Los sin techo dividen al Tribunal Supremo

La mayoría conservadora se inclina porque sean los políticos quiénes gestionen la situación de las personas sin hogar mientras que las jueces progresistas critican que se criminalice la pobreza.

Los jueces del Tribunal Supremo de EEUU (SCOTUS, por sus siglas en inglés) se mostraron claramente divididos sobre los "sin techo". En lo que será la sentencia más importante sobre este asunto de los últimos años, la mayoría conservadora parece inclinarse por dejar que los campamentos de personas sin hogar sean gestionados por los políticos, mientras que las tres progresistas pusieron el foco en los derechos de las personas obligadas a vivir en la calle por falta de recursos, en una tensa discusión con la abogada de la ciudad de Grant Pass, en Oregón.

Una sentencia fundamental

El Alto Tribunal deberá decidir si respalda las ordenanzas locales aprobadas por los políticos de esta pequeña localidad que prohibían dormir o acampar en lugares públicos o, si por el contrario, esta normativa "criminaliza el estatus de 'sin techo'" y suspende su aplicación. La sentencia, en uno u otro sentido, será fundamental para el enfoque de una crisis que no ha parado de crecer en los últimos años, y que afecta a más de 600.000 personas en el país, según las cifras oficiales. La importancia del fallo ha llevado a numerosos políticos a posicionarse en uno u otro bando, con escritos al tribunal en apoyo de los argumentos de unos u otros.

El caso que ha llegado al Supremo data de 2013, cuando Grant Pass, una localidad de unos 40.000 habitantes, aprobó unas ordenanzas que prohibían dormir o acampar en la calle tras las quejas de los vecinos sobre los problemas provocados por una creciente población de personas sin hogar en las calles, orinando y defecando en la vía pública, provocando un grave problema de orden y salud pública a los ciudadanos. Tres de los homeless afectados denunciaron en 2018 que estas medidas violaban la Octava Enmienda, provocando un litigio que ha llegado al Supremo tras pasar por varios tribunales y la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito. Precisamente las sentencias de este último han generado numerosas protestas denunciando que "ata" de pies y manos a las administraciones para poder afrontar estas situaciones.

¿Quién debe legislar o juzgar las políticas para los sin techo?

Y aquí radica una de las claves que determinarán el manejo de este tipo de situaciones a lo largo y ancho del país. ¿Quiénes son las personas más adecuadas para legislar y afrontar esta realidad? Una pregunta con la que el presidente del Alto Tribunal, John G. Roberts, lanzó con un ligero matiz sobre su postura, para centrar la cuestión: "¿Por qué cree que estas nueve personas son las más indicadas para juzgar y sopesar esas decisiones políticas?”.

Una cuestión a la que se sumó Brett M. Kavanaugh, en su interpelación a un abogado del Gobierno federal: "Creo que una de las preguntas es: ¿quién se encarga sobre el terreno?¿Van a ser los jueces federales? O son las jurisdicciones locales trabajando con las organizaciones sin fines de lucro y organizaciones religiosas?".

Sin techo ¿estatus o situación?

La cuestión abrió un fuerte debate entre las tres jueces progresistas y la letrada. Elena Kagan puso el dedo la segunda derivada que se está juzgando en este caso, al señalar que existe un "estatus de sin techo" que se estaría criminalizando con normativas como la aprobada en Grant Pass. Su intercambio dialéctico con Theane Evangelis, abogada de Grant Pass, ilustra el debate al que se enfrentan quienes deben abordar estas situaciones:

Kagan: ¿Podría usted criminalizar la situación de las personas sin hogar?
Evangelis: Bueno, no creo que ser una persona sin hogar sea un estatus como la drogadicción
Kagan: Ser un sin techo es un estatus. Es el estatus de no tener un hogar.

Una cuestión al que se sumó el presidente del Tribunal, al apuntar que una de las principales complicaciones de estas situaciones es precisamente determinar si se trata de un estatus o una situación, destacando que es algo que puede cambiar rápidamente: "¿Cuál es el enfoque analítico para decidir si algo es un estatus o una situación de conducta? Se puede eliminar la condición de sin techo en un instante si te trasladas a un centro de acogida o si la situación cambia de otro modo. Y, por supuesto, también se puede trasladar al otro lado si te echan del albergue, lo que sea".

¿Criminalizar respirar en público?

La propia Kagan, y su colega Ketanji Brown, subieron la apuesta señalando que dormir es una "necesidad biológica" como respirar o comer, preguntando a la letrada si prohibiría a un sin techo realizar cualquiera de estas dos funciones en la vía pública: "Dormir es una necesidad biológica. Es como respirar. Se podría decir que respirar también es una conducta. Pero, presumiblemente, no pensarías que está bien criminalizar respirar en público, y para una persona sin hogar que no tiene dónde ir, dormir en público es algo así como respirar en público".

Evangelis pronto abrió otro frente, al subrayar que no hay ninguna compasión ni dignidad en permitir a la gente dormir a la intemperie, incluso si lo hacen en colchones. "Creemos que es perjudicial que la gente viva en espacios públicos, en las calles y en los parques. Sean cuales sean los materiales de cama, cuando hay seres humanos viviendo en esas condiciones, pensamos que eso no es compasivo y que no hay dignidad en ello".

"¡Ser sin techo no es un delito!"

Algo que provocó la reacción de la tercera juez progresista de la Corte, Sonia Sotomayor, que cuestión qué sucedería con todos los homeless del país si se aplicaran este tipo de políticas en el país: "¿Dónde los ponemos si cada ciudad, cada pueblo, cada ciudad carece de compasión y aprueba una ley idéntica a esta? ¿Dónde se supone que van a dormir? ¿Se supone que se suicidarán por no dormir?".

Mientras tenía lugar la audiencia, decenas de personas se manifestaron a las puertas del Supremo con gritos de: "SCOTUS, ahora es el momento, ¡Ser sin techo no es un delito!" y sosteniendo pancartas en las que se leía "Justicia para la vivienda" y "La vivienda es un derecho humano".