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Condenan a una escuela pública por suspender a una maestra rebelde con los pronombres 'woke'

Pamela Ricard demandó a la escuela en la que trabajaba después de ser suspendida. Por daños y perjuicios se le concederán 95,000 dólares según sus abogados.

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Ted Eytan ( Flickr / Creative Commons)

Pamela Ricard, una antigua maestra -ahora jubilada- demandó a la escuela donde trabajaba al ser reprendida y suspendida durante tres días en mazo del 2021 por dirigirse a una alumna por su apellido y negarse a utilizar sus pronombres preferidos.

Ricard llegó a un acuerdo con el condado de Geary, en Kansas, y se le concederán 95,000 dólares por daños y perjuicios. En un comunicado, sus abogados que pertenecen a la Alliance Defending Freedom, anunciaron que los funcionarios de la Escuela Secundaria Fort Riley:

Acordaron pagar 95,000 dólares en daños y honorarios de abogados por violar los derechos de la Primera Enmienda de una profesora de matemáticas al reprenderla y suspenderla por dirigirse a un estudiante por su apellido legal matriculado y obligarla a ocultar la transición social del estudiante a sus padres.

Suspensión injusta

Pamela Ricard enseñó en la Escuela Secundaria Fort Riley desde el año 2005. En 2021 recibió su primera suspensión -de forma intimidatoria- por dirigirse a una alumna como Miss -sustantivo acorde al sexo biológico de la estudiante- , cuando ella prefería ser llamada de forma masculina. Ni la escuela ni el distrito tenían una política formal sobre los pronombres de género en ese momento.

Según la demanda, un consejero escolar le había dicho a Ricard por correo electrónico que la estudiante prefería que la llamaran por un nombre de pila alternativo y el uso del pronombre "él". La maestra decidió dirigirse a la estudiante desde ese momento como “Miss (apellido legal)” alegando un lenguaje respetuoso, y sin comprometer sus propias creencias religiosas. Los abogados de Ricard dijeron que el distrito escolar también se le obligó a la profesora a ocultar la transición social del estudiante a sus padres.

Una semana después de que Ricard volviera de su suspensión, el condado puso en marcha una política aprobada por la Junta de Educación según la cual “los empleados deben ser conscientes y hacer un esfuerzo para utilizar los pronombres con los que una persona quiere ser identificada".

Los abogados de Ricard declararon que cualquier política que requiera que ella se refiera a un estudiante con un “pronombre de género, no binario, plural u otro lenguaje de género que sea diferente del sexo biológico del estudiante” viola activamente sus creencias religiosas.

Ricard cree que Dios asigna el género al nacer y cualquier política que requiera que ella use un lenguaje diferente al sexo biológico del estudiante viola activamente sus creencias religiosas....  El distrito no contaba entonces con una política formal sobre el uso de nombres y pronombres preferidos por los estudiantes en el momento en que la Sra. Ricard fue suspendida, pero fue igual reprendida en virtud de las políticas genéricas del distrito escolar relacionadas con el acoso por parte del personal.

Resolución del caso

Los abogados de Ricard dijeron que cuando un juez federal permitió que la demanda siguiera adelante, el tribunal dio permiso a Ricard para "seguir dirigiéndose a los estudiantes por sus nombres preferidos, evitando al mismo tiempo los pronombres -así los hayan solicitado- incompatibles con su sexo biológico". Además, se le concederán 95,000 dólares de parte del condado por daños y perjuicios.

Desde Alliance Defending Freedom calificaron el acuerdo con los funcionarios de la Escuela Media de Fort Riley como una "victoria para la libertad de expresión en las escuelas públicas".

"Este caso proporciona lecciones directas para los consejos escolares de Kansas: Las escuelas no deben mentir a los padres y los profesores no deben perder sus derechos constitucionales, ni sus creencias religiosas en la puerta de la escuela", dijo Joshua Ney, socio de Kriegshauser Ney Law Group.

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