Muere Martin Greenfield, el sastre de los presidentes

Fue reconocido por vestir a personas como Donald Trump, Dwight Eisenhower o Barack Obama. También fue el responsable de la vestimenta de artistas como Leonardo di Caprio y Frank Sinatra.

El reconocido sastre Martin Greenfield murió a los 95 años de edad. La información fue confirmada por sus hijos mediante un comunicado publicado en redes sociales. Greenfield era reconocido por haber vestido a presidentes como Donald Trump, Dwight Eisenhower o Barack Obama. También fue el responsable de la vestimenta de artistas como Leonardo di Caprio y Frank Sinatra.

"Una vida extraordinaria, un legado perdurable. Martin Greenfield trabajó en la fábrica durante 71 años, le encantaba conocer, vestir y entablar amistad con líderes mundiales, celebridades, atletas y todo el mundo. Que su recuerdo sea una bendición para todos los que tuvieron el placer de conocerle", escribieron sus hijos en un comunicado publicado en Instagram.

Según cuenta AFP, el sastre vistió a los presidentes Dwight Eisenhower, Bill Clinton, Barack Obama, Donald Trump, Joe Biden, al gánster Meyer Lansky, a artistas como Leonardo DiCaprio, Paul Newman, Martin Scorsese, Denzel Washington o Michael Jackson. Además, confeccionó ropa para películas, espectáculos de Broadway y de televisión.

Internado en el campo de exterminio de Auschwitz, antes de ser trasladado a Buchenwald, de donde fue liberado por el ejército estadounidense en 1945, Greenfield le lavaba la ropa a los guardias nazis hasta que un día le rompió a uno el cuello de una camisa. Después de azotarle, le devolvió la prenda. Un compañero le enseñó a coser y logró repararla.

"El primer día que llevé esa camisa, aprendí que la ropa tiene poder", contó siete décadas más tarde Greenfield, citado por el New York Times.

Emigró a Estados Unidos en 1947. Tenía 19 años y estaba solo porque sus padres y tres hermanos habían muerto en el campo. Solo tenía 10 dólares en el bolsillo. Lo primero que hizo fue cambiar su nombre de nacimiento, Maximilian Gründfeld, por el de Martin Greenfield.

Durante 30 años trabajó como mozo de planta en la fábrica de ropa GGG, donde a lo largo de los años escaló puestos hasta llegar a ser jefe de producción. En 1977, el dueño decidió cerrar y fue entonces cuando Greenfield la compró y fundó Martin Greenfield Clothiers. Así convirtió la fábrica en un lugar emblemático para presidentes, políticos, actores, deportistas y otras personas influyentes.

"Con medio centenar de empleados altamente especializados, actualmente, es el único taller de confección sindicalizado que sobrevive en Nueva York y que dirigen sus hijos Jay y Tod", explicó AFP.