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Consejos de Sharía en el Reino Unido: ¿un sistema legal paralelo?

El avance del derecho islámico preocupa no solo a los británicos, sino también a otros países de Europa que ven sus valores amenazados.

El Consejo Sharía de Gran Bretaña en su sede del este de Londres en 2008 (SHAUN CURRY/AFP)

El Consejo Sharía de Gran Bretaña en su sede del este de Londres en 2008 (Shaun Curry/AFP)

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En el Reino Unido han estado floreciendo los Consejos de Sharía -también conocidos como Tribunales de Sharía-, que supuestamente sólo se encargan de arbitrar en asuntos matrimoniales y rutinarios. Si bien sus fallos no son considerados oficiales, lo cierto es que existen preocupaciones vinculadas a la discriminación que sufren las mujeres musulmanas en esos consejos y a la formación de un sistema legal paralelo con reglas que poco o nada tienen que ver con las del Reino Unido y las de Occidente en general.

Para comprender las preocupaciones relacionadas con este asunto, es necesario profundizar en el derecho islámico y en cómo se ha estado abordando la creación de los Consejos de Sharía en el Reino Unido mientras el choque cultural en ese país y en otros del Viejo Continente está produciendo tensiones que parecen estar acercándose a un punto sin retorno.

¿Qué es la Sharía

La Sharía, cuyo significado es camino a la paz, es la base del derecho islámico. Se trata de un conjunto de normas que todos los musulmanes deben cumplir. Es decir, estas reglas constituyen el código de conducta que deben seguir los fieles -tanto lo que se les permite como lo que se les prohíbe hacer- desde una mirada moral y religiosa. No obstante, la Sharía suele adaptarse a diversas épocas y cambios sociales.

La Sharía se basa en el Corán, el libro sagrado del islam; el Hadiz, una recopilación de hechos y dichos de Mahoma; el Iyma, el consenso ideal de los musulmanes; y el Iytihad, el esfuerzo de reflexionar.

La Sharía divide los delitos en dos categorías principales: los Hadd, que constituyen las ofensas más graves con penas establecidas, y los Tazir, en los que el castigo se deja a discreción del juez.

Los delitos Hadd comprenden el robo, el adulterio, la homosexualidad, el consumo de alcohol u otras sustancias intoxicantes y la apostasía. Entre los castigos que se imponen se encuentran la lapidación hasta la muerte, la amputación judicial o la flagelación, entre otros.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó en 2003 que la Sharía es incompatible con los valores de la democracia, ya que estipula que Alá ha dictado todas las reglas que los seres humanos deben obedecer y que todas las reglas contrarias a la Sharía deben ser rechazadas.

El israelí Noam Bennett, especialista en Medio Oriente, explica en declaraciones para Voz Media que “a lo largo de los años se crearon varias escuelas de pensamiento jurídico: Malikí, Hanafí, Shafi'í y Hanbalí”.

Bennett subraya que “la escuela Hanafí es considerada más indulgente”. Por otro lado, la escuela Hanbalí, agrega el especialista, “es definida como la más conservadora, por lo que no hay lugar para consideraciones; sigue al Corán y el Hadiz

Consejos de Sharía en el Reino Unido

De acuerdo con un artículo publicado por David Torrance para la Biblioteca de la Cámara de los Comunes, los Consejos de Sharía -también conocidos como Tribunales de Sharía- existen en el Reino Unido desde principios de los años 1980. El Consejo Islámico de Sharía (ISC, por sus siglas en inglés), con sede en Leyton, Londres, fue fundado en 1982. Su sitio web afirma que se formó para “resolver los problemas matrimoniales de musulmanes que viven en el Reino Unido a la luz del derecho de familia islámico”, como matrimonios, divorcios y cuestiones de herencia.

El ISC no es un tribunal de justicia formal, y por lo tanto, indicó Torrance, sólo se encarga de los matrimonios islámicos -Nikah- en lugar de contratos de matrimonios civiles.

Según señaló Torrance, los Consejos de Sharía no tienen ninguna función legal o constitucional oficial en el Reino Unido. Su trabajo consiste en mediar en divorcios religiosos, como así también en dar veredictos sobre otros aspectos de la vida cotidiana, como las finanzas compatibles con la Sharía o sobre la comida Halal -los alimentos permitidos por la religión islámica-.

Sin embargo, en el Reino Unido hay quienes acusan a estas organizaciones de crear un sistema legal paralelo, a pesar de que sus fallos no tienen, hasta el momento, ninguna validez jurídica.

