Polémica en Roland Garros: el público abuchea a Taylor Fritz y él se encara con los franceses

El deportista de San Diego mandó callar a la grada, que pitó duramente la eliminación del último francés de la competición.

"Ya no hay franceses en Roland Garros", lamentan los medios de comunicación galos después de que el californiano Taylor Fritz le ganara este jueves el cuarto set a Arthur Rinderknech. La victoria de Fritz no fue sin polémica. Las gradas se le echaron prácticamente encima después de que el sandieguino ganase el último punto del encuentro. El público francés no intimidó a Fritz, que le dirigió un gesto con la mano, mandando callar a los asistentes en repetidas ocasiones. Los abucheos duraron varios minutos.

Tras ir por detrás en el primer set, Taylor Fritz, octavo en el ranking mundial, logró remontar a Rinderknech. A partir de ahí, los franceses se enfurecieron. Los siguientes sets acabaron siempre a favor de Fritz, seis a cuatro; seis a tres y de nuevo seis a cuatro. Con su victoria, Fritz pasa a la tercera ronda de la competición, mientras que se acaban las esperanzas de los franceses de ver la tricolor en lo que queda de competición.

No fue hasta el final del encuentro cuando Fritz se volteó hacia el público y con un dedo sobre sus labios mandó callar a los franceses. No tuvo ningún mal gesto con su contrincante, a quien saludó después del encuentro. La bronca de las gradas era tal, que las autoridades tuvieron que pedir silencio durante varios minutos antes de dar paso a Marion Bartoli, quien debía clausurar el evento con algunas preguntas para el californiano, según lo previsto. Los medios de comunicación franceses se avergüenzan de la actuación del público. De acuerdo con Le Parisien, fue "una escena surrealista que el público francés nunca había ofrecido a los mejores jugadores del mundo en la tierra batida de Roland-Garros".

Le fue imposible a la leyenda femenina del tenis francés hacerle cualquier pregunta a Fritz, quien, cuando el público rebajó un poco el tono, se despidió con unas palabras cargadas de ironía. "Salí y el público era genial, de verdad. El público era genial", dijo Fritz, mientras la gente intentaba ahogar su voz. "Me animaron tanto que quise asegurarme de ganar. Gracias, chicos". Entre todo el público que abucheaba al deportista estadounidense, tan sólo un pequeño reducto de norteamericanos apoyaba con pancartas a Fritz.

La novia de Fritz, Morgan Riddle, estaba entre el público. Las pantallas de Roland Garros sacaron una imagen de ella fotografiando el momento de la victoria de Fritz. Solo en ese momento el público dejó de abuchear y comenzó a aplaudir. Los aplausos vencieron por un momento a los abucheos.