Kamala Harris, el plan B para los votantes demócratas si Biden se baja

La vicepresidenta no sólo busca renovar su cargo, sino que se perfila, en un futuro más o menos lejano, como posible jefa de Estado.

Kamala Harris está en campaña. Pero, ¿para qué puesto? Un total de 15 vicepresidentes lograron sustraer el prefijo a su cargo, incluyendo el propio Joe Biden, segundo del expresidente Barack Obama durante sus dos términos. La edad y los repetidos lapsus del actual presidente, sin embargo, insinúan que Harris podría escalar a la presidencia sin tener que encabezar su propia fórmula en 2028.

Aunque desde la Casa Blanca aseguran que el presidente se encuentra sano, un 77% de los americanos expresó inquietud por el estado físico y mental del mandatario. En caso de que Biden, lograda la reelección, estuviese incapacitado para ejercer el cargo, renunciase o muriese -ocurrió ya en ocho ocasiones-, Harris se convertiría en jefa de Estado, como establece la línea sucesoria marcada por la Constitución y la Ley de sucesión presidencial.

Pero si Harris tuviese que dar un paso al frente antes de lo esperado, la mayoría de los votantes americanos parecería dispuestos a apoyarla -ya hay al menos un grupo comprometido a desembolsarle 10 millones de dólares-. Así lo evidencia el último sondeo de Harvard Caps-Harris Poll: un 44% de los simpatizantes demócratas preferiría que Harris sea la candidata azul si Biden decide bajarse de la carrera de 2024.

Aquella cifra es exactamente el doble de la de quienes optarían por Robert Kennedy. Y está muy lejos del 7% que logró Marianne Williamson. Es decir, que la vicepresidenta Harris supera, incluso, a dos candidatos que sí se encuentran compitiendo por la nominación demócrata (aunque está lejos del 62% que asegura votaría por Biden en las primarias demócratas).

Si la exsenadora por California, superada las primarias, se enfrentase al candidato republicano líder en las encuestas, Donald Trump, lograría un 38% de apoyos frente a un 47% del expresidente. El 14% de indecisos podría permitirle la victoria. En caso de que compitiese contra el gobernador de Florida, Ron DeSantis, también tendría margen para vencerle. Aunque DeSantis la supera en intención de voto (41% contra 39%), los indecisos (un 20%) podrían llevarla a la Casa Blanca.

Números rojos

El vicepresidente con peor valoración de toda la historia. Harris tendrá que superar ese mote si desea ocupar el Despacho Oval: la política cosechó un 49% de opiniones negativas en una encuesta de junio de NBC News. Una calificación neta de -17. El resultado más pobre de los últimos 30 años.

Cinco sondeos de julio, recogidos por FiveThirtyEight, magnifican el problema para la vice: en todos despierta más desaprobación que aprobación entre los americanos. El resultado neto va desde -9 hasta -15, siendo más alto mientras más reciente es la encuesta.

De acuerdo con el promedio histórico de encuestas que registra el sitio, la desaprobación de Harris superó por primera vez a su aprobación en 2021. Fue en octubre, por un 1,2%. Desde entonces, esta diferencia creció hasta un máximo de 15,1%, y bajó hasta un 12,7% el 3 de agosto. Pero siempre, desde octubre, con más desaprobación que aprobación.

En las trincheras

"La mayoría de la gente no sabe lo que hacen los vicepresidentes", intentó explicar la falta de popularidad de Harris la comentadora política Ashley Allison en CNN.  La excolaboradora de la campaña de Biden también endilgó estos malos resultados a que "es una mujer, es una mujer negra y lo fácil es decir que ella es el perro de presa, ir a por ella."

Allison reconoció, asimismo, que "nuestras políticas de inmigración están en crisis". Pero, sostuvo, no es culpa de Harris. Esto a pesar de que Biden le asignara, como una de sus primeras medidas, el desafío de abordar el problema migratorio en el sur -Allison sostiene que la vicepresidenta se está ocupando de las razones de fondo, no de si sube o baja el número de encuentros-. Harris tardó meses en dirigirse al límite con México.

La demócrata ha trastabillado numerosas veces durante su actual mandato, aunque estos últimos meses sus traspiés han arreciado con episodios como su desliz al insinuar que la población debía ser reducida, sus dichos sobre la esclavitud en el currículo escolar de Florida y su posterior negativa a debatir este asunto con DeSantis.

El New York Times lo define como un "nuevo rol" para la vicepresidenta en la campaña. Uno más activo y a la ofensiva, que le permite enfrascarse en batallas discursivas con el Partido Republicano dejando a Biden lejos del barro. Este nuevo protagonismo -y sus posibles implicaciones para el futuro del país- no pasa desapercibido: "Cualquiera es mejor que la presidenta Kamala Harris", dijo la candidata republicana Nikki Haley en una entrevista el mes pasado. Haley insistió luego cuando los periodistas le consultaron si se había confundido de nombre: "Un voto para el presidente Biden es un voto para la presidenta Harris".

Según declaraciones recogidas por el Daily Mail, DeSantis también se refirió a una posible presidencia de Harris. El gobernador afirmó que ella era el mejor seguro anti-impeachement de Biden, porque el miedo a que ocupase el cargo más importante del país llevaría a los congresistas a evitar el proceso. Asimismo, afirmó que había que ganar las elecciones, porque si Biden resultaba elegido:

 Diablos, incluso puedes terminar con Kamala como presidente.