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Un informe revela que Yale escondió millones de dólares que recibió de Qatar

La universidad violó la ley al reportar menos de 300.000 dólares de los cerca de 16,000,000 enviados por el país árabe entre 2012 y 2023, en el marco de su millonario programa de promoción de sus intereses en EEUU.

Fotografía del edificio Calhoun Collage, de la Universidad de Yale tomada el 17 de abril de 2015 por Namkota y subida a Wikimedia

(Archivo / Wikimedia)

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El Instituto para el Estudio de la Política y el Antisemitismo Global (ISGAP, por sus siglas en inglés) publicó este miércoles un nuevo informe que revela que la Universidad de Yale violó la ley de Estados Unidos al no reportar millones de dólares que recibió de Qatar entre los años 2012 y 2023.

El informe, titulado La actual falta de información: la Universidad de Yale, Qatar y la financiación extranjera no revelada, volumen dos, consiste en una nueva publicación del proyecto Sigue el dinero del ISGAP.

En 2023, el primer volumen de la investigación reveló que varias universidades, incluida Yale, no reportaban adecuadamente las donaciones recibidas, lo que derivó en que se llevaran a cabo investigaciones federales en 2019.

De acuerdo con la nueva investigación, la Universidad de Yale informó haber recibido de Qatar 248.668 dólares entre 2012 y 2023. Sin embargo, se estima que el país árabe donó a la institución académica al menos 15,925,711 dólares.

Este ocultamiento de la información viola las leyes federales y plantea serias preocupaciones sobre la transparencia de las universidades de Estados Unidos. Según la Sección 117 de la Ley de Educación Superior de 1965 (HEA, por sus siglas inglés), las instituciones académicas deben reportar semestralmente sobre todos los obsequios y contratos que provienen del extranjero que superan los 250.000 dólares.

El ISGAP subrayó que la falta de transparencia contribuye a la erosión de la integridad académica y hace un llamado a supervisar el asunto, especialmente a la luz del aumento de los incidentes antisemitas en las universidades estadounidenses, particularmente en Yale.

Los incidentes antisemitas son más frecuentes en las universidades que reciben dinero qatarí

El Dr. Charles Asher Small, director ejecutivo de ISGAP, dijo que a pesar de las investigaciones y advertencias, Yale y otras universidades continúan incurriendo en prácticas que violan la ley federal, lo cual no sólo socava la transparencia y la rendición de cuentas, sino que también plantea riesgos significativos para la integridad de la educación superior.

Small agregó que los incidentes antisemitas son más frecuentes en los campus que reciben financiación qatarí, en comparación con las universidades que no reciben fondos de ese país.

El ISGAP además hizo un llamado al Departamento de Educación de Estados Unidos a intensificar el control y garantizar que todas las universidades cumplan plenamente con las leyes federales de divulgación de fondos.

Qatar busca promover sus intereses en Estados Unidos

El ISGAP añadió en su informe que con este tipo de contribuciones, Qatar tiene como objetivo ejercer influencia y promover sus intereses en Estados Unidos. Esta situación se ve reflejada en la relación entre la Universidad de Yale y el país árabe, ya que hay numerosas transacciones que no aparecen en los estados financieros de la institución académica ni en el sistema de informes del Departamento de Educación de Estados Unidos.

En un artículo publicado recientemente, Voz Media señaló que el éxito de las despreciables manifestaciones antisemitas y pro-Hamás en las universidades de Estados Unidos está relacionado con el hecho de que no son espontáneas en absoluto, sino que están bien organizadas y financiadas desde el exterior.

El investigador Dr. Yaron Friedman sostuvo en un artículo publicado en el periódico israelí Maariv que para revelar quién está detrás de las protestas, es necesario remontarse al año 2019, cuando una coalición de países árabes compuesta por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto boicoteó a Qatar por su apoyo al terrorismo.

