Una investigación realizada por Sabrina Rondeau y publicada este miércoles reveló que las hembras de abejorros en hibernación son capaces de sobrevivir hasta siete días bajo el agua. El descubrimiento, explicó Rondeau, fue accidental pero ha valido para sorprender a la comunidad científica.
Según detalló la científica, ella estaba estudiando el efecto de los residuos de pesticidas en los abejorros mientras se preparan para hibernar cuando, sin querer, entró agua en los tubos donde guardaba a las hembras de estos insectos. "Me asusté. Fue sólo una pequeña proporción... así que no fue tan grave, pero no quería perder esas hembras de abejorro", explicó Sabrina Rondeau a AFP.
Sin embargo, no fue así. Realizó un descubrimiento que ella no sólo define como "sorprendente" sino también "alentador" y es que los abejorros sobrevivieron. Algo que ni ella ni los demás investigadores creían posible: "He estado estudiando a los abejorros durante mucho tiempo. Lo he comentado con mucha gente y nadie sabía que esto era posible".
Tras el accidente, Rondeau se dispuso a investigar. De esta forma, ella y sus colaboradores colocaron 143 hembras de abejorro hibernando en distintos tubos, algunas sin agua, otras flotando sobre el agua y otras completamente sumergidas. Las mantuvieron ahí entre ocho horas y siete días y después sacaron sus conclusiones que publicaron en la revista Biology Letters.
Otras ocho semanas, la esperanza de vida de los abejorros sometidos al experimento
Así, descubrieron que el 81% de los insectos sumergidos no sólo sobrevivieron siete días sino que una vez recuperadas, su esperanza de vida alcanzó otras ocho semanas. Los especímenes que se emplearon para el estudio, explicó Rondeau, se encuentran en Norteamérica y son particularmente robusta.
Esto es lo que provocó que sea una especie que no haya tenido una gran disminución de su población, como si se ha visto en otras especies de abejorros. "Nos preguntamos si esta resistencia a a las inundaciones puede explicar en parte por qué les va tan bien", señaló la científica, quien realiza su investigación postdoctoral en la Universidad de Ottawa.
No obstante, asegura Sabrina Rondeau, a pesar del descubrimiento, las conclusiones no son definitivas. Para confirmar la veracidad de la teoría, el estudio tendría que ser replicado con hembras de otras especies de abejas. De esta forma podrán determinar si es un rasgo común o, por el contrario, es esporádico.
