Una nueva encuesta de USA Today y Suffolk University muestra que el apoyo de los hispanos al presidente Joe Biden va en caída libre. Pasó de 65% en el 2020 a 34%. Mientras tanto, el expresidente Donald Trump pasó del 32% al 39%.
¿Cuáles son las razones por las que Biden ha perdido tanto apoyo, mientras que Trump -acusado ampliamente por el mainstream media de ser racista- sube en popularidad entre los hispanos? El asunto es multifactorial pero vamos a enfocarnos en tres razones principales.
La economía es lo más importante para los hispanos
Los hispanos son un grupo muy trabajador, de hecho la mayor parte de la migración hispana es migración económica, vienen a este país buscando emplearse o persiguiendo el sueño de abrir una empresa. La economía con el presidente Biden no va bien, y aunque el presidente intente convencer al pueblo americano acerca de "Bidenomics", cada persona, no solo los hispanos, se da cuenta que la situación ha empeorado cuando va al mercado y cada vez el sueldo le alcanza para menos, cuando le cuesta cada vez más tanquear su carro por cuenta de los elevados precios, y en general cuando mira sus cuentas bancarias.
Los hispanos, además, son la comunidad más emprendedora. Uno de cada cuatro nuevos negocios en Estados Unidos tiene dueños hispanos. Estas cifras son la prueba del trabajo duro y las ganas de progresar que caracterizan a la comunidad. Millones de hispanos llegaron a este país buscando la libertad económica que no existe en Latinoamérica, y que les permite trabajar, pero también crear empresa y progresar. Cuando el panorama económico se hace cada vez más difícil, con impuestos que castigan la creación de empresas y con una inflación que hace todo más difícil, se hace claro para el votante hispano que el país está perdiendo el rumbo.
Por lo tanto, no es difícil de entender que muchos hispanos que disfrutaron los buenos resultados económicos de la Administración Trump, vean la diferencia con lo que ocurre hoy y no estén dispuestos a apoyar más al presidente Biden.
La seguridad importa
Los países de Latinoamérica tienen niveles de violencia muy elevados. La pobreza, sumada a la falta de justicia hacen que el crimen sea un problema diario, por eso, además de la prosperidad económica, los hispanos valoramos mucho la seguridad, que además está íntimamente ligada al progreso económico, porque sin seguridad es imposible crear empresa o disfrutar de la riqueza que se crea.
En algunos lugares de Estados Unidos la violencia es insoportable, para muchos hispanos es aterrador que los robos y la inseguridad que vivían en sus países de origen esté ocurriendo también en Estados Unidos. Los hispanos conocen muy bien lo que ocurre cuando la justicia no es aplicada debidamente, y en la actual Administración parece que cada vez se debilita más el cumplimiento de la ley.
Fenómenos como el creciente robo de tiendas a plena luz del día y sin que nadie frene a los grupos de ladrones que en manada entran a los supermercados, son inexplicables para muchos latinos que siempre vieron a Estados Unidos como un país donde quebrar la ley traía graves consecuencias. Además, la delincuencia ha llegado al punto en el que en este país se permiten cosas que ni siquiera en Latinoamérica ocurren; las tiendas en Estados Unidos ya parecen resignadas a que no pueden hacer nada ante el robo constante y las absurdas leyes de las administraciones demócratas que permiten el crimen y no castigan a los delincuentes.
Los hispanos son conservadores
Los hispanos tenemos familias grandes y somos muy creyentes. En Estados Unidos la ideología woke cada vez toma más fuerza, y no solo se trata de grupos minoritarios diciendo locuras, sino de una ideología impulsada, y muchas veces impuesta desde el Estado, que pretende destruir la familia y ofender nuestra fe. La mayoría de hispanos se sentiría profundamente preocupado y ofendido si a sus hijos les dicen en el colegio que pueden "escoger su género".
Los hijos son sagrados y son los padres los únicos que tienen el derecho de elegir su educación, el avance de la ideología woke en el Gobierno Biden ofende y preocupa sobremanera a muchos hispanos que aunque tal vez no son republicanos, su límite es cruzado cuando se meten con sus hijos y sus creencias.
