Saqueos en Argentina: cómo el peronismo va perdiendo la guerra de información contra Milei
La campaña electoral en el país sudamericano está entrando en una etapa determinante con el outsider libertario afianzándose en las encuestas.
El martes, 22 de agosto, el carismático candidato presidencial argentino Javier Milei, líder del espacio político La Libertad Avanza, escribía en Twitter (X) que era “trágico” como la Argentina parecía volver al 2001 de la mano de la pobreza y los saqueos.
“La Argentina no resiste más este modelo empobrecedor que se sostiene por la fuerza de quienes viven a costa del esfuerzo de los argentinos de bien”, escribió Milei, el gran ganador de las elecciones primarias (PASO). “Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre”.
El mensaje del economista libertario, un outsider político que apunta con fuerza a la Presidencia, llegó en medio de horas intensas para la Argentina, con denuncias de saqueos en distintos puntos del país que causaron alarma y críticas hacia el Gobierno nacional, liderado por el progresista Alberto Fernández.
“Mendoza, Córdoba y Neuquén, primero, y Buenos Aires, después, fueron algunos de los distritos afectados. También hubo episodios de estas características en la capital de Chaco y en Bariloche (Río Negro)”, fueron algunos de los sitios donde se saquearon comercios, reportó Infobae, detallando que hubo un total de 150 intentos de saqueos en toda la provincia de Buenos Aires y unas 94 personas detenidas.
A pesar de las decenas de vídeos en redes sociales y las denuncias de robos en supermercados, tiendas de ropa, licorerías y establecimientos de electrodomésticos, algunas voces del Gobierno argentino, siendo la más relevante su portavoz, Gabriela Cerruti, salieron al paso de las críticas y acusaron (o sugirieron), sin evidencia, que La Libertad Avanza y Milei estaban detrás de estos actos delictivos negando que se tratasen de saqueos.
“Las imágenes que están circulando en las redes son falsas, publicadas en cuentas que claramente con seguidores o empleados de Javier Milei”, escribió Cerruti. “No hay tales saqueos: hay rumores y agitación a través de grupos de WhatsApp porque son profundamente antidemocráticos y quieren desestabilizar”.
Sus palabras no le salieron baratas. La portavoz de Presidencia no solo fue ampliamente criticada en redes y en la prensa, sino que también fue imputada por el fiscal Guillermo Marijuan por omisión de denuncia e incitación a la violencia tras los saqueos.
La imputación tiene como base que Cerruti no efectuó, como funcionaria pública, la denuncia sobre la supuesta información que tenía sobre los saqueos.
Asimismo, culpó a Javier Milei como el supuesto promotor de los ataques sin aportar pruebas.
Esta narrativa impulsada por el Gobierno, aunque confusa, tenía un objetivo claro: que la palabra saqueos no fuera el término utilizado para el atentando contra los comercios, pues, según una parte de la versión oficial, lo que estaba sucediendo eran ataques puntuales orquestados por adversarios políticos.
El cruce de Cerruti inició una extraña guerra de narrativas entre el Gobierno y La Libertad Avanza, con un tercer espacio, Juntos por el Cambio, intentando pescar en río revuelto aprovechando la sensación de inseguridad que emanaban las redes.
De hecho, a la batalla de narrativas no solamente se presentaron políticos, sino también activistas comunicacionales, como es el caso del autodenominado experto en “Fake News” Mauri Brissio, un prominente activista progresista “anti Milei” que impulsó la narrativa del oficialismo contra los saqueos.
Según Brissio, en Argentina “no hubo saqueos”, sino un “intento organizado y colectivo por robar comercios”. Y contrarió a Milei: “No estamos ni cerca del 2001”.
Sin embargo, el experto mismo fue contrariado en redes y él mismo tuvo que retractarse en varias ocasiones de sus dichos.
¿Pero quién está saliendo beneficiado de esta guerra de información? ¿Lograron las voces del oficialismo transmitir la narrativa de que Milei y su partido estuvieron detrás de los saqueos?
“Es muy difícil saber quién está detrás de los saqueos”
El profesor y economista Agustín Etchebarne, director ejecutivo del think tank Libertad y Progreso, explicó a Voz Media que los saqueos suscitados en el país sudamericano nacen de dos realidades: del malestar general económico de una nación en crisis desde hace varios años; y de los grupos vandálicos organizados que están aprovechando una oportunidad para alebrestar la criminalidad y la convulsión social.
Para Etchebarne, sin embargo, quienes posiblemente están detrás de los saqueos son sectores asociados a la izquierda argentina.
“Los saqueos tienen una primera base que obviamente es el malestar económico que existe en Argentina. Eso les da una base de enojo, de hartazgo, que es real. Los salarios vienen cayendo desde el 2011 y la inflación este año se está acelerando y va a quedar a 190 % en el año, y obviamente los sueldos no alcanzan y para los que trabajan en negro la caída es más grande: ya están cerca de un 45 % de caída del 2011 para acá”, dijo Etchebarne.
“Pero también existe cierta coordinación (detrás de los saqueos)”, explicó el profesor. “Raúl Castells (prominente piquetero) admitió que es uno de los que intenta coordinar este tipo de actos, la izquierda está metida, algunos sectores del peronismo también. Ahora, eso es muy difícil de saber”, aseveró el director de Libertad y Progreso, quien sugirió que la Inteligencia argentina debería tener algún tipo de conocimiento sobre quién está detrás de los saqueos.
