La Reserva Federal de Nueva York estima que se tardarán años en volver a controlar la inflación

El presidente de la institución, reconoce: "Yo sí creo que llevará años. Pero lo vamos a hacer, vamos a conseguirlo".

La alta inflación ha llegado para quedarse, al menos unos años. Esto es lo que considera John Williams, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, en una conversación con The Wall Street Journal. 

El periodista, Nick Timiraos, le pregunta sobre cuáles son las previsiones que tiene la Fed para volver al 2% de inflación. La tasa de inflación de julio es del 8,5%. Timiraos recuerda que cuando Alan Greenspan llegó a la presidencia, la tasa de inflación era del cuatro por ciento, y que le llevó una década rebajarlo al 2%.

"Yo sí creo que llevará años"

Entonces, John Williams responde que entonces, el Comité Federal del Mercado Abierto (el órgano de la Reserva Federal que decide la política monetaria) no tenía un objetivo de inflación, como sí ocurre ahora. 

Además, según Williams, los responsables de la Fed tienen otra ventaja sobre Alan Greenspan, y es que en la actualidad las expectativas de inflación están “bien ancladas”. Esa es la expresión propia de los bancos centrales para decir que los ciudadanos siguen pensando que se volverá a los niveles anteriores de inflación. A ello ha contribuido que “hemos comunicado una y otra vez, y otra, nuestro compromiso con lograr el objetivo del 2%”, según el presidente de la Fed de Nueva York.

Aún así, cree que la vuelta a una inflación controlada no será en el corto ni en el medio plazo: “Yo sí creo que llevará años. Pero lo vamos a hacer, vamos a conseguirlo”. 

Inflación más alta en 40 años; el paro más bajo en 50

La Reserva Federal tiene un doble mandato. Por un lado, tiene el objetivo de controlar la inflación, pero también tiene el mandato de asegurarse de que el mercado laboral funciona bien. En estos momentos, la tasa de paro es baja en términos históricos: es del 3,5 por ciento. Para encontrar una tasa de paro tan baja hay que remontarse a febrero de 2020, justo antes de la pandemia, y antes que eso a julio de 1969; entonces, Zager & Evans lideraban el Billboard con ‘In the year 2525’, y el keynesianismo no había saltado por los aires con el estallido de la estanflación. 

Con una tasa de paro tan baja y una inflación tan alta, la Reserva Federal sólo tiene que pensar en esto último. Williams lo ve así: “Claramente, tenemos un desequilibrio, en el que la demanda excede con mucho la oferta. Esto está creando inflación, o contribuye a las presiones inflacionarias”. 

No la controlan ¿porque no quieren?

William J. Luther, economista del American Institute for Economic Research, dedica un análisis a las perspectivas de una larga inflación. En el mismo, recoge el dato de que “la mediana de los miembros del FOMC proyecta actualmente una inflación del 5,2% en el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCEPI) para 2022; una inflación del 2,6% para 2023; una inflación del 2,2% para 2024; y un 2,0% a partir de entonces”.

Puesto que los miembros de la FOMC dirigen la política monetaria, ellos tienen los instrumentos para hacer un control efectivo de la inflación. Luther interpreta que estas previsiones, que apuntan a que la inflación no volverá al 2% hasta 2024, no son un resultado sobre el que nada pueden hacer. Y, por tanto, “sus proyecciones de inflación nos indican cómo piensan los miembros del FOMC que debería evolucionar el nivel de precios”. Es decir, podrían hacer más.

¿Por qué no lo hacen?

La explicación más probable, en mi opinión, es que los funcionarios de la Fed no se toman muy en serio su objetivo de inflación media. Permitieron que el gasto nominal se disparara, lo que hizo que los precios subieran mucho más de lo necesario dadas las alteraciones de la oferta realizadas. En algún momento volverán a situar la inflación en el 2%, pero no pronto. E, incluso entonces, el nivel de precios seguirá siendo permanentemente elevado.

De hecho, tres de cada cuatro economistas cree que la Fed no será capaz de controlar la inflación en los próximos dos años.