Nueva York y Chicago piden a Colorado que deje de enviar autobuses con inmigrantes ilegales

Denver, capital del Centennial State, se convirtió en uno de los destinos más recurrentes para los irregulares en los últimos meses.

Greg Abbott no es el único gobernador que envió autobuses con inmigrantes a las llamadas ciudades santuario -una práctica con un mayoritario respaldo por parte de los estadounidenses-. Estos días atrás, su homólogo en Colorado, Jared Polis, tomó la misma decisión y envió centenares de inmigrantes ilegales a Nueva York y Chicago, dos de las autoproclamadas ciudades santuario.

Los alcaldes de ambas ciudades, Eric Adams y Lori E. Lightfoot, solicitaron a su compañero de partido que cesara en sus envíos mediante una carta conjunta:

Aunque compartimos la preocupación de dar cabida a la avalancha de solicitantes de asilo, sobrecargar a otras ciudades no es la solución.

Por el momento, Polis dejó de contratar autobuses para mandar a inmigrantes ilegales tanto a Chicago como a Nueva York, aunque no aseguró que se produzcan más envíos en un futuro.

La capital del estado, Denver, recibió una gran afluencia de inmigrantes ilegales durante los últimos meses, convirtiéndose en una de las metrópolis que recibieron más irregulares. Su alcalde, Michael Hancock, tuvo que declarar el estado de emergencia ante esa constante llegada. Por cierto, tanto Polis y Hancock como Adams y Lightfoot son del Partido Demócrata.