El presidente Joe Biden quedó expuesto en el debate presidencial en Atlanta, Georgia. La dificultad para hablar (tenía la voz muy ronca) sumado a sus notorios problemas para terminar una frase o concretar una idea contrastó con la imagen enérgica que dejó el expresidente Donald Trump.

A raíz del debate, entre el jueves por la noche y este viernes, analistas, periodista e incluso medios de comunicación al unísono empezaron a destrozar a Biden. La revista TIME, por ejemplo, publicó una portada devastadora contra el presidente con el título “Pánico”. Mientras tanto, los analistas de las principales cadenas de noticias están pidiéndole a Biden que decline su candidatura.

En última instancia, la junta editorial del diario The New York Times, apelando al “sentido de servicio público” de Biden, se sumó a los pedidos de rendición.

Sin embargo, lo que era evidente para el público estadounidense, que semana tras semana veía los errores de Biden ante las cámaras y manifestaba su preocupación sobre la edad del presidente en las encuestas, no era tan claro para los medios de comunicación; que en los últimos meses (y semanas) empezaron a criticar a los republicanos por poner en tela de juicio el estado de la salud mental de Biden.

Por ejemplo, hace dos semanas atrás, NBC News publicó un reporte acusando a los republicanos de viralizar vídeos sobre Biden y sus errores en público.

“El Comité Nacional Republicano, los principales medios de comunicación conservadores y las personas influyentes de derechas han conseguido difundir vídeos que, según ellos, muestran ‘pruebas’ de que Biden deambulaba, se congelaba o incluso se llenaba los pantalones con una sustancia comúnmente representada por un emoji de remolino marrón”, apuntaba NBC News, asegurando que los fact-checks no podían seguirle el ritmo a la “desinformación” emanada desde el Partido Republicano contra Biden.

Sin embargo, tan solo dos semanas después, el propio Biden demostró en Atlanta que muchos de los vídeos virales donde luce perdido, congelado o no termina de cerrar una idea no son desinformación, sino una realidad. De hecho, semanas atrás, el diario The Wall Street Journal publicó un extenso informe reseñando cómo el presidente Biden suele “perderse” en reuniones privadas con aliados. Ese reportaje provocó la furia de los demócratas del Congreso, que acusaron al WSJ de mala praxis periodística.

Además de NBC News, la revista Rolling Stone también publicó un artículo señalando a los republicanos por “alimentar las preocupaciones” de los votantes en torno a la salud mental de Biden con vídeos supuestamente trucados. El medio cita, en particular, dos vídeos; uno en la cumbre del G7 donde Biden se alejó extrañamente de los líderes mundiales para saludar a unos paracaidistas (luego fue tomado por el brazo por la primer ministra italiana Giorgia Meloni) y otro donde Biden parecía que iba a sentarse en una silla inexistente.

Sin embargo, si bien la revista usó evidencia certera para verificar que dos de los varios vídeos virales de Biden cometiendo errores en público eran trucados, también utilizó fuentes oficiales para maquillar vídeos que no fueron editados engañosamente. Uno de esos clips fue el de Barack Obama ayudando a Biden a salir del escenario durante un evento de recaudación de fondos donde el presidente se quedó congelado viendo al público. La revista Rolling Stones, en lugar de comprobar que el vídeo estaba editado, se limitó a citar a un funcionario de la Casa Blanca que rechazó la caracterización de los críticos asegurando que Biden simplemente quería apreciar a la multitud que lo estaba aplaudiendo. Aunque lo haya hecho inmóvil por varios minutos.

Además de revistas y cadenas de televisión, las agencias de noticias también intentaron defender a Joe Biden de los vídeos virales en redes sociales.

En particular, The Associated Press publicó un reporte completo que fue replicado por decenas de medios en Estados Unidos donde, al igual que NBC News y Rolling Stone, se citan un par de vídeos de Biden aparentemente trucados para remarcar que existe una campaña mediática para hacer ver al presidente demócrata incapaz.

Otros diarios que impusieron esta narrativa en los últimos días fueron The Washington Post y The New York Times, justo el medio de comunicación que atacó a Biden tras el debate pidiéndole que decline su candidatura.

La semana pasada, el NYT decía que los “vídeos engañosos” estaban persiguiendo a Biden “mientras lucha contra las dudas sobre su edad”.

“Una serie de clips recientes, muchos de ellos editados o carentes de contexto, dejaron al descubierto un gran desafío para el presidente mientras intenta persuadir a los votantes de que tiene la energía para un segundo mandato”, reseñó el NYT.

Sin embargo, este viernes 28 de junio, la junta editorial del NYT cuestionó solapadamente las facultades mentales del presidente durante el debate, al punto de pedir que de un paso al costado en la carrera presidencial: “En el debate del jueves, el presidente necesitaba convencer al público estadounidense de que estaba a la altura de las formidables exigencias del cargo que pretende ocupar durante otro mandato. Sin embargo, no se puede esperar que los votantes ignoren lo que era evidente: Biden no es el hombre que era hace cuatro años”.

Asimismo, meses atrás, cuando aún Nikki Haley competía en las primarias, en MSNBC un panelista afirmaba que Biden estaba en su mejor momento en cuanto a su lucidez e intelectualidad. Anoche, justo tras el debate, los panelistas de MSNBC fueron quizás los más duros con el presidente demócrata.