Miles de inmigrantes arrojan a la basura la "mala" comida de los refugios del Ayuntamiento de Nueva York

En plena ola de recortes, más de 70.000 bandejas con alimentos de la empresa contratada por la Alcaldía fueron desechadas en 20 días, mientras crecen las denuncias de los solicitantes de asilo.

Miles de inmigrantes al cuidado del Ayuntamiento de Nueva York protestaron por la "mala" comida que se les proporciona y han arrojado a la basura más de 70.000 bandejas de alimentos entre el 22 de octubre y el 10 de noviembre. Se trata de un servicio para el que la Alcaldía de Eric Adams contrató a la empresa DocGo que se comprometió a servir a los solicitantes de asilo a su cargo tres comidas diarias a razón de 33 dólares por persona y día. El escándalo es aún mayor teniendo en cuenta los recortes draconianos impuestos a todos los servicios por parte de Adams mientras que, según los informes, se estan arrojando a la papelera unos 39.000 dólares cada jornada.

5.000 comidas a la basura en un sólo día en Nueva York

The New York Times consiguió los registros internos de la compañía, descubriendo que se han llegado a desechar hasta 5.000 comidas en un único día. Teniendo en cuenta que, según el contrato firmado entre Adams y la compañía -que no tenía ninguna experiencia previa en el cuidado de migrantes-, el precio máximo por comida era de 11 dólares, las 70.000 comidas tiradas a la basura en 20 días por los 4.000 solicitantes de asilo a su cargo, supusieron para los contribuyentes de la Gran Manzana casi 776.000 dólares. Esto elevaría a más de un millón al mes el despilfarro si se mantiene el ritmo de alimentos desperdiciados.

En declaraciones a este mismo medio, la responsable del Comité de Supersión e Investigaciones del Ayuntamiento, Gala Brewer, calificó de "ofensivo" para los contribuyentes lo ocurrido. ""Es muy caro para el contribuyente. Pedimos recortes mientras desperdiciamos comida", añadió.

Los inmigrantes denuncian mala calidad, "incluso moho", en los alimentos

Además, al hecho del desperdicio y su coste se suma el malestar de los inmigrantes con los propios alimentos. Según el NYT, "algunos migrantes han dicho que enfermaron después de comer; otros han denunciado problemas de calidad, como moho". Unas afirmaciones corroboradas por los periodistas de The New York Post,a quienes numerosos beneficiarios del cuidado del Ayuntamiento señalaron que "sin mentir, la comida es mala, mala" y que muchos tratan de cocinar lo que pueden en sus habitaciones -lo que no está permitido, ni siquiera calentar los platos- o incluso cogen comida de la calle. El menú ofrecido, según algunas madres, tampoco es precisamente sano.

El acuerdo con DocGo va más allá de la manutención, y ya generó una gran polémica cuando Adams otorgó en marzo un contrato sin licitación a la empresa por valor de 432 millones de dólares. En teoría, la compañía percibiría esa cantidad de dinero a cambio de organizar la alimentación, la atención médica y el realojamiento de los inmigrantes. Kathy Hochul anunció el pasado mes una investigación tras recibir denuncias de malos tratos por parte de la compañía a los solicitantes de asilo a su cargo.

La empresa señaló que la publicación del NYT no era precisa, y señaló -sin presentar ninguna prueba que lo confirme- que según su control, el 93% de la comida está siendo consumida.