¿Qué quieren los republicanos rebeldes?

Los 20 congresistas conservadores que votaron "no" a McCarthy reclaman un cambio de liderazgo y acabar con el 'statu quo' de la Cámara.

Los legisladores demócratas de la Cámara de Representantes están disfrutando en primera línea comiendo palomitas del espectáculo que les ofrecen sus rivales republicanos.  Mientras, podrán decir que hicieron historia al formar parte del primer hemiciclo en 100 años que necesitó de más de una votación para elegir a su presidente. Y ni siquiera se debe a una artimaña azul para ello. Los conservadores fueron autosuficientes para bloquear la candidatura de Kevin McCarthy hasta en tres ocasiones... y a saber cuántas más. Pero, ¿porqué 20 congresistas del GOP se niegan a poner a uno de los suyos al frente de la Cámara?

No se trata de un capricho o una pataleta. El rechazo a la figura de McCarthy lleva tiempo creciendo entre varios representantes conservadores por su manera de llevar el liderazgo del partido en la Cámara. Hay quien le acusa de anteponer su ambición personal al partido, de ser demasiado cercano al Establishment para cambiar el statu quo, de negociar "por la puerta de atrás" con los demócratas, de perjudicar a candidatos conservadores con los que discrepa en las midterms... Eso, en general. Pero pasemos a las acusaciones concretas que han hecho varios de los 20 rebeldes.

"Nunca Kevin"

En primer lugar, no todos los representantes díscolos lo fueron desde el principio. Tras la nominación de McCarthy, en noviembre del año pasado, cinco miembros del GOP en la cámara baja anunciaron su "no" absoluto a apoyar la investidura del californiano en enero.  Son los conocidos como el "Never Kevin Caucus". Los líderes son Andy Biggs -que perdió en la votación por la nominación del partido el 15 de noviembre y aún así recibió apoyos durante la primera votación en la Cámara- y Matt Gaetz. A ellos se sumaron  Bob GoodMatt Rosendale  y Ralph Norman.

Apenas tres días después de que el GOP eligiera a McCarthy como candidato oficial a la presidencia, Biggs volvió a dejar claro que no le ayudaría a conseguir los votos que le faltaban al entonces líder de la minoría. Otro tanto hicieron los otros cuatro miembros del "Never Kevin".  Otras corrientes del partido republicano, como el Freedom Caucus, presidido por el representante conservador Scott Perry, expresaron sus reservas a respaldar a McCarthy, pero en diciembre le remitieron una carta con propuestas para poder votar por él en el momento de la verdad.

"¿Por qué McCarthy no es el Speaker adecuado?"

Tras el anuncio, los cinco disidentes se mostraron firmes en su decisión y continuaron mandando mensajes explicando por qué McCarthy no era la persona adecuada para el puesto. El mismo Biggs acusó a McCarthy en repetidas ocasiones de "mentir para mantener el poder y silenciar a otros candidatos", incluso de ser el "Estado Profundo".

"Un hombre del tiempo"

Por su parte, Gaetz y Rosendale calificaron a McCarthy en varias ocasiones como "un hombre del tiempo", que cambia de discurso según le conviene. En su lugar, reclaman a alguien con credibilidad para todas las corrientes que existen dentro del Partido Republicano, frente a un líder que antepone su ambición personal y busca acumular poder en sus manos. Los cinco coinciden en su mensaje de poner al frente a alguien capaz de mantenerse "firme" frente a las presiones y los intereses.

Otro de los puntos con los que más presionaron eran para que se cambie la norma que regula la posible destitución del presidente de la Cámara si los representantes consideran que no está desempeñando su cargo de manera apropiada. Nancy Pelosi cambió las reglas de manera que sólo los líderes podrían iniciar la votación para destituir al speaker. Muchos miembros del GOP reclamaron a McCarthy que permitiera que cualquier legislador pudiera presentar una moción de censura, o al menos, que permitiera que un grupo reducido de congresistas pudiera hacerlo. En un principio, el californiano no parecía muy conforme con acceder a esta petición.

El Freedom Caucus se suma al "no"

Con la votación en ciernes, McCarthy remitió el domingo pasado un documento con más de 50 hojas de propuestas. Entre ellas, proponía que cinco representantes pudieran destituir al presidente. Tras estudiar el documento, Scott Perry y otros ocho congresistas expresaron su rechazo publicando un comunicado en el que anunciaron que votarían "no" a la investidura. Se trata de Chip Roy, Anna Paulina Luna, Eli Crane, Andy Ogles, Paul Gosar, Andrew Clyde, Andy Harris y Dan Bishop. El propio Perry lo subió a las redes.

A pesar de las negociaciones contrarreloj de las últimas horas, para conseguir que al menos 10 de estos 14 cambiaran el signo de su voto, en el momento de la votación fueron finalmente 19 los representantes republicanos que negaron el apoyo a McCarthy en las dos primeras votaciones, tras sumarse al rechazo Lauren Boebert, Mary Miller, Keith Self, Michael Cloud y Josh Brecheen. En la tercera, Byron Donalds también votó "no", aumentando a 20 el número de disidentes.

Las 'Floor fights' no acercan posturas

Las negociaciones de los recesos entre votaciones (las floor fights) no parecieron contribuir a acercar posturas. Ambas partes anunciaron que piensan mantenerse hasta que la otra ceda, y volvieron a recordar sus argumentos en conversaciones con los medios y en las redes sociales. De hecho, Biggs llegó a señalar que las conversaciones le demuestran que MCarthy no tiene principios y está dispuesto a vender cualquier cosa para conseguir el poder. "Este es el aspecto que tendría una presidencia de McCarthy, que pondría a nuestro país en último lugar", criticó en una entrevista en War Room con Steve Bannon.

Tampoco se veía muy conformes a los miembros del Free Caucus. Perry denunció en un tuit que McCarthy habría rechazado una serie de puntos propuestos por ellos para apoyarle. Entre ellos, denuncia que el candidato oficial rechazó todos los nombres que presentaron para formar parte de las comisiones de la Cámara, a pesar de que había prometido "una representación justa y equitativa en los comités para todos los conservadores de la Cámara".

"McCarthy tuvo la oportunidad"

Además, exigían cuatro puntos concretos, "sobre políticas concretas para beneficio de los estadounidenses": Apoyar, cuando se presentaran y se requirieran sus votos "(1) Un presupuesto equilibrado, (2) la Ley del Impuesto Justo, (3) El plan de Texas sobre la frontera y (4) establecer límites a los mandatos de los miembros del Congreso". McCarthy rehusó también estas propuestas.

El californiano tampoco aceptó cambios en el funcionamiento de la cámara para conseguir transparencia, como exigir dos tercios de los votos para aprobar las asignaciones, que tendrían que votarse individualmente. En segundo lugar, permitir que se introduzcan en la Cámara enmiendas a cualquier ley que recorten el gasto. Por último, le exigieron que "cesara en sus esfuerzos por derrotar a candidatos conservadores competitivos en las primarias republicanas abiertas", en referencia a su actuación con candidatos que no eran de su agrado de cara a las midterms. También desechó esta indicación.

Por todo ello, Perry concluye que "Kevin McCarthy tuvo una oportunidad de ser el presidente de la cámara. Él la rechazó".