Actualmente, se estima que en Inglaterra y Gales hay alrededor de 85 Consejos de Sharía, y el número sigue aumentando, lo que genera serias preocupaciones en el Reino Unido, donde según el censo realizado por la Oficina Nacional de Estadísticas en 2021 había 3,900,000 de musulmanes, que representaban el 6,5% de la población total del país, por lo que la influencia de este sector en la sociedad es cada vez mayor. De hecho, Londres y varias otras ciudades son administradas por alcaldes musulmanes.

Según señaló la investigadora Susanna Lukacs en un artículo publicado el año pasado en The European Conservative, el Departamento del Interior de Gran Bretaña manifestó en un informe, difundido en 2018, preocupaciones por la discriminación a las mujeres en los Consejos de Sharía y el aumento del extremismo islámico, lo que en el reporte se atribuyó a la falta de integración social y política en muchas partes del Reino Unido.

El informe agregó que hay varios elementos religioso-culturales dentro de algunas sociedades musulmanas del Reino Unido que obstruyen la libertad y los derechos individuales, especialmente de las mujeres. El reporte indicó además que un gran número de parejas musulmanas no registran sus matrimonios religiosos ante el Estado, por lo que las mujeres no pueden obtener un divorcio civil, lo que produce que los Consejos de Sharía fallen injustamente contra ellas.

Esta situación generó que en 2016, Theresa May, entonces secretaria del Interior, lanzara una revisión independiente, en la que se concluyó que algunos de los Consejos de Sharía legitimaban el matrimonio forzado y emitían divorcios injustos para las mujeres. En el mismo año, señaló Lukacs, la política británica Louise Casey realizó un informe en el que reveló que los Consejos de Sharía también toleraban los golpes a las esposas e ignoraban la violación conyugal.

Lukacs explicó que la baronesa Cox, miembro de la Cámara de los Lores británica, presentó en 2012 un proyecto de ley para evitar que las musulmanas fueran engañadas con la idea de que los Consejos de Sharía tienen jurisdicción, permitiendo que un tribunal británico ignorara un acuerdo si había pruebas de que el consentimiento de una de las partes no era genuino. Es decir, tenía como objetivo impedir que los proveedores de arbitraje discriminaran o acosaran a las mujeres.

En 2012, cuando el proyecto fue debatido por primera vez en la Cámara de los Lores, el Gobierno rechazó la propuesta asegurando que no era el mejor camino a seguir para abordar los problemas de las mujeres musulmanas y que violaba la Ley de Arbitraje de 1996, la cual permite a las partes alcanzar un acuerdo sobre cómo deben resolverse ciertas disputas civiles, incluso en base a la ley de otro sistema legal.

La campaña de seis años de la baronesa Cox para defender a las mujeres musulmanas británicas llegó a su fin en 2016.

En 2019, el diputado conservador John Howell declaró en el Parlamento que es probable que un gran número de casos relacionados con la posición de las mujeres musulmanas según la ley islámica nunca lleguen ante los tribunales ordinarios o al Tribunal Europeo de Derechos Humanos porque ellas están bajo una enorme presión por parte de sus familias y sus comunidades para cumplir con las demandas de los tribunales religiosos informales.

Mina Akter, una mujer musulmana del Reino Unido, contó que después de su boda islámica habló con su esposo para registrar su matrimonio ante las autoridades del país, lo cual lo enfureció. Según Mina, ella no era tratada como una esposa, sino como la cuidadora y sirvienta de sus suegros, quienes la vigilaban permanentemente.

La mujer comentó que después de cinco años de ser esclavizada, humillada, controlada y abusada financieramente, se comunicó con la línea de ayuda para casos de abuso doméstico. El asesor la hizo comprender que estaba siendo víctima de un abuso psicológico para generarle miedo y, de este modo, mantenerla sumisa. Luego, sin previo aviso, el marido le dio 21 días para recoger sus pertenencias y marcharse de la casa. Mina se comunicó con la policía, pero le dijeron que no se trataba de un delito, sino de un asunto civil. Su matrimonio terminó después de una breve llamada telefónica en la que el marido le dijo que le iba a dar el Talaq (divorcio).

Mina sostuvo que nunca obtendrá justicia bajo el sistema legal actual porque los musulmanes no registran sus matrimonios ante las autoridades del Reino Unido y la policía se muestra confundida ante situaciones similares a la que le tocó vivir.

Como se puede observar, los Consejos de Sharía en el Reino Unido evitan, en una gran cantidad de casos, la intervención de la Justicia del país a pesar de que no cumplan con las leyes locales. Existen serias preocupaciones de que estas organizaciones islámicas avancen (o sigan avanzando) lentamente sobre el sistema legal del Reino Unido y empiece a regir el derecho islámico en un futuro no muy lejano, al menos en ciertas partes del país.