A diferencia de lo que sucede actualmente, durante el período del boicot a Qatar, los comentaristas y periodistas árabes publicaban artículos que exponían la propaganda del principado en Estados Unidos y el dinero que invertían los qataríes en el sistema educativo del país norteamericano.

Antes de la reconciliación entre Arabia Saudita y Qatar, la prensa en las naciones que conformaban la coalición contra el principado se ocupaba de dar a conocer la forma en que los Hermanos Musulmanes, una organización islámica extremista, había tomado el control de parte del sistema educativo de Estados Unidos.

Friedman recordó que en julio de 2020, la investigadora emiratí Najat AlSaied publicó un artículo en el periódico Alhurra titulado Qatar y la financiación de las universidades estadounidenses. En su escrito, la académica describió la extraña alianza formada entre la izquierda radical estadounidense y los activistas de los Hermanos Musulmanes en Qatar. Además, señaló que cada vez más profesores y estudiantes que formaban parte de esa alianza se estaban apoderando de la libertad de pensamiento en las universidades de Estados Unidos.

La Dra. AlSaied sostuvo que bajo el pretexto de la "corrección política" y el supuesto "pensamiento racista", se oprimía a los académicos que intentaban expresar una opinión que diferente a la de los profesores y estudiantes que formaban parte de la alianza de la izquierda y el islamismo radicales. En su escrito, la investigadora mencionó datos impactantes del Ministerio de Educación de Estados Unidos, según los cuales en 2019 las instituciones educativas estadounidenses recibieron más de 1.000 millones de dólares de financiación externa, especialmente de Qatar.

En 2012, Qatar Foundation, la institución internacional catarí de educación, gastó al menos 1.500 millones de dólares para financiar iniciativas educativas en 28 universidades de todo Estados Unidos y se convirtió en el mayor financista externo de educación en el país nortamericano. AlSaied reveló además que el principado gastaba regularmente 405,000,000 de dólares al año para financiar actividades en seis universidades estadounidenses que tienen sucursales en Doha, la capital del país del Golfo.

Friedman subrayó en su artículo que, desde ya, no se trata de un regalo, ya que Qatar utiliza las actividades que promueve y las investigaciones que financia para difundir su ideología islamista. El investigador agregó que el principado es un país basado en una doctrina wahabí extremista y que el jeque Tamim bin Hamad al-Thani, actual emir de Qatar, estuvo profundamente influenciado por la ideología del jeque Yusuf al-Qaradawi, uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes que trabajó en Qatar hasta su muerte en 2022.

AlSaied afirmó en su artículo que la propaganda qatarí tenía como objetivo glorificar al principado y difamar a sus rivales, principalmente a Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Baréin. Y añadió que el dinero de Qatar estaba destinado a financiar a los Hermanos Musulmanes en Estados Unidos y a la izquierda radical en ese país.

La académica sostuvo además que Qatar fortalecía a los progresistas estadounidenses debido a que los conservadores se oponían a Doha y apoyaban a sus rivales, incluida Arabia Saudita.

Según un informe del Washington Free Beacon, Qatar ha invertido 5.600 millones de dólares en 81 universidades estadounidenses desde 2007, incluidas las más prestigiosas: Harvard, Yale, Cornell y Stanford.

En el reporte también se hizo referencia a la financiación de actividades académicas por parte de otros países, como Arabia Saudita, Omán y Turquía, aunque en cantidades significativamente menores. De acuerdo con el informe, estas actividades financiadas por Qatar y estos otros países de Medio Oriente promueven el odio hacia los valores de la cultura occidental, como la libertad de expresión y los derechos de las mujeres.

De acuerdo con un informe del Departamento de Educación de Estados Unidos de 2020, muchas de las donaciones entregadas a instituciones académicas estadounidenses fueron otorgadas por naciones abiertamente hostiles al país norteamericano.

El informe del Washington Free Beacon indicó además que los donantes de Medio Oriente, especialmente Qatar, financiaban actividades antiisraelíes, incluso antes de que comenzara la guerra en Gaza tras la masacre del 7 de octubre perpetrada por Hamás.

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