La particular estrategia de campaña del presidente Biden: esconderse

Aunque por ahora el mandatario evite al máximo las cámaras, llegará el momento en el que tendrá que enfrentarse cara a cara con Trump.

Usualmente los candidatos a la presidencia buscan la mayor cantidad de apariciones posibles en cámara, sin embargo, la campaña del presidente Joe Biden hará exactamente lo contrario para las elecciones de finales de año. La estrategia es esconder al presidente.

Aún con una prensa casi completamente de su lado; y con la mayoría de periodistas celebrando el sabor del helado que elige el presidente en sus paseos, en vez de hacer preguntas importantes, cada minuto en cámara aumenta la posibilidad de cometer un gran error y confirmar las sospechas de muchos americanos acerca de la falta de cordura del presidente.

Los americanos están preocupados por las capacidades mentales de Biden

Según una encuesta realizada en agosto del 2023, el 77% de los estadounidenses cree que Joe Biden es demasiado viejo para tener un periodo más como presidente. Incluso entre los demócratas ese número es bastante elevado, 69% lo considera muy viejo para seguir en el puesto. Cuando se le preguntó a los encuestados por la palabra que se les venía a la mente cuando pensaba en Joe Biden, el 26% mencionó palabras relacionadas a la edad, como "viejo"; y el 15% refirió términos relacionados a la posible falta de cordura, como "lento", "confuso" o "torpe".

De modo que aún con una prensa que no pregunta nada, sus ya habituales confusiones, el estar siempre perdido en el escenario, sus discursos muchas veces inentendibles, e incluso caídas en público, son situaciones que preocupan a la mayoría de los americanos. Y esa parece ser la razón por la que sus estrategas políticos lo han estado protegiendo de las cámaras.

Desde Reagan, Biden es el presidente que ha dado menos conferencias de prensa. Teniendo en cuenta que en muchas ocasiones esas escasas ruedas de prensa terminan abruptamente, sin tomar ninguna pregunta. También ocurre que los intercambios con la prensa se limitan a respuestas confusas, que parecen más balbuceos, o a respuestas de dos o tres palabras.

La estrategia del equipo del presidente no solo se limita a evitar sus intercambios en público, sino también a brindarle muchas vacaciones. Parece que el demócrata necesita mucho descanso. En lo que lleva como presidente, Biden ha pasado un total de 424 días de vacaciones. Eso es el 39,3 % de su tiempo en la Casa Blanca. Convirtiéndose en el presidente de la historia moderna del país que más vacaciones ha tomado.

Un debate muy esperado por los republicanos

Sin embargo, a no ser de que ocurra una sorpresa en la Convención Nacional Demócrata y el partido decida elegir a otro candidato, sus vacaciones y su ausencia ante las cámaras tienen que parar, porque deberá ir al menos a un par de debates y tendrá que enfrentarse, muy seguramente, a Donald Trump.

La prueba para el actual presidente no será fácil, si ya le es bastante difícil no perderse en el escenario o no decir alguna frase inentendible en cada discurso, imagine el enorme esfuerzo que significará para Biden, y para su equipo, enfrentarse a un debate con un expresidente Trump ansioso por demostrar la fragilidad y la incapacidad del demócrata para tener otro periodo más en la presidencia.

De modo que tendremos una carrera por la presidencia bastante particular. Por un lado un expresidente Trump que veremos regularmente acudiendo a Cortes, e intentando defenderse de las múltiples acusaciones que tiene en su contra, mientras avanza en su campaña presidencial. Del otro lado, un presidente Biden que continuará evitando las cámaras al máximo, pero que tendrá que hacer un gran esfuerzo cuando llegue el momento de enfrentarse cara a cara con Trump.

Queda ver si su particular estrategia de esconderse funciona lo suficiente para que el partido no lo deseche y decida reemplazarlo, tal vez por Michelle Obama, quien en las últimas semanas ha dado declaraciones bastante sospechosas al respecto, asegurando que está muy preocupada por el país. Sin embargo, a pesar de todas las angustias que el presidente está generando dentro del partido, lo más probable es que sea confirmado como candidato, de modo que después de la Convención, seguramente veremos cómo un Biden que se ve cada vez más débil y confundido, se enfrentará a un Trump que parece fortalecerse con cada nuevo caso que se abre en su contra.

Esta carrera presidencial es muy particular, sin duda dará mucho de qué hablar y dejará muchas lecciones para quienes se dedican a estudiar la política.