Sin embargo, no solamente en el Reino Unido existen preocupaciones respecto del avance de la Sharía; en otros países de Europa, como Francia, Suecia y Alemania, también existen temores al respecto.

Francia

De acuerdo con una encuesta realizada por el Instituto Francés de la Opinión Pública (IFOP) para la revista Le Point en 2019, al menos el 46% de los musulmanes extranjeros que viven en Francia quieren incorporar la Sharía al ordenamiento jurídico del país.

La encuesta también revela que el 41% de los musulmanes creen que el islam debe practicarse e integrarse en las costumbres del país, lo que genera preocupaciones debido a que muchos ciudadanos consideran que corre peligro la república francesa.

Además, según señala Guy Milliere en un artículo publicado recientemente en Jewish News Syndicate, el 37% de los musulmanes franceses dice que apoya a la organización extremista Hermanos Musulmanes, lo cual no sorprende, ya que Musulmans de France (Musulmanes de Francia), la principal agrupación musulmana en el país, es la rama francesa de los Hermanos Musulmanes.

Cabe señalar que según datos publicados en 2021 por el Instituto Francés de Estudios Demográficos y el Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos francés, 6,770,000 de los franceses son musulmanes, inmigrantes, hijos y nietos de inmigrantes, que representan alrededor de un 10% de la población total del país europeo.

Suecia

En un artículo publicado recienemente en Gis Report Online, el analista sueco Stefan Hedlund sostuvo que “la fuerte afluencia de inmigrantes procedentes de países con poblaciones musulmanas podría llevar a una situación en la que Suecia elija a un partido islamista radical (Nyans) para el Parlamento, potencialmente en las elecciones de 2026”.

El autor advirtió además que “si bien prácticamente todos los suecos fueron cristianos desde el siglo XII hasta principios del XX, esa proporción ha caído a menos del 60% en la actualidad. No es inconcebible que Suecia tenga una población mayoritariamente musulmana en algún momento de este siglo. La tendencia seguramente revitalizará a los círculos islamistas que piden un sistema legal dividido, donde la ley Sharía se aplique a los ciudadanos musulmanes”.

Si Nyans logra su cometido, tal vez sea solo el primer paso hacia una Sharía que también se aplique a los ciudadanos no musulmanes y Suecia se convierta, de esta manera, en un Estado islámico, lo que genera una gran preocupación en parte de la población local.

Alemania

El avance de las leyes islámicas en Alemania puede observarse en el sistema educativo de ese país. Recientemente, el periódico británico Daily Mail señaló que los estudiantes cristianos se están convirtiendo al islam porque se sienten excluidos y están desesperados por intentar adaptarse a sus compañeros musulmanes.

Un funcionario de seguridad de Alemania dijo al periódico local Bild que cada vez más padres de estudiantes alemanes acuden a centros de asesoramiento porque los niños cristianos quieren convertirse para no ser más excluidos de la escuela.

Un estudio del Instituto de Investigación Criminal de Baja Sajonia reveló que el 67,8% de los estudiantes encuestados cree que el Corán es "más importante" que las leyes en Alemania.

La organización reveló además que casi la mitad de los alumnos (45,6%) piensa que "la teocracia islámica es la mejor forma de gobierno".

Es importante destacar que en Alemania viven unos 5,5 millones de musulmanes (un 6,6% de la población total) y que en varias escuelas de grandes ciudades como Berlín o Frankfurt, los niños musulmanes representan más del 80% del alumnado, lo que se debe a la fuerte inmigración de los últimos ocho años.

¿Podrá Europa frenar el avance de la Sharía?

Las preocupaciones respecto del avance del derecho islámico también existen en otros países de Europa, que al igual que el Reino Unido, Francia, Suecia y Alemania, cuentan con una gran población musulmana, la cual está compuesta por líderes religiosos, dirigentes y ciudadanos comunes que promueven y/o apoyan la imposición de normas propias de naciones donde la libertad no es una prioridad, por lo que chocan de frente con el modo de vida occidental.

Estas tensiones han resultado en el fortalecimiento de partidos políticos de derecha que abogan por una política migratoria más restrictiva, deportaciones de migrantes que cometen delitos, y otras medidas para evitar que las imposiciones islámicas se normalicen en esos países europeos.

El accionar de los Consejos de Sharía en el Reino Unido, que incumplen con la condición de respetar las leyes nacionales, demuestra que cuanto más espacio se les brinde a los promotores del derecho islámico, ya sea oficialmente o no, menos lugar habrá para las leyes locales, lo cual, como vemos, puede derivar en una situación caótica y violenta de la cual será difícil regresar.

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