La semana pasada, Hunter Biden estaba citado por el Partido Republicano para comparecer en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes y responder a las preguntas que le formulasen los miembros de la comisión sobre sus negocios en el extranjero. El hijo del presidente retó a los legisladores y, en vez de personarse en el interior del Congreso para testificar de manera privada, lo hizo en el exterior y delante de los micrófonos de los medios de comunicación. Ahora, ese desafío le puede costar un nuevo procedimiento por desacato, algo que ya exigen republicanos y expertos.
Esa posible apertura de un proceso judicial está respaldada por la mayoría de los estadounidenses. Según un sondeo realizado por Harvard Caps/Harris antes del desafío de Hunter Biden (entre el 9 y el 12 de diciembre), el 71% de los encuestados apoya que el Departamento de Justicia (DOJ) inicie un procedimiento por desacato contra el hijo del presidente.
Al margen de este registro, llamativo es el número de afines o afiliados al Partido Demócrata que apoya que el DOJ abra un proceso judicial. El 54% lo respalda, igual que el 89% de los republicanos y el 72% de los independientes.
Según informó Breitbart, en el caso de que el DOJ condene a Hunter Biden, sería castigado con 100.000 dólares de multa y pena de cárcel.
El Congreso ya ha iniciado su procedimiento por desacato contra el hijo de Joe Biden, tal y como anunciaron James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, y Jim Jordan, presidente del Comité Judicial:
No le daremos un trato especial porque se apellide Biden. Cuando nuestros comités se disponían hoy a interrogar a Hunter Biden, él optó por hacer una declaración pública en el Capitolio en la que dijo que su padre, Joe Biden, no estaba implicado financieramente en los negocios de su familia.
