Totalitarismo climático: Países Bajos condena a miles de ganaderos a cerrar sus granjas

En plena escasez alimentaria global, el Gobierno exige a los productores esfuerzos económicos colosales para reducir las emisiones de nitrógeno que derivan en el cierre de explotaciones.

El Gobierno de Países Bajos quería abanderar la lucha contra el cambio climático y se ha topado con la lucha de los ganaderos contra sus imposiciones verdes. Durante las últimas semanas, miles de granjeros han salido a la calle para protestar contra la amenaza de cierre de sus explotaciones.

Los agricultores y ganaderos denuncian la deriva autoritaria del Gobierno liderado por Mark Rutte. Alentada desde Bruselas, la Administración neerlandesa está imponiendo fuertes restricciones a las granjas para poder llevar a cabo su actividad. Se trata, según la burocracia, de cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 reduciendo en un 50% para ese año las emisiones de nitrógeno procedentes de granjas y campos de cultivo. Una exigencia que alcanza el 75% de reducción de emisiones en las reservas naturales protegidas conocidas como zonas Natura 2000.

El plan sobre el nitrógeno contempla unas exigencias claras para los ganaderos: sostenibilidad, reubicación o cierre.  El Gobierno y la Unión Europea subvencionan a los granjeros para que cambien su forma de producir. Si no pueden asumir el gasto del nuevo modelo de producción, se ven obligados a cerrar su explotación o a cedérsela al Estado, a imagen y semejanza de los procesos de colectivización comunista.

Se estima que más de 11.000 explotaciones (una de cada cinco) tendrán que cerrar y que un total de 29.000 granjas se verán afectadas por esta exigencia verde. Miles de propietarios tendrán que reducir sus cabezas de ganado empujados por Bruselas y su propio Gobierno, que achaca al orín y las heces de los animales los altos niveles de nitrógeno del país.

El Gobierno inició la semana pasada las reuniones con las organizaciones representantes del sector agrícola para intentar poner fin a las movilizaciones de agricultores y ganaderos. Los granjeros, por su parte, continúan protestando ante lo que consideran un ultimátum imposible de cumplir. La Administración insiste en que el objetivo de reducir las emisiones el 50% es intocable.

Asfixia verde a los trabajadores y recortes de producción en plena escasez alimentaria

Países Bajos cuenta con un ministerio propio para la Naturaleza y el Nitrógeno, comandado por Christianne van der Wal. Uno de sus objetivos prioritarios es cumplir a toda costa con las exigencias verdes de la Unión Europea, pasando si es necesario por encima de los intereses de sus propios compatriotas.

En Países Bajos hay cerca de 4 millones de vacas y 11 millones de cerdos. Se trata del segundo mayor exportador de productos agrarios del mundo, después de los Estados Unidos, a pesar de que apenas cuenta con una población de 17 millones de habitantes, lo que pone de manifiesto la importancia del sector en su economía.

A este factor hay que sumar el contexto internacional, con una crisis alimentaria en ciernes. Con la escasez de materias primas y los precios en constante aumento, no parece una buena idea recortar en aproximadamente el 30% la población ganadera del país. A menos que lo que pretendas es llevar a cabo aquella máxima de "no tendrás nada y serás feliz", ni siquiera algo con lo que llenar un plato de comida.

En Voz Media ya les hemos contado cómo la voracidad ecologista es capaz de arrasar economías sanas. Hace apenas un mes, el presidente de Sri Lanka tuvo que huir del país ante el colapso de su economía, derivado, de manera muy destacada, de la alineación con los objetivos eco-globalistas.