Los líderes del Congreso llegan a un acuerdo para evitar el cierre del Gobierno: 1.600 millones para el 2024

Mike Johnson y Chuck Schumer ahora deberán lograr que la legislación pase la Cámara de Representantes y el Senado.

Los líderes del Congreso llegaron a un acuerdo preventivo para evitar el cierre del Gobierno, proyectado para el próximo 19 de enero. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-LA), llegó a una propuesta junto con Chuck Schumer (D-NY), la cual ahora deberá atravesar ambas cámaras para evitar el primer cierre desde el 2019.

El acuerdo tiene muchas similitudes con el del 2023, puesto que incluye cambios presupuestarios adicionales que permitirían un plus para financiación discrecional no relacionada con defensa, que incluye beneficios para veteranos, atención médica y asistencia nutricional. Sin embargo, Johnson señaló que eso quedaría compensado con los recortes de gasto negociados.

A su vez, incluye un aumento de alrededor del 3 % en los programas militares y fija la financiación de defensa en 886.000 millones de dólares para el año fiscal actual.

El presidente de la Cámara reconoció que los niveles de financiación "no satisfarán a todo el mundo, y no recortan tanto gasto como muchos de nosotros desearíamos", aunque también aclaró que se trata del "acuerdo presupuestario más favorable que los republicanos han logrado en más de una década".

A su vez, Schumer celebró el acuerdo en redes sociales, donde escribió que el acuerdo permitiría "mantener las inversiones para las familias estadounidenses trabajadoras garantizadas por los logros legislativos del presidente Biden y los demócratas del Congreso".

Capitol Hill deberá enviar la legislación al escritorio de Joe Biden antes del 19 de enero, cuando comenzarán a llegar los primeros vencimientos de gasto, como Agricultura, Transporte, Energía y Asuntos de Veteranos.

La historia del cierre del gobierno en los Estados Unidos

Estados Unidos decide cómo gastar el dinero público año tras año, cuando el Congreso aprueba lo que se denomina como Appropriations Bill (Ley de Asignaciones en español). La fecha límite que los legisladores tienen para ponerse de acuerdo es el 1 de octubre. Si no hay un texto aprobado para entonces, el Gobierno Federal se cierra.

La lógica viene de la Constitución Nacional, concretamente del Artículo 1, Sección 9: “No se sacará Dinero del Tesoro, sino en Consecuencia de Asignaciones hechas por Ley; y se publicará de tiempo en tiempo un Estado y Cuenta regulares de los Ingresos y Gastos de todo el Dinero público”.

Una vez se llega al cierre, ciertas agencias directamente dejan de funcionar. Pueden ser todas, algunas o una en particular. Sus empleados no pueden trabajar y su paga se retiene hasta que Capitol Hill se ponga de acuerdo.

Estados Unidos desconoció completamente este escenario hasta bien entrado el siglo XX, cuando en 1980 tuvo lugar el primer cierre del Gobierno. Jimmy Carter fue el primer presidente en estar a cargo durante esta situación, que en aquella oportunidad duró un poco más de 24 horas. El cierre se repitió en 1982 (dos veces), 1983, 1984 (dos veces), 1986, 1987, 1990, 1995 (dos veces), 2013, 2018 y 2019.

Contando el de 1980, en las primeras cinco ocasiones, los demócratas controlaban la Cámara de Representantes, que usualmente se encarga de impulsar la Ley de Asignaciones. Ronald Reagan fue el mandatario que más veces presenció un cierre del Gobierno, ocho entre 1981 y 1989.

El último, casualmente el más largo, fue el de 2019, cuando pasaron 35 días hasta que todo volvió a funcionar con normalidad. Se estima que 800,000 empleados públicos no recibieron su dinero durante ese período de tiempo.

Una de las escenas más recordadas de ese cierre se dio cuando Donald Trump, entonces presidente, tuvo que recibir al equipo de fútbol americano de la Universidad de Clemson, quienes recientemente se habían coronado en el Campeonato Nacional de Fútbol Universitario. Como los empleados no podían trabajar, incluida la cocina, el presidente sacó la billetera y compró comida de McDonald's, Wendy's y Burger King. "Si es estadounidense, me gusta. Todo es americano. No importa lo que hicimos, no hay nada que puedas tener que sea mejor que eso, ¿verdad?", acotó el republicano en su momento.