Hablar mal español resta votos entre la comunidad hispana

Un reciente estudio demuestra que los candidatos que intentan hablar en español pero no lo hacen con fluidez pierden el apoyo de los hispanohablantes.

El voto hispano es cada vez más importante. No solo es el grupo del electorado que más rápido crece, sino que ya demostró ser clave en comicios anteriores.

Tratando de apelar a esta comunidad, algunos candidatos pronuncian mensajes clave en español. Eso sí, con mayor o menor éxito. Las primarias de 2020 dejaron frases como “cada votante necesitamos la representación” de Beto O'Rourke o “este presidente ha dimonezado (sic) los inmigrantes, voy a cambiar este”, del senador Cory Booker.  

Hablar español es una herramienta efectiva para atraer el voto hispano, según un nuevo estudio publicado en la American Political Science Review. Sin embargo, balbucear algunas pocas palabras no es suficiente. La fluidez importa

Los participantes de 'Se Habla Español: Spanish-Language Appeals and Candidate Evaluations in the United States' escucharon fragmentos de discursos por parte de hipotéticos candidatos. Entre uno y otro variaba la etnia del hablante -entre anglosajón o hispano- y la lengua que hablaba -español nativo, español no nativo o inglés-. 

Un primer resultado alcanzado por el estudio demuestra que a esta comunidad no le interesa la etnia del político. Está igualmente dispuesta a apoyar a un anglosajón o a un hispano. Lo que sí cambia es la capacidad del político de expresarse en español, y qué tan bien lo hace. 

Como es de esperar, hablar español como un nativo es lo mejor para ganar la simpatía del ciudadano hispano. Frente a los candidatos que solo hablan inglés, los que dominan el español como si fuese su lengua materna tienen una ventaja. Por el contrario, intentar comunicarse en español sin hablar como nativo resta apoyos

'Hispandering'

En 1976 Gerald Ford protagonizó un error histórico. El entonces presidente estaba en San Antonio, Texas, para atraer el voto mexicano-americano. Cuando le ofrecieron un tamal, Ford lo comió sin quitarle el envoltorio.

"El Gran Incidente del Tamal” -como fue bautizado luego- es usado como un ejemplo de hispandering. El término, una combinación de "hispano" y "complaciente" en inglés, hace referencia a los intentos frustrados de fingir interés por los asuntos y la cultura hispana.

El último hispandering de Jill Biden te hará el día. Se dice "Sí se puede", Jill. No estamos impresionados.

Los republicanos suelen ser más propensos que los demócratas a sospechar de que detrás de unas palabras en español hay meras intenciones electoralistas. Un 48% de los primeros consideró complaciente pero poco sincero -o hispandering- que un candidato hablase en español durante la campaña. La cifra para los demócratas fue de un 31%.

Los independientes superan a ambos con un 57%. Estos son datos de un sondeo de YouGov, que además concluyó que el 42% de los americanos consideran hispandering cuando un presidenciable habla español durante un debate televisado.