McCarthy cumple con su primer compromiso: nuevas normas para la Cámara de Representantes
Se facilita la destitución del presidente y se ponen trabas a la aprobación del gasto y a la subida de impuestos.
Kevin McCarthy ha cumplido con el primero de los compromisos que adquirió con el grupo republicano rebelde, unido en torno a Freedom Caucus: Ha llevado al suelo de la Cámara de Representantes las normas que regularán a partir de ahora su funcionamiento.
Una de las legisladoras críticas con Kevin McCarthy, Laurent Boevert, se felicita de la aprobación de las normas como si fuera un éxito propio.
Todos los demócratas votaron en contra de las nuevas normas. A ellos se sumó un legislador republicano, Tony Gonzales (R-Tx). La Cámara lo ha aprobado con 220 votos a favor y 213 en contra.
No es sólo que el nuevo liderazgo demócrata de Hakeem Jeffries sea especialmente duro; el partido en la oposición suele votar contra los cambios en las normas. Esta votación suele producirse el primer día de la constitución de la Cámara, pero el retraso en la votación del Speaker también retrasó la adopción de las nuevas normas.
Moción para dejar vacante el Speaker
La más importante de las nuevas normas, y la que da la medida de la precariedad del puesto que ocupa McCarthy, se refiere a la posibilidad de que cualquier representante pueda proponer una moción para dejar vacante la presidencia. McCarthy quería que el número mínimo fuera al menos de cinco representantes, pero aquí tuvo que ceder.
Esta norma ha estado funcionando mucho tiempo, pero Nancy Pelosi la cambió para no enfrentarse a problemas durante su presidencia de la Cámara de Representantes. Según las normas aprobadas por la californiana, sólo un miembro de la dirección del partido podría presentar una moción para dejar vacante el puesto.
Otro de los críticos de McCarthy, Chip Roy, hizo una encendida defensa tanto de este aspecto de las nuevas normas, como del resto del texto:
La norma Holman y la de las 72 horas
Uno de los cambios más esperados por parte de los republicanos es la restitución de la norma Holman. Lleva el apellido del representante William S. Holman (D-Ind), y es un poderoso instrumento para tener un mayor control de la Administración. Fue aprobada en 1876, y prevé que la Cámara pueda recortar provisiones de gasto específicas dentro de las leyes, así como despedir a determinados empleados públicos, o recortarles el sueldo.
Las leyes tendrán que ser anunciadas con al menos 72 horas de antelación, lo que le daría a los representantes la oportunidad de leer las leyes que tienen que votar. En mayo de 2020, los demócratas cambiaron las normas para poder obligar a los representantes a votar leyes que se hubieran llevado a la Cámara ese mismo día.
El representante republicano Steve Scalise (R, Lo), ha dicho al respecto:
Este cambio tiene otras implicaciones. El objetivo de hacer tragar a la Cámara de Representantes una ley que se presenta ese mismo día es permitir que llegue pactada por la puerta de atrás. Las 72 horas permitirán a los legisladores que no formen parte de ese acuerdo firmado a escondidas hacer sus aportaciones.
Todos estos cambios harán que el proceso legislativo sea más transparente. Pero también hará que sea más lento. Los demócratas quieren que el proceso legislativo funcione sin interferencias, para poder aprobar programas de gasto con rapidez, pero los republicanos prefieren tener un mayor control desde la Cámara de Representantes; es una forma indirecta de limitar el aumento del gasto.
Control del gasto
Kevin McCarthy se ha comprometido a mantener el nivel de gasto de 2022 en la próxima década. Eso es parte de los compromisos que le han permitido alcanzar el puesto de Speaker. Pero para controlar el gasto, también ha tenido que cambiar las normas.
Una de ellas es que la votación del techo de gasto se haga de forma independiente. Este cambio acaba con la norma Gephard, llamada así por el representante Richard Gephard, un demócrata que vinculó su carrera política a los sindicatos. Aquélla norma preveía un aumento del techo de deuda automático en cuanto se aprueba una ley que comprometa un gasto. La norma anulaba la eficacia de los límites de la deuda.
Otra de las normas aprobadas prevé que una votación independiente por cada proyecto de ley, en función del departamento al que pertenezca. En suma, supone acabar con las leyes omnibus, que obligan a los legisladores a aprobar o rechazar medidas de gasto muy heterogéneas.
Cualquier ley que suponga un incremento del gasto de más de 2.500 millones de dólares, tendrá que ser debatida en la Cámara. Por otro lado, prevé nuevos cometidos para la Oficina de Presupuesto del Congreso, para que pueda hacer un cálculo más realista del impacto de cada ley en el gasto federal.
Otra de las normas aprobadas prevé que cualquier aumento de impuestos exigirá una “supermayoría”: ⅔ de los 435 legisladores, lo que exige el sí de 290 representantes. También le da la vuelta a la norma “paga a medida que avanza”, según la cual con cada gasto se aumentaban los impuestos necesarios para cubrirlo. La nueva norma se puede llamar “recorta a medida que avanza”, y lo que prevé es que se frene cualquier medida de gasto que suponga un incremento del gasto comprometido en los próximos cinco o diez años.
Otro de los cambios que se han introducido limita la capacidad de la Oficina de Ética del Congreso (OCE) de investigar a los legisladores. Por otro lado, prevé que el público pueda apelar directamente al Comité de Ética de la Casa de Representantes.
Críticas demócratas
Una de las críticas que se le han hecho desde el Partido Demócrata es que la nueva norma limita el acceso al aborto a las madres que quieran acabar con el embarazo antes del nacimiento del nonato.
Barbara Lee (D, CA) hace una defensa del derecho al aborto, y menciona que ella misma abortó en una ocasión:
Kevin McCarthy cree que las nuevas normas tendrán como resultado un Congreso más abierto y transparente: