Sale a la luz la mayor pista hasta ahora sobre el número de bajas rusas en la invasión a Ucrania

Un reporte expone que los funcionarios del Kremlin ordenaron más de 200.000 certificados para familiares de los veteranos fallecidos.

Desde que Vladimir Putin decidió invadir Ucrania, la cifra de soldados rusos muertos durante la guerra ha sido un misterio. Sin embargo, recientemente se reveló que los funcionarios del Kremlin ordenaron 230.000 certificados para familiares de los veteranos fallecidos, lo cual da una idea mucho más clara del costo humano que realmente ha sufrido su ejército.

Rusia rara vez publica las pérdidas humanas que ha tenido por la guerra. De hecho, hasta septiembre de 2022 solo reconoció el fallecimiento de casi 6.000 soldados, pero el descubrimiento de Verstka, un medio independiente de noticias ruso, expuso un número mucho más alto.

Según el reporte del medio ruso, desde que se invadió Ucrania, el Ministerio de Trabajo y Protección Social de Rusia ha encargado casi un millón de certificados de veteranos en combate, de los cuales 230.000 fueron específicamente para los familiares de los soldados que han muerto en la guerra.

"Las cifras pueden indicar indirectamente la magnitud aproximada del grupo ruso que participó en las batallas y las pérdidas", señaló el medio, resaltando que desde junio la lista de los que tienen derecho a certificados no solo incluye a soldados del ejército regular, sino también a voluntarios muertos durante la guerra como podrían ser los mercenarios del Grupo Wagner.

La cifra se aproxima a la publicada por Ucrania

El número de estos certificados se acerca a las 270.000 bajas rusas estimadas por Ucrania hasta el 18 de septiembre, fecha en que se publicó el informe a través de las redes sociales de sus Fuerzas Armadas. Cabe resaltar que este número también incluye a los heridos.


Otra estimación

El pasado mes de julio se publicó una investigación sobre el número de soldados rusos fallecidos. En aquella oportunidad el estudio se basó en conceptos estadísticos y utilizó los registros de herencia y los datos oficiales de mortalidad, pero esa estimación habló solamente de unos 50.000 muertos, un número muy por debajo del que se expuso en el reporte de Verstka.