“Cuando Patricia Bullrich, líder de Juntos por el Cambio, manejaba la seguridad, ella tenía muy claro cómo actuaban todos estos grupos que coordinan los piquetes que me parece son los mismos grupos que coordinan los saqueos”, dijo. “Con lo cual, cuando la seguridad o el ministro de seguridad quiere frenarlos, creo que tiene una oportunidad de frenarlos. Pero también es cierto que todo se puede ir de control, porque hay un malestar general frente a un escenario de perdida de poder del Gobierno, que salió tercero en las primarias”.
Diana Mondino, reconocida economista argentina y líder de la lista de diputados de La Libertad Avanza, también conversó con Voz Media y coincidió en este punto con Etchebarne: "Da la sensación que hubo mucha coordinación, o por lo menos una muy veloz información a través de redes sociales. De hecho, en medios tradicionales no se informó y en algún caso hasta se negó que estuvieran ocurriendo, y sin embargo hubo en varios lugares en el mismo momento".
"Raúl Castells puede haber tenido responsabilidad como él admite, pero no sólo hubo saqueos sino destrozos. No se robó comida sino todo tipo de artículos, y los pequeños comercios saqueados difícilmente puedan reabrir sus puertas", añadió Mondino.
Etchebarne dijo a Voz Media que la situación actual genera cierta incertidumbre en la población, porque, además, hoy el gran favorito a ganar las elecciones es Javier Milei, que “para muchos es un salto al vacío, para otros es un salto a la esperanza, pero todos estamos de acuerdo que cuando lo votamos es tomando un riesgo, aunque sea uno calculado porque la gente quiere cambiar”.
Lo que sí dejó en claro Etchebarne es que culpar a Milei de los saqueos “es una tontería” que le puede salir muy caro al oficialismo.
“Eso no se lo cree nadie”, afirmó.
Etchebarne explicó que cuando la prensa, las organizaciones y el establishment se van demasiado contra una persona que desafía al sistema, “ésta en su mayoría de veces sale fortalecida”.
“Así que Milei tiene todas las de ganar en este caso”, sentenció el director de Libertad y Progreso.
Un intento de confrontación electoral contra Milei
El analista político argentino Facundo Nejamkins también conversó con Voz Media sobre la guerra de información que hubo en torno a los saqueos.
Nejamkins explicó que en Argentina el concepto “saqueos” habitualmente se asocia al fenómeno de cuando los sectores populares empiezan a atentar contra establecimientos de comida ante una crisis profunda y generalizada, como ocurrió en 1989 o en 2001 con las crisis hiperinflacionarias.
En este caso, dice el analista, el concepto esencial es un poco diferente porque hubo imágenes donde se veían robos de televisores, ropa y hasta alcohol. “Tampoco estamos a niveles donde no se puede salir o trabajar, no estamos en ese punto”, enfatizó Nejamkins.
Pero más allá del tecnicismo implementado por el Gobierno, lo que quedó claro es que hubo un problema de robos a comercios en distintas partes del país, y el oficialismo buscó, en palabras de Nejamkins, confrontar directamente con La Libertad Avanza.
“Como es un proceso que se da en medio de una campaña electoral, una parte del Gobierno ha elegido como destinatarios, o protagonistas, a sectores vinculados a la Libertad Avanza de Javier Milei”, explicó Nejamskins a Voz Media. “En mi opinión, me parece que eso tiene más relación con un posicionamiento político de confrontación con La Libertad Avanza por parte del Gobierno que fundamentos reales que puedan justificar ese razonamiento”.
“Con esto no estoy exceptuando a nadie ni diciendo quién es culpable o no, simplemente lo que digo es que, me parece, hay una voluntad de elegir como eje de confrontación para el proceso que viene a La Libertad Avanza y de esta manera licuar a la tercera opción que es Juntos por el Cambio con Patricia Bullrich a la cabeza”, añadió el analista, quien explicó que dentro de la posición del oficialismo hay una clara intención electoral de fondo.
Nejamkins analizó que, hoy por hoy, la narrativa de los saqueos implementada por el oficialismo beneficia tanta al peronismo como a La Libertad Avanza, pues para el primero es más fácil polarizar con Javier Milei en frente y para el segundo es más simple rivalizar contra una propuesta diametralmente a la suya y no contra la de Juntos por el Cambio, cuya esencia “es un poco más familiar” con lo que propone el propio Milei.
“Esa lógica que es cómoda para ambos e incómoda para Juntos por el Cambio permea todos los hechos y sucesos que hay en este momento en la Argentina. Entonces, estos saqueos o robos, como queramos llamarlos, no pueden estar ajenos a esa confrontación”, insistió el analista político.
Finalmente, al igual que Etchebarne, Nejamkins coincidió en que la narrativa de cierto sector del Gobierno argentino de culpar a Milei por los saqueos no está calando.
“¿Hay una mirada de que el proceso de saqueos no es un levantamiento espontáneo de la población? Sí. Pero por ahora no hay nadie que se los adjudique a un espacio o fuerza política. Más bien me parece que está dominando esta idea de que son sectores ligados a la criminalidad”, sentenció.