que había cambiado el Departamento de Seguridad Nacional por el Capitolio apenas 10 meses antes. Según los analistas, "la sección se volvió 'no funcional' inmediatamente después de la llegada de Farnam, ya que ésta trató de 'consolidar el poder para sí misma en detrimento de la seguridad del Capitolio'".

En el informe se recogen documentos y testimonios que demuestran Farnam "empezó a desmantelar los sistemas que habían mantenido seguro el Capitolio durante tanto tiempo" nada más llegar y sin conocer el funcionamiento ni a los equipos a su cargo. Además, sus decisiones durante el periodo de incubación de los disturbios y durante el estallido de éstos fueron desafortunadas, según declaraciones de agentes a su cargo.

"Estrictamente reactivos"

"La información sobre las protestas planeadas y las amenazas de violencia se aisló y no se analizó y difundió adecuadamente durante este periodo clave debido a las prioridades equivocadas de Farnam", según el informe. Un analista de inteligencia denunció que "en el momento del 6 de enero no estábamos haciendo búsquedas proactivas en los medios sociales como habíamos hecho antes. Éramos estrictamente reactivos".

El informe desmonta la versión que la propia Pelosi quiso dar sobre su actuación supuestamente heroica a través de un vídeo publicado hace unos meses en el que se seguía a la presidenta de la Cámara durante el asalto. En la grabación, en la que se veía a una Pelosi liderando, organizando y tranquilizando a todos los presentes en el Capitolio, la veterana demócrata reconocía sus ganas de "pegar un puñetazo en la cara" a Donald Trump.

"Partidismo, incompetencia e indiferencia"

Los autores del documento son los representantes republicanos  Jim Banks, Jim Jordan, Rodney Davis, Kelly Armstrong y Troy Nehls. Se da la circunstancia de ellos eran los cinco congresistas nominados en un principio para formar parte del comité el 6 de enero, pero Pelosi vetó a Banks y Jordan. El líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, retiró al resto como protesta y Pelosi aprovechó para colocar entonces a Liz Cheney y Adam Kinzinger, dos republicanos antiTrump.

El mismo Banks exponía a Just The News sus conclusiones: "Nuestro informe expone el partidismo, la incompetencia y la indiferencia que condujeron al desastre del 6 de enero y el papel principal que la presidenta Pelosi y su oficina desempeñaron en el fracaso de la seguridad en el Capitolio. El representante republicano no dudó en cargar contra el comité del 6 de enero, al que tildó de "farsa: "A diferencia de la farsa del Comité del 6 de enero, los republicanos de la Cámara elaboraron un informe útil que mantendrá a salvo al Capitolio y a los funcionarios de la USCP sin poder de citación y sin presupuesto".