La deriva del GOP en la Cámara continúa: el congresista Mike Gallagher anuncia su renuncia y Taylor Greene presentó una moción de destitución contra Johnson

La representante por Georgia dijo que su movimiento era una “advertencia” contra el speaker luego de que los legisladores votaran para evitar el cierre del Gobierno.

Fue una jornada caótica para los republicanos en la Cámara de Representantes en general y para el speaker Mike Johnson en particular.

Luego de que los legisladores aprobaran un paquete de gasto de $1,2 billones para evitar in extremis el cierre del Gobierno, la congresista Marjorie Taylor Greene (R-GA) acudió a la prensa para amenazar públicamente a Johnson con una moción de censura que, según sus propias palabras, se trata “más una advertencia que una nota rosa”, pues todavía no sometió el procedimiento a votación.

Además, un aliado de Johnson, con un alto cargo en una comisión clave de la Cámara Baja, anunció su renuncia para abril, dejando aun más estrecha la mayoría republicana en el hemiciclo.

Greene: “Es hora de elegir un nuevo speaker

Greene dijo a los periodistas que no presentó la moción de censura como privilegiada porque no quería “arrojar a la Cámara al caos”, como sucedió cuando el expresidente del recinto, Kevin McCarthy, fue destituido por una moción del republicano Matt Gaetz. En aquella ocasión, la Cámara quedó sin un speaker por tres semanas y media.

Sin embargo, Greene de todas formas no negó que podía hacer que la moción se sometiera a votación tras el receso de dos semanas de la Cámara, dejando en claro que una parte del ala más conservadora del Partido Republicano ya tiene a Johnson en el blanco: “No estoy diciendo que no sucederá en dos semanas o que no sucederá en un mes o quién sabe cuándo. Pero estoy diciendo que el reloj ha comenzado. Es hora de que nuestra conferencia elija un nuevo speaker”.

Johnson, que lleva apenas cinco meses en el cargo, ha hecho malabares para poder trabajar junto con las facciones moderadas y conservadoras del Partido Republicano, que cada vez lucen más distantes a medida que avanza la campaña electoral.

Sin embargo, más allá de las amenazas de Greene ante la prensa, Johnson tiene dos pequeños respiros. El primero que la Cámara Baja entrará en receso por dos semanas, tiempo suficiente para calmar un poco las aguas y evitar un procedimiento de destitución. El segundo es que Gaetz, quien impulsó la destitución de McCarthy, dijo públicamente que no está a favor de su destitución, porque eso implicaría tomar un riesgo nocivo para el Partido Republicano: que un demócrata llega a la Presidencia de la Cámara.

“Si dejamos vacante a este orador, terminaríamos con un demócrata”, afirmó Gaetz a la prensa. “Cuando dejé vacante el último, le prometí al país que no terminaríamos con el presidente demócrata. Y tenía razón. No podría volver a hacer esa promesa”.

Cuando los periodistas preguntaron cómo es que un demócrata podría llegar a ser speaker con una mayoría republicana, Gaetz dijo: “Haríamos que los republicanos se cruzaran. Me preocupa que tengamos republicanos que votarían por Hakeem Jeffries en este momento. Realmente lo hago. No me alegra decir eso. Pero sólo puedes dejar vacante al presidente si sabes que la dirección del partido no cambiará de manos. Lo supe con certeza la última vez. No lo sé con certeza esta vez”.

Las declaraciones del representante por Florida son un claro indicio de que ninguna de las facciones republicanas de la Cámara confía entre sí. Y en el medio, Johnson queda expuesto políticamente ante cada votación controversial que genera cierto apoyo bipartidista entre demócratas y republicanos moderados.

Mike Gallagher abandona el barco

Por si fuera poco para Johnson, uno de sus colegas y aliados de la Cámara Baja, el representante Mike Gallagher (R-WI), anunció que dejará su escaño el próximo 19 de abril, lo que significa que la silla quedará vacía hasta las próximas elecciones.

Gallagher no incluyó una razón en particular para renunciar, pero sí dijo en un comunicado que tomó la decisión después de conversar con su familia.

Sin dar mayores explicaciones, Gallagher ahora dejó a los republicanos con una mayoría sumamente estrecha de 218 votos contra 213. Sin embargo, el representante republicano Ken Buck, de Colorado, también dijo que dejará el Congreso después de esta semana. Es decir, en cuestión de días los republicanos tendrán una mayoría de apenas 217-213.

Eso significa que los republicanos sólo podrán perder un voto con asistencia total para poder aprobar alguna legislación. Un panorama desolador en medio de diversas disputas internas y un Partido Demócrata que está cerrando filas en la Cámara Baja.

La renuncia de Gallagher es impactante porque es el presidente del Comité Selecto de alto perfil del Partido Comunista Chino, y destacó en su anuncio la búsqueda de un nuevo presidente una vez que él se retire.

“He trabajado estrechamente con los líderes republicanos de la Cámara de Representantes en este cronograma y espero ver al presidente Johnson nombrar un nuevo presidente para llevar a cabo la importante misión del Comité Selecto sobre el Partido Comunista Chino”, dijo Gallagher en su declaración.

Es muy extraño que un alto miembro de una comisión importante de la Cámara deje su escaño a mitad de mandato. Pero Gallagher, aún así, tomó la decisión de irse y en una fecha que, según los críticos, no es coincidencia.

Según la ley electoral de Wisconsin, si Gallagher se marchara hoy o antes del segundo martes de abril, se podría celebrar una elección especial rápidamente para llenar su vacío en el Congreso. No obstante, si renuncia según el cronograma planteado, su escaño quedará vacío.

A pesar de la difícil situación, el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, Steve Scalise, restó importancia a la salida de Gallagher.

“Es difícil con una mayoría de cinco escaños, es difícil con una mayoría de dos escaños, uno será igual”, dijo Scalise en declaraciones CNN. “Todos tenemos que trabajar juntos”.

Pero la realidad es ineludible: la deriva republicana en la Cámara es cada vez mayor.

Muchos electores no perdonan, por ejemplo, la votación que desencadenó en la destitución del excongresista George Santos, quien anunció hoy que dejará el Partido Republicano y correrá como independiente en noviembre por el escaño del primer distrito de Nueva York.

“Después de la vergonzosa actuación de hoy en la Cámara, he reflexionado y decidido que ya no puedo ser parte del Partido Republicano...”, dijo Santos. “El Partido Republicano sigue mintiendo y estafando a su base de votantes. En conciencia no puedo afiliarme a un partido que no defiende nada y se enamora de todo”.

“Llevaré mis valores de apoyo Ultra MAGA/Trump a la boleta electoral en noviembre como Independiente”, sentenció el exrepresentante republicano.

Si ya de por sí el GOP tiene la difícil labor de mantener rojo el escaño del primer distrito de Nueva York, con Santos como independiente la misión se ha vuelto doblemente más compleja para el titular republicano Nick Lalota, quien se impuso en 2022 con 9 puntos porcentuales por arriba de la demócrata Bridget Fleming.

Si Santos logra dividir los votos, los demócratas tendrán una clara oportunidad de cambiar el color de este escaño.