La caída de Tareck el Aissami

Las razones que explican la pérdida de poder del 'superministro' de Petróleo de Venezuela.

Desde la muerte de Hugo Chávez el poder en Venezuela lo controlan tres personas: Nicolás Maduro, apoyado por los cubanos; Vladimir Padrino, que maneja con mano de hierro las Fuerzas Armadas; y Diosdado Cabello, al frente del entramado de negocios, narcotráfico (es el líder del cartel de los Soles), medios de comunicación y también fuertes apoyos en el Ejército. Tareck el Aissami parecía que apuntaba alto y asomaba ya la patita entre los grandes jerarcas del régimen. Hasta el pasado lunes ministro de Petróleo y uno de los pesos pesados de la dictadura chavista, decidió abandonar el cargo 'motu proprio' tras hacerse público una investigación de la Policía Nacional Anticorrupción sobre un desfalco de más de 3.000 millones de dólares en la empresa estatal de petróleo de Venezuela, Pdvsa, de la que él era el máximo responsable. Y lo hizo, según él para dejar paso libre a la investigación y aportar toda la información que fuera necesaria. Un movimiento que ha desatado todas las especulaciones sobre qué se esconde detrás de esta sorprendente jugada que ha dejado, además, un saldo de más de una decena larga de detenidos, todos miembros del entorno de este político venezolano de origen sirio y libanés.

La primera hipótesis que se baraja en Venezuela sobre esta sorprendente investigación es la reacción de Maduro ante la deslealtad de un cercano colaborador, al que la ambición y la proximidad al poder (y a la buena vida que supone quedarse con dinero de la venta del petróleo venezolano) estaba convirtiendo en un personaje incómodo y peligroso. Pero hay mucho más. Aunque sobre El Aissami no existe ninguna denuncia concreta y permanece  -que se sepa- en Venezuela, Maduro lo tendría bajo custodia y estaría dispuesto a entregarlo a Estados Unidos a cambio de Alex Saab, su testaferro y uno de las personas que más ha ayudado a Nicolás Maduro a sortear las sanciones impuestas contra Venezuela por Estados Unidos. Saab permanece en prisión en EE.UU. y siempre se ha especulado con un intercambio por ciudadanos norteamericanos presos en Caracas.

Biden ayuda al chavismo

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca ha supuesto un alivio para el chavismo, después de las duras sanciones que impuso la Administración Trump. La guerra de Ucrania disparó en el mundo occidental la necesidad de petróleo y, con la oportuna intervención de Macron, reabrió las puertas de la comunidad internacional a Nicolás Maduro. En este contexto se explica otra de las teorías de lo que está pasando hoy en Venezuela. El presidente demócrata habría ofrecido a Nicolás Maduro el levantamiento de las sanciones y la vuelta de las empresas petroleras norteamericanas, como Chevron, pero también españolas como Repsol, a Venezuela para reactivar la maltrecha industria petrolífera chavista. A cambio, Maduro entregaría a Estados Unidos a El Aissami, uno de las personas más buscadas por la Justicia norteamericana por sus vínculos con el régimen iraní, el envío de armas y drones a Venezuela y el narcotráfico.

Y queda la muy manida, pero muy humana, hipótesis de la traición. Tareck el Aissami estaría ya en Estados Unidos, o en camino, para buscar protección en el gran enemigo del Norte a cambio de información que pudiera implicar a Maduro, Diosdado o Padrino en negocios ilícitos.