Por lo que sabemos, la respuesta israelí ha sido muy limitada, tanto en número de vectores empleados como en los objetivos atacados y el daño buscado.

En el momento de escribir estas líneas, aún no ha habido una declaración oficial por parte del Gobierno de Israel de haber estado detrás del ataque con drones en los alrededores de la ciudad iraní de Isfahan, así como en Irak y el sur de Siria. Dicho lo cual, nadie duda de la autoría ni de las razones de este ataque: la respuesta al lanzamiento masivo de misiles y drones contra Israel el pasado sábado.

Por lo que sabemos, la respuesta israelí ha sido muy limitada, tanto en número de vectores empleados, como en los objetivos atacados y el daño buscado. Sin desdeñar el alcance de los impactos, aún por determinar en este momento, todo apunta a que lo verdaderamente importante es el mensaje que Jerusalén ha querido transmitir a Irán justo el día del 85 cumpleaños de su líder supremo, Alí Jamenei, último responsable del ataque a Israel del pasado día 13.

La argumentación de Israel para responder a Irán ha sido la necesidad de restaurar la disuasión. Sinceramente, no estoy del todo convencido de que, con una respuesta tan reducida, se pueda lograr apuntalar una disuasión que en el Oriente Medio siempre tiende a fallar y que, en el mejor de los casos, es algo fluido y en constante cambio. Normalmente a peor. Pero no es menos cierto que no haber hecho nada tras los misiles iraníes, hubiera generado una percepción en toda la región de debilidad israelí.

Pero, si en realidad, más que daño, lo que los líderes en Jerusalén han buscado es un mensaje claro, ¿cuál ha sido éste? Yo creo que, sin lugar a duda, es el de que Israel cuenta con los medios para penetrar las defensas de Irán. Llegar al corazón de aquel país y poder destruir los objetivos que se consideren oportunos. En este caso, una base militar de la fuerza aérea de los ayatolás. Esto es, un mensaje potente de “sois vulnerables”.

Israel cuenta con los medios para penetrar las defensas de Irán. Llegar al corazón de aquel país y poder destruir los objetivos que se consideren oportunos. En este caso, una base militar de la fuerza aérea de los ayatolás. Esto es, un mensaje potente de “sois vulnerables”.

Un segundo mensaje añadido podría ser, “dado que no hemos atacado instalaciones vitales ni relacionadas con el programa nuclear, aunque podríamos haberlo hecho, es una muestra de que no queremos una escalada que nos lleve inevitablemente a una guerra abierta y directa”. O si se prefiere de otra manera, la respuesta israelí entraría dentro de lo que la proporcionalidad demanda.

En resumen, ya sabemos que tanto Irán como Israel son capaces de hacerse mucho daño. ¿Cambia el juego estratégico en la región? Todo dependerá de las lecciones que saquen los dirigentes iraníes. Israel ha atacado a pesar de que todo el mundo le pedía contención, por lo que no pueden descartar una nueva acción militar más contundente en el futuro incluso en contra de toda la comunidad internacional, si Israel siente que su existencia está en entredicho.

Pero si es cierto que Irán cree que sólo estará a salvo de cualquier represalia por sus acciones desestabilizadoras en la región dotándose de un paraguas atómico, es altamente probable que ahora intenten acelerar lo más posible el avance de su programa para fabricar bombas nucleares.

De ahí que ahora más que nunca sea importante que la comunidad internacional imponga unas sanciones más duras y eficaces que impidan ese progreso iraní hacia la bomba. No va a resultar fácil dada la creciente relación de Irán con Rusia por una parte y la necesidad China de adquirir su petróleo, por otra. Pero el mundo occidental tiene una oportunidad de oro simplemente poniendo el énfasis en la vinculación militar de Irán con Rusia en la invasión de Ucrania. Europa debería empezar a meter en ese mismo saco a Moscú y Teherán en lugar de apostar por sostener un comercio y unas relaciones financieras que sólo favorecen que Irán marche a convertirse en una potencia atómica.

El mundo árabe en general lo ha entendido. Sobre todo, los países del Golfo. Es hora de ponerse en la correcta posición de salida, que es la de volcarse en impedir la bomba de los ayatolás.