Scottie Scheffler obtiene su segunda chaqueta verde en el Masters de Augusta

El golfista estadounidense salió victorioso en el primer Major de la temporada por cuatro golpes.

Fue una jornada redonda para el estadounidense Scottie Scheffler, el mejor golfista de la actualidad, quien volvió a demostrar su dominio en el circuito tras imponerse con claridad en el Masters de Augusta, el primer Major de la temporada.

Scheffler, quien le sacó cuatro golpes a su más inmediato perseguidor, el sueco Ludvig Aberg, número dos del mundo, amplió su armario y se puso por segunda ocasión en su carrera la famosa chaqueta verde a sus 27 años, que había conseguido por primera vez en el 2022.

A Scheffler y Aberg le siguieron Collin Morikawa, Tommy Fleetwood y Max Homa (-4). Cameron Smith y Bryson DeChambeau quedaron justo detrás (-2) y Xander Schauffele (-1) cerró el selecto grupo de solo ocho jugadores que acabaron por debajo del par del campo.

Como nota anecdótica, el histórico Tiger Woods terminó en la posición 60º y último entre quienes pasaron el corte, cosechando a sus 48 años el resultado más alto de su carrera en el Masters, +16. Un desempeño que no mancha en absoluto el gran legado de Woods, historia vida del deporte.

Como dicta la tradición, el último campeón, el golfista español de origen vasco Jon Rahm, fue el encargado de ponerle la chaqueta verde a Scheffler, quien entre semana fue noticia tras volver a dejar en claro que lo primordial en su vida no es el golf, sino su fe cristiana y su familia.

"Creo en Jesús. Al final creo que eso es lo que más me define... Fui llamado aquí para glorificar a Dios”, afirmó Scheffler unos días atrás.

De hecho, el mejor golfista de la actualidad ganó el Masters teniendo su cabeza en dos lugares al mismo tiempo: en el campo y con su esposa, Meredith, quien podría entrar en labor de parto en cualquier instante.

Por esta razón, Scheffler recibió un permiso especial para que un miembro de su staff llevara un celular, aunque estén prohibidos en Augusta, pues el mismo Scheffler había prometido que si su esposa entraba en labores de parto mientras se disputaba el torneo iba a abandonar la ronda en juego para presenciar el nacimiento de su primer hijo.

Sin embargo, para fortuna de Scheffler, su esposa y los fanáticos del golf, el número uno del mundo pudo jugar tranquilo todo el fin de semana, dejando en claro que él es el dominador de la era por un largo trecho.