Militares mexicanos matan a seis inmigrantes desarmados en la frontera sur del país
En el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, los soldados abrieron fuego contra un grupo de personas a las que, aseguran, confundieron con criminales. Hay otros 10 migrantes más heridos.
Militares mexicanos realizan controles de carretera
Seis migrantes fueron abatidos a tiros la noche del martes al miércoles por soldados mexicanos que los habrían confundido con presuntos delincuentes. Ocurrió en una carretera del estado de Chiapas, en el sur de México, informó este miércoles la secretaría de la Defensa (Sedena) mexicana.
Cuatro de los migrantes fallecieron en el lugar del incidente, mientras que otros dos murieron cuando eran atendidos en un hospital de la zona, reportó la Sedena.
El hecho ocurrió el mismo día en que Claudia Sheinbaum asumió como presidente de México. Pocas horas antes de que los militares mataran a los inmigrantes Sheinbaum aseguró en su discurso de investidura que "no hay violaciones a los derechos humanos".
El martes, la vocera de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) expresó a la mandataria que están "preocupados por el papel cada vez más importante que han asumido los militares en la seguridad pública y otras funciones de aplicación de la ley".
El grupo de 33 migrantes baleado por los militares viajaba en un convoy de tres camionetas. Había ciudadanos de nacionalidad egipcia, nepalí, cubana, hindú, paquistaní, según las autoridades mexaicanas.
La Cancillería de Perú informó posteriormente que un ciudadano de ese país también está entre las víctimas, según información brindada por su par mexicana, y condenó "enérgicamente" el hecho. México no ha informado de las nacionalidades de los fallecidos.
En un comunicado difundido en X, el Gobierno peruano agregó que exigirá a las autoridades mexicanas "una urgente investigación que esclarezca y determine las responsabilidades del condenable acto".
La Fiscalía denuncia a los soldados
Los hechos ocurrieron alrededor de las 20H50 locales del martes (02h50 GMT) en una carretera localizada a unos 80 kilómetros de la frontera de México con Guatemala, donde los militares efectuaban labores de reconocimiento terrestre.
Una de las camionetas "iba a alta velocidad" y "al ver al personal militar se evadió", mientras que las otras dos eran "como las que usan grupos delincuenciales en esa región", explicó la Sedena en el comunicado.
"Personal militar manifestó escuchar detonaciones, por lo que dos elementos accionaron su armamento" haciendo que los vehículos detuvieran su marcha, agregó.
Reportes de la policía local indican que los militares persiguieron al convoy durante varios kilómetros y que uno de los vehículos salió del camino intentando burlar a los soldados sin éxito.
La Sedena reportó que otros 10 migrantes resultaron lesionados, mientras que los 17 restantes salieron ilesos y fueron entregados al Instituto Nacional de Migración.
Agregó que los dos soldados que dispararon "fueron separados de sus funciones" y por tratarse de un hecho donde se vieron afectados civiles, fueron denunciados ante la Fiscalía General mexicana.
Feudo de los narcos
El fronterizo estado de Chiapas, uno de las más pobres del país, ha registrado un recrudecimiento de los enfrentamientos entre los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, las dos mayores bandas criminales de México.
Según el centro de análisis Insight Crime, la disputa se produce por el control de rutas clave para el tráfico de drogas, armas y migrantes.
Estos últimos arriban a Chiapas por cientos de miles cada año para recorrer desde allí el último tramo de su éxodo hasta la frontera con Estados Unidos.
En el camino suelen ser víctimas de la delincuencia organizada, de extorsiones por parte de autoridades e incluso accidentes viales.
Muchos también viajan ocultos en camiones de carga, en condiciones de hacinamiento y sometidos a graves maltratos de traficantes de personas.
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